Un patrimonio provincial en peligro despierta controversia y acciones rápidas en San Juan.
Este viernes, la demolición del 40% de la histórica construcción del Fortín de los Jesuitas, erigido en 1740 en San Juan, ha desatado una ola de indignación. El municipio de Ullum, en colaboración con la Asociación Civil para la Conservación y Defensa del Patrimonio Sanjuanino (Acodepas), se ha involucrado de manera activa para frenar las obras y preservar lo que queda de esta icónica edificación.
Según explicó Jorge Cocinero, presidente de Acodepas, un inversor privado adquirió un valioso terreno de aproximadamente 8,5 hectáreas en la calle Hermógenez Ruiz, en Ullum. Lamentablemente, ordenó la demolición de gran parte de esta histórica construcción que había sobrevivido desde la época de su construcción por los Jesuitas en el siglo XVIII.
La respuesta ante esta demolición no se hizo esperar. Gracias a la intervención de la concejal Daniela Salinas y la jueza de Paz Beatriz Gallo, se logró una orden preventiva que frenó momentáneamente los trabajos de demolición. Cocinero detalló que, aunque existe una ordenanza municipal que prohíbe la demolición del Fortín, esta carece del poder legal necesario para impedir definitivamente la destrucción.
El Fortín de los Jesuitas en Ullum es un testimonio tangible de la historia de la región. Con galerías, salas y túneles utilizados como refugio, este sitio fue en su origen uno de los trece centros principales de los Jesuitas en San Juan, hasta su expulsión del país. Con el tiempo, la edificación evolucionó para convertirse en una estratégica posta y refugio para arrieros que transitaban hacia el Norte argentino o Chile. También sirvió como refugio temporal en tiempos turbulentos.
En un esfuerzo por preservar el 60% restante de esta invaluable construcción, la atención se dirige ahora hacia el Gobierno provincial y su Secretaría de Cultura. La esperanza es que intervengan para proteger este remanente, que ha resistido incluso los eventos sísmicos característicos de San Juan.
La demolición del Fortín de los Jesuitas no solo amenaza con borrar una parte fundamental de la historia provincial, sino que también pone en relieve la necesidad de fortalecer la legislación que protege nuestro patrimonio cultural. En una sociedad que valora su pasado, es esencial unir fuerzas para garantizar que las generaciones futuras puedan seguir conectando con sus raíces a través de estos tesoros históricos.