Bajó el dólar, pero el mercado se espantó: Cayeron acciones y bonos y subió el riesgo país
Las finanzas no pasan por su mejor momento. El vice del Banco Central, Vladimir Werning, reconoció en Wall Street que las reservas tienen un rojo de 3.000 millones de dólares. Quiso tranquilizar a los fondos de inversiones que tienen bonos argentinos y no ocultan su preocupación por la dificultad del gobierno de incrementar sus reservas para hacer frente a los pagos de los vencimientos de esos títulos. Adicionalmente, la deuda externa creció en estos siete meses de gobierno por arriba de los 72.000 millones de dólares, el ficticio superávit se cae y la recaudación disminuye rápidamente con la caída de la actividad económica y de la capacidad de compra de la población.
Los anuncios del pasado fin de semana tuvieron consecuencias preocupantes. Mientras que los dólares alternativos cayeron ante el anuncio de venta de reservas del gobierno, el riesgo país trepó a más de 1.600 puntos, mientras que cayeron las acciones y los bonos argentinos. Nadie sabe de dónde saldrán las divisas para afrontar las obligaciones del estado, y los mercados tratan de protegerse desprendiéndose de los papeles argentinos.
El gobierno argentino aceptó que dejará de acumular reservas, e incluso disminuirán, para hacer bajar los dólares alternativos. Esta decisión confronta una vez más con los compromisos acordados con el FMI, que prescribían que no podían utilizarse para intervenir en el mercado de cambios. Tampoco el campo incrementará sus ventas: con la caída del CCL y de las cotizaciones de las commodities en el mercado internacional, la presión sobre una devaluación se duplica.
Sin dudas, la única solución de biblioteca es la devaluación, pero el gobierno no puede recurrir a eso ya que incrementaría los indicadores inflacionarios, tal vez el único logro que puede presentar ante la sociedad.
En estas circunstancias, sólo le queda tratar de resistir hasta que Donald Trump reasuma la presidencia en los Estados Unidos y habilite un nuevo préstamo político del FMI, tal como lo hizo con Mauricio Macri. Pero para eso faltan meses, todavía Trump debe ganar la elección, y habría que ver qué lugar de sus prioridades aparece el salvataje de Milei.
De este modo, los dólares alternativos bajan de manera artificial, pero los mercados han perdido la paciencia. Con un agravante: si el gobierno disminuye aún más sus reservas, no tendrá con qué recursos financiar una salida de la depresión económica actual. Aunque, por las declaraciones oficiales, no parece que esto sea una prioridad en su agenda.