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El cuidado de quienes cuidan

Por María Arroyo, Delegada ATE DNAyF

Últimamente escuchamos hablar del cuidado de la salud mental en todos los ámbitos, en los eventos deportivos estrellas del deporte que se destacan en sus respectivas disciplinas, afirman que el éxito más importante que tienen, se debe en gran medida al cuidado de su salud mental.
Las trabajadoras y trabajadores del Estado venimos teniendo una seguidilla de ataques en los que se cuestiona si trabajamos o no, si pertenecemos a un color político u otro, si fuimos nombradas/os por acomodo o si realmente somos necesarias/os.
Quienes tenemos muchos años desempeñándonos en la administración pública, ejecutando políticas públicas destinadas a los sectores más vulnerables de la población, ponemos a diario nuestra salud mental y en algunos casos la salud física, debido a que se trabaja con problemáticas sumamente complejas, en las que debemos tener la claridad suficiente para la toma de decisiones, para contener a personas ante situaciones aberrantes y para despojarnos de prejuicios e ideas que traemos producto de nuestra formación e historias de vida.
En particular en la Dirección de Niñez Adolescencia y Familia, se trabaja con uno de los sectores más vulnerables y desprotegidos, es frecuente recibir elogios ante la tarea realizada, se destaca la tarea de profesionales, operadoras/es, cuidadoras etc. Gran cantidad de funcionarios, políticos de todos los colores se toman fotografía afirmando su compromiso con las infancias.
Sin embargo, esta noble tarea tiene un lado B del que no se habla, el cuidado de quienes cuidan y los derechos de quienes restituyen derechos. Desde hace varios años, la asamblea de trabajadores de Niñez, venimos denunciando las condiciones de precariedad en la que trabajamos, el ingreso se hace a través de la Asociación Civil Puerto Alum, contratos provinciales por más de 10 años, personal de planta permanente con los que no se cumplen con las recategorizaciones; Servicios Locales y Centros de Desarrollo Infantil con contratos precarios a través de los municipios y siendo parte del órgano administrativo de ejecución de la Ley 26.061, se los toma como personal externo.
Profesionales que tienen a su cargo alrededor de 200 familias, 200 situaciones de abordaje que requieren atención, otros que por la dinámica de las residencias deben tener teléfono abierto 24 hs., cuidadoras que conviven a diario con niños, niñas y adolescentes, choferes que se exponen con traslados y acompañando a los equipos, administrativos que deben tener la celeridad necesaria para poder hacer efectiva la restitución de derechos, entre otras situaciones.
A partir de la sanción de la Ley de Trabajo Social N°27.072 y la consiguiente adhesión provincial, las/los Trabajadoras y Trabajadores Sociales cuentan con una licencia “no mayor a 14 días al año al estar expuestos a situaciones de problemáticas sociales, que implican acelerados procesos de desgaste profesional y afectan la salud psicofísica, sin
perjuicio de las responsabilidades asumidas”. Recientemente se informó que no podrán hacer uso de este derecho quienes se encuentren contratados o precarizados, es importante destacar que tanto el personal de planta permanente, contrato provincial y precarizados de Puerto Alum cumplen las mismas funciones.
Resulta indignante que ante una conquista de derechos como la que lograron las Trabajadoras y Trabajadores Sociales de Argentina, en la provincia se entienda que hay unos más merecedores que otros, como si las condiciones laborales dependieran del personal, recordemos que la patronal es el gobierno de San Juan y es quien debe garantizar el principio constitucional de condiciones dignas de trabajo.
Es importante destacar que el personal de Niñez en general, debiera tener licencia especial por situaciones de desgaste, tal como sucede en salud pública u otros organismos. Frente a situaciones de desbordes en residencia el personal, debe seguir trabajando incluso en condiciones que afecten su salud. Lo mismo sucede en las demás áreas, es frecuente ver trabajadoras y trabajadores con crisis de ansiedad, llorando a escondidas, porque el cumplir con la tarea algunas veces nos atraviesa tanto que sobrepasa lo que podemos soportar. El personal que trabaja en la calle que atiende la urgencia a toda hora; a esto, se suma que ahora cada 6 meses tiene la incertidumbre de la renovación de contratos, las fechas de cobro y la equiparación para los de puerto Alum.
Podría seguir enumerando situaciones, pero lo cierto es que, es sumamente necesario entender que el personal debe tener condiciones dignas de trabajo, con salarios acordes a la tarea, con certeza de la fecha de cobro y el monto.
DNAyF tiene profesionales, técnicas/os, operadora/es, administrativas/os, choferes, cuidadoras/es formados, valiosos con sentido de pertenencia y que eligen trabajar por las infancias, pero es tan grande la precariedad y el desgaste que la salud física y mental se ven gravemente afectadas. El compromiso, el profesionalismo y la empatía no pueden justificar la quita de derechos.