CON LUCHA POPULAR FRENAR LAS DERECHAS Y EL FMI
En el plano político nacional, la semana pasada se dio a conocer el índice de pobreza e indigencia en nuestro país, mostrando por un lado el leve descenso de la pobreza en al menos un punto, mientras que un repunte de la indigencia en al menos dos puntos. Mientras tanto los trabajadores de la industria del neumático, SUTNA, marcaban la agenda política con paros masivos por aumentos salariales y mejoras en las condiciones laborales. La posición del Ministro de economía, Sergio Massa, en este conflicto jugo a favor de los monopolios del neumático marco que el giro a la derecha del gobierno nacional es cada vez más pronunciado.
La atención internacional, particularmente de América Latina, estuvo concentrada en las elecciones presidenciales en Brasil. Lula se impuso por cinco puntos de ventaja sobre Bolsonaro y habrá segunda vuelta. Esto muestra que los gobiernos de derecha en América Latina lejos están de quedar en el olvido, debido principalmente al tono conciliador de los gobiernos socialdemócratas, que una vez llegados al gobierno poco hacen en favor de las mayorías y sus programas económicos terminan siendo muy similares a los de los gobiernos neoliberales.
Pobreza, indigencia
El índice de pobreza en nuestro país alcanzó, según el Indec en el primer semestre del año, al 36,5% de la población y afectó a 17,3 millones de argentinos, y la indigencia se ubicó en el 8,8%, equivalente a 4,2 millones de personas. Al analizar este dato se deben hacer una serie de consideraciones que nos ayudarán a entender la magnitud de la crisis y la necesidad de pelear por una salida en favor de los trabajadores y el pueblo.
Un sector del gobierno nacional intento balancear de manera optimista este dato, como una señal de buen camino de recuperación, presentándolo como una tendencia. Quienes opinaban con este optimismo toman como referencia para la comparativa el segundo semestre del 2021, donde el porcentaje de pobreza se ubicaba en torno al 37%, sin embargo, la indigencia en el mismo periodo era del 8% y ahora se ubica cercana más cercana al 9%.
Este peligroso aumento de la indigencia tiene que ver principalmente con el tremendo aumento en el precio de los alimentos, incluso fue reconocido por la vicepresidenta Cristina Fernández, quien pidió al ministerio de economía una mayor política de intervención en materia de precios y una ayuda alimentaria focalizada para los sectores que se encuentran bajo la línea de indigencia.
Con esto Cristina les hace un guiño a los sectores sociales del Frente de Todos que reclaman por un salario universal. Ahora bien, es justo decir que esta propuesta de Cristina, al pedido de Juan Grabois, es una de las formas de lavarle la cara a otra medida sumamente antipopular como fue la enorme transferencia de recursos de los de los trabajadores y productores a las corporaciones y terratenientes del campo, con el “dólar soja”. Se les liquidó con un dólar de $200, cuando el oficial es de $140.
Con la medida del dólar soja el pueblo argentino le subsidió a las corporaciones una diferencia de 60 pesos por cada dólar liquidado a los grandes sectores agroexportadores de soja, en esta medida iba incluida la creación de un mísero fondo para otorgar un bono de 16 mil por tres meses a cerca de 2 millones de personas, con esto intentaron hacer pasar como necesaria una medida que solo sirvió para darle más ganancias a los monopolios exportadores y generar un colchón de dólares para el FMI.
Desocupación y pobreza
Por otro lado, al analizar el índice de pobreza es importante contrastarlo con el índice de desocupación y empleo. Desde año 2017 hasta la fecha actual, la pobreza viene creciendo, ha pasado del 28% hasta ubicarse en niveles cercanos al 40%. Sin embargo, la desocupación se va atenuando, bajando del casi 10% a fines del gobierno de Macri a un 6,5% en la actualidad. En esto es preciso analizar por qué en un país donde el desempleo baja y, por lo tanto, hay más trabajadores incorporados al empleo, la pobreza aumenta, la conclusión inmediata es que los sueldos bajan, y alguien se está quedando con una gran parte del valor laboral agregado a la economía argentina, esa ganancia que produce un país con mayor cantidad de trabajadores produciendo se la quedan los monopolios.
