Las mentiras en los discursos del presidente.
Por Perla Welner
Javier Milei se desgañita culpando al socialismo, entre otros enemigos, de los males del mundo. Miente y le miente al país sobre sus intenciones políticas.
Veamos, el desarrollo del capitalismo lleva 600 años en el planeta. Hoy se ha expandido en todos los países sean grandes potencias, medianas o países dependientes como el nuestro.
Y lo que dice la realidad es que en todo este largo proceso que lleva no ha podido dar respuesta a las necesidades básicas de los pueblos, por el contrario, se generan grandes bolsones de pobreza, desocupación, zonas de conflictos, entre otros flagelos.
La situación mundial actual es de: 1- mayor concentración de la riqueza, 2-Unificación de los mercados, 3- Inversión especulativa, 4-las relaciones de poder coinciden con gran desarrollo tecnológico donde se implementa en la producción para la máxima ganancia, generando gran desocupación en los países más pobres, 5-Reparto de zonas de importancia estratégica mediante conflictos armados, etc. 6-El capitalismo produce para el mercado y la competencia y no para el bienestar de la humanidad.
Recordemos la historia: Dos grandes revoluciones pusieron en marcha un proceso de producción socialista.
En 1917, Rusia país en guerra, pueblo sometido y hambreado por el zarismo, protagonizó una gran revolución dirigida por Lenin, con la consigna pan, paz y trabajo; implementando el socialismo pusieron en marcha un gran desarrollo de la industria pesada, agricultura, educación, salud y derechos para el pueblo; las mujeres avanzaron en participación en la producción, en lo social y político, derecho al divorcio, etc. Y el glorioso ejército ruso enfrentó al ejército alemán de Hitler colocando la bandera en el Reich. Cosa que los yankis y otros trataron de ocultar o minimizar.
China 1949: el pueblo vivía una gran miseria subordinados y esquilmados por los señores feudales. El pueblo chino, con distintas características que el ruso, dirigido por Mao Tse Tung protagonizó una gran revolución para poner en marcha el socialismo. En poco tiempo el pueblo tuvo resuelta sus necesidades básicas: trabajo producción, educación, salud y las mujeres que sólo eran objetos para servir a la familia o vendidas a los señores feudales, tuvieron acceso a todos los derechos, principalmente a participar en la producción, en lo social y político.
Estas experiencias fueron derrotadas. hoy no hay ningún país socialista, el mundo es multipolar.
En la década del 80 Francis Fukuyama y Jeremy Rifkin difundieron teorías sobre el fin del trabajo, la desaparición de la clase obrera, y que ya es caduco su rol de sujeto de cambios revolucionarios. Niegan el desarrollo de las contradicciones y niegan el movimiento como consecuencia de la vida social, aseveran que el capitalismo es el único modo posible y niega al hombre como sujeto de conocimiento y protagonista de la historia, capaz de transformar las relaciones de poder y propiedad. Discursos que inducen al escepticismo, adaptacionismo y a la resignación.
Acusan a la tecnología y a la informática como causa de desocupación y no que las causas están en las relaciones de producción capitalista. Niegan la tecnología como creación humana en un proceso de trabajo colectivo.
La desocupación masiva, la genera el sistema capitalista.
El trabajo es condición de vida, mediante el cual se satisfacen las necesidades humanas. Nos reconocemos en el proceso de producción y en el producto. Aporta autoestima, proyecto de vida. La precarización laboral, la desocupación, la explotación genera depresión, falta de perspectiva y proyecto. En la producción capitalista el trabajo es una mercancía más. El trabajador no se apropia de su trabajo.
Hoy nuestro pueblo sufre las consecuencias de un modelo económico que tiene su centro en la contracción económica en detrimento de la producción y la industria nacional, y de un fuerte ajuste sobre el gasto del Estado en áreas claves como Salarios, Jubilaciones, Ciencia y Tecnología, Educación, Salud, Obra Pública, etc.
Otro punto problemático tiene que ver con la situación delicada que sufren las provincias por la caída de la actividad productiva, lo que ha generado que los ingresos provinciales comiencen a languidecer por la caída de la recaudación tributaria. Además, la suspensión de la obra pública nacional es otro duro golpe a la economía de las provincias, que por último sufren la amenaza de saqueo sobre sus recursos naturales.
Mientras Milei dice sandeces sobre las organizaciones sociales, gremiales, el socialismo, el comunismo, el feminismo, ya están comprometiendo al país con EEUU, con otras potencias y empresas monopólicas que se quedarán con nuestra patria.
Hace falta grandes jornadas para rechazar la ley Bases y el RIGI apuntando a construir y levantar una alternativa que vele verdaderamente por los intereses de la Nación y del Pueblo sobre la base de la unidad de las fuerzas nacionales y populares para recuperar la esperanza y generar un nuevo proyecto basado en el fortalecimiento de la presencia del Estado como motor del desarrollo de la industria y la producción nacional.