Ya hay sistema electoral, ahora vayamos por las propuestas políticas…
Por: Fernández Camila
La semana pasada la cámara de diputados de San Juan aprobó un nuevo código electoral, que fue bautizado «Sistema de Participación Democrática Abierta (SiPAD)», para ello se eliminó con los dos tercios de los diputados la ley la ley (613-N), para que el mismo pueda entrar en vigencia en las próximas elecciones.
El procedimiento para la reforma del código electoral nos dio la razón en relación al planteo que hicimos en la justicia, la ley aprobada el 16 de diciembre no había tenido el tratamiento adecuado. En esta oportunidad, los proyectos ingresaron en comisiones, se dieron a conocer por los medios de comunicación y el pueblo sabe de qué se trata.
El nuevo SiPAD indica que los partidos o frentes electorales inscriptos para la elección serán definidos como «Agrupación política», pudiendo contener líneas internas, denominadas «Subagrupaciones», permitiendo que en una sola elección, las distintas agrupaciones políticas puedan llevar varios candidatos para los mismos cargos; de ellos, quien saque más votos, va a representar a la agrupación para medirse contra sus contrincantes. En resumen, se trata de una interna y una elección en el mismo día, sistema que tiempo atrás se conoció con el nombre de LEMAS.
Desde que se lanzó el proyecto original, hasta que se aprobó, la norma sufrió varias modificaciones, las cuales entendemos ayudan a facilitar la participación de gente en la política. Es una regla electoral que permite unir a las fuerzas en torno a proyectos políticos colectivos y relegan el personalismo en las candidaturas. No sólo vamos a elegir a un candidato, vamos a elegir un programa de gobierno, una propuesta política.
Como dijimos, no acordamos con el acto inicial que marcó el proceso hasta llegar a esta ley, por eso hicimos el pedido de inconstitucionalidad, por otro lado estamos a favor de la realización de más instancias de participación y no al contrario, cómo se argumentó para retirar las PASO; pero entendemos que, en este contexto, la LEMAS es el mejor sistema que se puede utilizar por ahora, con el objetivo de garantizar la participación de todos los proyectos políticos en las próximas elecciones.
Quizás se puedan mejorar algunos aspectos del nuevo sistema con otras leyes que garanticen la presencia de todas las agrupaciones en los medios de comunicación, en las redes y la vía pública, obligando a los candidatos a participar de debates, etc.
Pero ahora, lo realmente importante y urgente, es empezar a discutir las propuestas de gobierno, que más allá del sistema electoral que rija las próximas elecciones, hagan que el electorado vuelva a enamorarse y abrazar la política.
El nuevo fracaso del proyecto económico del país, que una vez más está atado a acuerdos con sectores financieros internacionales y locales, crea una desilusión generalizada en la población y falta de perspectivas para el futuro. Esta situación, tanto en la juventud y como en la población en general, dan pie al crecimiento del individualismo, la resignación, la impotencia y de sus propuestas políticas asociadas.
La apatía y el alejamiento de la política es una de las reacciones de la población frente a las promesas que no se cumplieron. En las elecciones del 2021, el Frente de Todos perdió miles de votos que no fueron a Juntos por el Cambio u otro frente. Pero, en esta situación económica y social, también se observa que resurgen discursos que relegan el trabajo colectivo y la solidaridad, para echar las culpas de los problemas a otros sectores de la población que también padecen la crisis. Corren el verdadero foco del problema, que somos un país oprimido económica y políticamente por potencias y ponen el blanco de sus críticas en un trabajador, en un desocupado, etc.
En ese escenario, hay grupos poderosos que utilizan el marketing político para utilizar la bronca popular y direccionarla a favor de figuras con discursos de odio y sin propuestas. El intento de asesinato a la vicepresidenta es un emergente de esta situación.
Nuestra tarea es cortar ese camino y militar para que el campo popular marque rumbo en un camino de liberación, para cortar esas cadenas invisibles que nos dominan y no nos permiten avanzar en la satisfacción de la necesidad y nuestros deseos de felicidad.
Es momento de trabajar en la creación de una propuesta que de respuestas reales a los problemas urgentes del campo popular. Por ese motivo, cerramos la etapa de debate sobre el sistema electoral y ponemos proa a la construcción de los frentes y proyectos políticos colectivos que unifiquen a los sanjuaninos en el camino de resolver los problemas principales.
Para eso, partimos de lo más urgente, es necesario generar trabajo y mejores ingresos para todos; parar la inflación, principalmente en los alimentos y servicios básicos. Nuestra propuesta es que puede hacerse desde una planificación donde el Estado cumpla un rol central en la producción, para garantizar que las riquezas que se generan en la provincia se reinviertan en la provincia y den paso a un ciclo de crecimiento industrial sostenido.
Al largo de 50 años el partido en la provincia ha dado ejemplos de que eso es posible y necesario. Pero como muestra de la justeza de ese planteo está la realidad.
Los proveedores mineros de Iglesia se movilizaron el fin de semana pasado para pedir participación en el proyecto José María. En la población de San Juan hay una gran expectativa por un nuevo megaproyecto metalífero, pero no está claro si el mismo va a “derramar” algo a la provincia. El sistema está planteado de tal manera que el gobierno provincial sólo puede pedir buena voluntad a las empresas trasnacionales para que comiencen sus inversiones y para que tengan en cuenta a los proveedores locales. Una verdadera utopía. Es más real plantearse un proyecto minero estatal que distribuya riquezas.
El año que viene, el nuevo sistema electoral va a mostrar sus virtudes o falencias, pero nadie va a poder decir que ganó o perdió las elecciones por el mismo. Son sólo reglas y el pueblo vota con otras motivaciones. La elección se va a definir para el lado de quien pueda dar respuesta a esas expectativas.
Hay tiempo suficiente para adaptar a la militancia y preparar al electorado para participar con la nueva ley, pero por sobre todas las cosas es momento de comenzar a formar y reunir el frente electoral que va a representar al campo popular en el 2023.