Casi nueve de diez industrias de Santa Fe está peor que hace un año
Casi nueve de cada diez industrias de la provincia de Santa Fe están peor que hace un año y los niveles de actividad son tan bajos que se asemejan a los tiempos de la pandemia, cuando la economía argentina tuvo una fuerte parálisis.
Esa foto, que surge del último informe mensual que elabora la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), explica la fuerte reticencia de los empresarios santafesinos al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) contenido en el proyecto de ley Bases y al oscuro diagnóstico que vienen trazando cada uno de los sectores cuando se los consulta sobre la situación actual.
Según los datos de la entidad, la actividad fabril en la provincia de Santa Fe enfrentó en marzo de 2024 «un retroceso inédito de 18,8% interanual», acumulando en el primer trimestre una severa contracción de 14,6% en relación al mismo período del año pasado.
De ese modo, y como resultado de la menor demanda interna en marzo de 2024 en Santa Fe, el índice de producción industrial de Fisfe se ubicó sustancialmente por debajo de los registros alcanzados en los anteriores tres años.
Esto se reafirma con una fuerte caída del consumo de electricidad por parte de industrias y grandes comercios que cayó 11,9% en abril, especialmente traccionado por la fuerte reducción de la demanda de energía eléctrica de la acería Acindar (-47%) un consumidor de peso en la provincia, según datos del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (Ceso) Santa Fe.
La entidad industrial, que representa a todo el universo del sector manufacturero santafesino, indicó que el 89% de las ramas manufactureras presentó una caída en marzo respecto al mismo mes del año anterior, «un resultado que se asemeja sólo al período de aislamiento por la pandemia».
Esto es así porque, a excepción de la molienda de oleaginosas el resto de los sectores industriales mostró números en rojo. De hecho, la buena performance de la agroindustria, que repuntó 33,8% en marzo, se explica porque la base de comparación es muy baja debido a que en 2023 el país atravesó una de las peores sequías de los últimos 60 años.
Los datos de Fisfe muestran que la industria siderúrgica cayó en marzo 82,1% en forma interanual, en buena parte por las paradas de producción de Acindar en su planta de Villa Constitución, pero también por la reducción de actividad en otras empresas. También tuvo un comportamiento similar la producción de vehículos automotores, en este caso empujado por la paralización de actividades en General Motors, la única asentada en Santa Fe, que este martes anunció que nuevamente paralizará sus actividades desde el jueves 23 de mayo y hasta fin de mes debido a que «las graves inundaciones ocurridas en Brasil han generado complicaciones en la distribución terrestre de piezas productivas provenientes de ese país».
Este crítico panorama también se repite en otros rubros con fuerte incidencia en la matriz industrial de Santa Fe, como la producción de maquinaria agrícola que cayó 48,7% en marzo último en forma interanual. Santa Fe concentra el 44 % de las fábricas de este sector, las cuales pese a que mejoró la situación de la producción agrícola no lograron capitalizar esa suba. Sucede que muchos productores quedaron endeudados tras la seca y postergaron la compra de bienes de capital hasta después de contar con los dólares de la cosecha gruesa.
También el sector de muebles y colchones retrocedió 46,5%. El secretario de la Cámara de la Industria Maderera y Afines de Cañada de Gómez explicó en declaraciones al programa radial La Banda Cambiaria que «la caída de la demanda ronda entre un 40 o 50% y eso ya repercutió en la producción», razón por la cual muchas fábricas comenzaron con suspensiones y despidos de personal contratado.
De ese modo, la foto al interior de las ramas de actividad muestra números negativos: carrocerías y remolques (-45,8%), productos de metal y servicios de trabajo metales (-31,6%), manufacturas de plástico (-23,9%), máquinas de uso general (-21,8%), productos lácteos (-21,5%), edición e impresión (-18,9%) y prendas de vestir (-18,6%). «Tenemos muchas fábricas que están suspendiendo personal, despidiendo y abriendo retiros voluntarios porque no pueden afrontar la situación», dijo Iván Cussi, dirigente gremial de la Asociación Obrera Textil de Rosario y aseveró que a nivel nacional en el sector ya hubo casi 800 despidos y unas 7.000 suspensiones.
Además, otros sectores mostraron caídas en marco como: papel y productos papel (-16,1%), carne vacuna (-16,1%), fiambres y embutidos (-15,7%), autopartes (-12,7%), máquinas de uso especial (-11,8%), molienda de cereales (-7%) y productos metálicos para uso estructural (-3,4%),
Con semejante horizonte ni siquiera la alternativa de compensar con el mercado externo fue suficiente. Los datos muestran que, en el primer trimestre de este año, el volumen exportado de manufacturas de origen industrial (MOI) retrocedió un 35,6% desalentado la producción en diferentes industrias santafesinas.