Milei autorizó al Ministerio de Defensa a comprar armamento sin tener que informar públicamente los gastos
El gobierno da otro paso para el cerrojo a la información pública. Ahora decretó el secreto militar para la «contratación y construcción de las Obras de Infraestructura y la importación del material relacionado con la incorporación del sistema de armas». Las condiciones de confidencialidad alcanzarán a las obras e insumos importados destinados a la modernización del centro de instrucción en donde operarán las aeronaves.
La decisión fue publicada en el Boletín Oficial y autoriza al Ministerio de Defensa por medio de la Secretaría de Estrategia y Asuntos Militares que «instrumente los actos conducentes para efectividad la medida».
El decreto añade que esos gastos «resultan imprescindibles para la adecuación de las instalaciones tales como pista, calle de rodaje, plataforma, hangares, depósitos de material sensible y centro de instrucción y la importación de material sensible, tales como partes integrantes de las aeronaves como motores, repuestos, armamento real y de entrenamiento».
Pero el texto revela un dato más importante. El secreto militar que establece el decreto para los gastos de infraestructura está relacionado a la VI Brigada Aérea Tandil y en el Área Material Río Cuarto, los dos hangares que tienen que ser puesto en valor para alojar a los aviones 24 F-16s que Argentina le compró a Dinamarca.
Justamente el costo adicional para el arreglo de los hangares nunca fue detallado dado que era adicional a la compra de 40 millones de dólares, cuya primera cuota será garantizada por Estados Unidos. En un momento, Defensa detalló que el costo total sería de 600 millones en 12 cuotas pero terminó de quedar claro.
La gestión de Jorge Taiana había avanzado con la pista antes de terminar el mandato pero quedó pendiente la modernización de los hangares para guardar los aviones.
Desde el Ejército tomaron con molestia esta inversión porque afirman que «no hay plata para pagar la segunda cuota de jerarquización salarial a los militares, pero sí para comprar aviones con 40 años de uso, sin sistema de armas y sin financiamiento».
La operación, según el ministro Petri, incluyó además de los aviones, 8 motores de respaldo, repuestos por 5 años, 4 simuladores, capacitación a mecánicos y pilotos y misiles de entrenamiento.
Otro de los factores cuestionados es que estos aviones no son disuasorios para los británicos que ocupan las Islas Malvinas. Los críticos del acuerdo remarcan que no tiene armas de largo alcance por el bloqueo del Reino Unido a la Argentina. Esto es así, para equiparlos se necesita firmar otro contrato con Estados Unidos.