Para muestras sobra un botón, la semana pasada la lucha de los trabajadores del neumático (SUTNA) fue desnudando esta problemática, que se ha acentuado producto de un modelo económico hecho a medida del Fondo Monetario y los monopolios.
Los trabajadores del neumático fueron obligados a una huelga prolongada después de seis meses de discusión paritaria, en la que la patronal se negaba a otorgarles un aumento acorde a los niveles de inflación que soporta el pueblo de nuestro país. Desde 2015 en adelante, un sueldo de un trabajador del neumático ha perdido cerca de un 25% de su capacidad de compra, mientras que, por ejemplo, Aluar que es la empresa de Madanes Quintanilla dueño de Fate, productora de neumáticos, ha visto crecer sus márgenes de ganancias en casi un 40% en el mismo periodo de tiempo.
Estas empresas, una nacional y dos monopolios extranjeros, que se negaban a otorgar un 60% de aumento salarial para la paritaria 2022-2023, siguiendo la pauta inflacionaria que se ha plasmado en el presupuesto, fueron beneficiadas con la compra de dólares oficiales para importaciones durante todo el año pasado, con lo que generaron, como lo denunció el Sindicato Único del Neumático (SUTNA), un importante stock, que les permitiría “aguantar” un conflicto prolongados en el caso de no llegarse a solución. Al mismo tiempo, estas empresas hacían lobby a través de los medios de comunicación planteando que la escases de neumáticos en el mercado era producto de la huelga “salvaje” de los compañeros de SUTNA
Y como si esto fuera poco, además de la negativa de las empresas a solucionar el problema, parar la producción e iniciar aquella campaña feroz de demonización y mentiras contra los trabajadores, vertidas especialmente desde los medios afines a la derecha y también desde los que se auto perciben “progresistas”; el ministro de Economía Sergio Massa en una postura sumamente pro patronal acusó de extorción a los trabajadores y amenazó con habilitar importaciones de neumáticos para abastecer a las terminales automotrices si el conflicto se extendía.
Es el mismo Sergio Massa que exhortó al pueblo a hacer un “sacrificio” para con el “dólar soja” darles a los terratenientes más de medio billón de pesos y de esta manera acumular reservas y llamó, además, a los importadores a ser sensible y “cuidar” los dólares. En una actitud miserablemente propatronal les da la posibilidad a los mismos monopolios del neumático de importar gomas comprando dólares al precio oficial, en una forma de poner de rodillas a los trabajadores y cuidar las súper ganancias de los monopolios.
Pese a esta posición lamentable del gobierno nacional, la lucha de los trabajadores llegó a buen puerto por la firmeza de los trabajadores, alcanzando un acuerdo en el que se consiguió un 65% de aumento salarial más un plus de 100 mil pesos.
Importancia de la huelga
Esta lucha de los trabajadores es importante en varios sentidos, primero porque desnuda a las claras un modelo económico en el que las empresas cada vez ganan más, a costa de la súper explotación de los trabajadores. Segundo, porque muestra de qué lado se pone el gobierno nacional cuando las clases dominantes aprietan y, tercero porque debe servirle al campo popular para sintetizar una nueva expresión política que represente los intereses populares.
Pero además esta lucha de los trabajadores del SUTNA tiene una importancia superlativa, porque es una muestra cabal de que se puede enfrentar a las grandes patronales y al FMI, sin inclinarse, sin arrodillarse, como lo han hecho y lo hacen sectores de la oligarquía que por convicción benefician a estos monopolios como el macrismo y sectores que por claudicación geoestratégica se arrodillan ante ellos. Es el caso de los Massa, de los Fernández, etc. que tratan de decirle al pueblo como lo hicieron el 22 de marzo votando el acuerdo con el FMI en el congreso que no hay otro camino posible que hay que “taparse la nariz y votarlo” y aceptar el ajuste sobre el salario de los trabajadores para que en algún momento el país pueda crecer.
También ha quedado demostrado con esta lucha que no es una salida adecuada la que se propone desde algunas organizaciones sociales de recibir migajas que caen de la mesa de los ricos como la medida del bono a los indigentes producto dólar soja. Entendemos que es una claudicación ideológica aceptar que ya no es posible organizar a la clase obrera y volver al trabajo formal y pensar solo en planes universales que eternizan la pobreza y la miseria.
