Se conmemoró 105 años de la Reforma Universitaria
El 15 de junio se conmemoró el 105° aniversario de la Reforma Universitaria. Ese día de 1918 triunfaba en Córdoba, para luego extenderse al país y a toda América Latina, una rebelión estudiantil que cuestionaba la “vieja Universidad” y planteaba la remoción de su régimen autoritario, su enseñanza dogmática y conservadora.
Esa gesta estudiantil venía enmarcada en una oleada de luchas populares: las huelgas y movilizaciones obreras que conmovieron a la Argentina desde principio de siglo y culminarían con las luchas de la semana trágica de 1919; los combates del campesinado que en 1912 protagonizaron el Grito de Alcorta; los levantamientos armados encabezados por Yrigoyen y Alem reclamando el voto universal y secreto. La Reforma también recogía los vientos revolucionarios de la Rusia de 1917.
Fue la expresión universitaria de todo un pueblo que se ponía de pie para enfrentar la realidad de hambre, sometimiento y atraso generada por el país de la oligarquía de esa “generación del 80”.
La Reforma reivindicó para los estudiantes un papel activo y creador, tanto en la enseñanza como en la conducción de las casas de estudio, opuesto a la pasividad y sumisión. Al mismo tiempo planteaba la autonomía universitaria, la periodicidad de cátedra, los concursos para el nombramiento de docentes, la asistencia libre y otras reivindicaciones democráticas.
En un contexto de disputa interimperialista con preparativos de guerra mundial, inflación, ajuste y el acuerdo con el FMI para pagar la deuda (estafa) macrista, levantamos las conquistas de la lucha de 1918 que conservan su validez actual en la pelea por ingresar y poder recibirnos de la Universidad, por planes de estudio que atiendan las necesidades populares, a la vez que seguimos luchando por la universidad popular, científica y democrática. Universidad que solo conquistaremos con la liberación nacional y la independencia de nuestra patria de los imperialismos que nos oprimen y disputan.
“Los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan. Creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución.” Manifiesto liminar, junio de 1918.