Sobre las elecciones en Brasil
El domingo próximo pasado se realizaron elecciones en el hermano país de Brasil. Nos pone contentos que el derechista liberal Jair Bolsonaro haya sido derrotado por el socialdemócrata liberal Lula Da Silva, quien lo aventajo por 5 puntos, aunque el final está abierto porque habrá ballotage.
Pero no deja de preocuparnos que se ha consolidado una derecha que puede expresarla Bolsonaro o no, pero que es una tendencia en el mundo como ocurrió con el triunfo en Italia de la ultraderechista Georgia Meloni que expresan peligrosas pendulaciones del sentimiento de las masas ante la imposibilidad de soluciones inmediatas frente a sus necesidades más urgentes, que son en cualquier lugar del mundo, acabar con la pobreza, trabajo, buenos salarios, terminar con la desocupación que es común tanto en un país del primer mundo como en uno del tercer mundo.
Pero fundamentalmente estas oscilaciones son fruto de que todavía pesa sobre las grandes masas las condiciones materiales del avance del imperialismo producto del derrumbamiento del socialismo, con las consecuencias políticas, sociales e ideológicas que tuvo sobre los pueblos del mundo y en lo subjetivo por la ausencia de una verdadera izquierda revolucionaria en todo el mundo que es remplazada por un progresismo consignista que no resuelve los problemas de las grandes masas y solo presenta eslóganes más vinculados a los derechos individuales de las minorías.
Los gobiernos socialdemócratas se han mostrado impotentes de derrotar a las derechas oligárquicas locales y enfrentar al imperialismo, el caso del ascenso y consolidación de Bolsonaro en Brasil, pese a la derrota electoral, es muestra de ello. También lo son las elecciones en Perú donde la extrema derecha se ha hecho de alcaldías importantes como Lima y el partido de Pedro Castillo presidente del país peruano, Perú Libre, ha salido último en casi todas las alcaldías sin superar siquiera el 2% de los votos. También la “inexplicable” derrota del pueblo chileno en el plebiscito para cambiar la constitución de Pinochet, es demostrativo que las medidas del gobierno de Boric no se acompasan con las necesidades de las grandes masas chilenas, que van por más en lo material y en lo intelectual para dejar atrás la negra noche del pinochetismo.
El fortalecimiento en segunda vuelta en las elecciones del 2019 del macrismo, el envalentonamiento de sectores de derecha que ganaron la calle contra las medidas de cuarentena y aislamiento frente a la pandemia del Covid y la derrota del Frente de Todos en las elecciones legislativas del 2021, son indicativo de que en Argentina vamos por el mismo camino. Esto nos exige poner de pie una propuesta política y un frente popular que se anime a enfrentar a la oligarquía, al imperialismo y a sus intereses que son los que lastran a nuestro país y le impiden desarrollarse.
Para esto el PTP-PCR está en la calle difundiendo sus propuestas con sus referentes, debatiendo que es necesario conformar un frente que retome las mejores experiencias soberanas de nuestro país, como lo fue el gobierno de Perón con la presencia del estado en la producción, el control del comercio exterior mediante la junta de granos y avanzar como lo hacen las experiencias populares más importantes de la región, como lo es el, gobierno de Luis Arce y Evo Morales en Bolivia. hacia la creación de empresas estatales de producción de alimentos, de minería, energía, etc. para que los argentinos podamos decidir y ser dueños de los que producimos.
Debemos para ello recuperar nuestras vías navegables, tener plena soberanía sobre nuestro Rio Paraná en el marco de retomar el protagonismo del estado en el acopio y la comercialización de los granos que producen los trabajadores argentinos.
Esto debe hacerse con los trabajadores a la cabeza de este proceso, y para eso es fundamental el crecimiento y desarrollo de nuestro partido afiliando y generando propuestas en todos los departamentos, provincia, fabricas, lugares de trabajos, movimientos estudiantiles, de mujeres, en los sectores patrióticos, etc.
Alberto I. Agüero-P. Federico Suero