Feminista tradicional = Contradicción natural
Por: Lic. Edith Liquitay
Históricamente las mujeres nos organizamos para reclamar derechos, hacernos escuchar, visibilizar la violencia e injusticias, defender nuestras conquistas y siempre ir por más. Por lo tanto ser feminista, militante o no, ser feminista es lo opuesto a conservar las tradiciones, porque nos organizamos, para romper estructuras, nos organizamos luchando contra un sistema patriarcal, donde la diferencia por género aún es preponderante. Sin pretender hacer una cronología de lucha a lo largo de la historia, quiero plantear una posición política, respecto a debates actuales.
Como marxista entiendo que toda contradicción tiene dos aspectos uno principal y otro secundario. El principal es que en Argentina llevamos 34 años consecutivos organizando Encuentros Nacionales de Mujeres, sin precedentes en el resto del mundo, organizándonos de forma autónoma, auto sostenida, autofinanciada, independientes y participando con horizontalidad, respetando la pluralidad, la heterogeneidad del diverso colectivo de mujeres en Argentina. En este camino fuimos conquistando derechos y ganando organización en los diversos planos sindicales, sociales, económicos, académicos, artísticos, científicos; solo por citar algunos. Porque al calor de cada ENM se fueron gestando organizaciones específicas tales como:
- La RUGE Red Universitaria de Genero, surgió en 2018 al calor de talleres en los ENM, donde mujeres de las Universidad Nacionales nos encontrábamos y veíamos que dentro de las Universidad había mucho para trabajar.
- Las científicas que se encontraban en los talleres y planteaban como el sistema de investigación a nivel Nacional, estaba pensado para los hombres y no para mujeres, o cuerpos gestantes, porque somos nosotras las que debemos decidir continuar la carrera de investigación o truncar este camino por elegir ser madres.
- La Economía popular, los merenderos y comedores manejados principalmente por mujeres, tuvieron su espacio para debatir, la organización de cooperativas, planteando la necesidad de programas como AUH, jefas de familia, o Potenciar Trabajo y plantear agenda de lucha para reclamar específicamente sus necesidades.
- En los sindicatos, ámbitos sumamente masculinizados y en parte excluyentes de las mujeres, por sus formas de trabajo, tiempos de reuniones y demás, planteamos el cupo femenino en las listas, lo cual obliga a todo tipo de sindicato discutir la participación de mujeres en estos ámbitos y avanzamos.
- Las músicas que reclamaban espacios en los eventos públicos, cupo para mujeres artistas, que no contaban con paridad en eventos artísticos, pequeños o grandes, por lo cual no contaban con auspicio tampoco y todo con lo que, artistas hombres si contaban.
- La deportistas, las comunicadoras, estudiantes, artistas, visibilizando a los distintas comunidades originarias y al colectivo LGTBIQ+, empoderando y generando agenda pública de luchas y organización.
Entiendo que el aspecto secundario siempre ha sido año tras año encontrar la estrategia para detenernos. Miles de mujeres organizadas en tantas áreas, siempre ha sido peligroso, ¿para quienes? Para quienes tienen en su poder definir las políticas públicas y dar respuesta a nuestros reclamos, como leyes, cupo laboral, trabajo genuino, jardines de infancia, programas sociales que den respuesta a problemas emergentes, etc.
Los primeros años que los ENM fueron creciendo, intentaron silenciarnos, como en la historia, minimizarnos. Para los medios hegemónicos no era noticia que 9 o 12mil mujeres de diferentes provincias se organizaron y sin generar disturbios, realizaran un encuentro plural con éxito, generando agenda de lucha hasta volver a encontrarnos.
Luego 15 o 20mil mujeres en un mismo lugar comenzó a ser difícil casi imposible de silenciar y nuestro grito de lucha se hacía escuchar en diferentes provincias, con una organización única, autogestionada por las mujeres que se sumaron a las comisiones organizadoras de cada lugar. Al calor de la lucha y especificada de cada sector, se fue gestando la organización del colectivo LGTBIQ+, que siempre fue parte. Los medios de comunicación comenzaron a hacer foco en disturbios que organizaban, grupos de personas que realizaban o performans un tanto llamativos, o escraches a edificios públicos y sitios religiosos, con grafitis, pintura o una fogata en la calle, lo cual se convertía año tras año en el centro de la noticia, demonizando a un encuentro de mujeres que van a las ciudades a ocasionar daños y marchaban mostrando los pechos. Pechos que no molestan como obheto de deseo, si molestaba y mucho como una expresión de lucha,
Superando las 30mil mujeres y llegando a ser 60mil realmente nos convertimos en un problema y de alguna forma las clases dominantes tenían como tarea terminar con esta organización, no pudieron silenciarnos, no alcanzó infiltrar personas violentas y demonizarnos, entonces debían encontrar la forma de intentar dividirnos. Porque tantas juntas que PENSAMOS DIFERENTE pero sabemos discutir y construir consensos, esto sí que es peligroso para cada uno de los gobiernos de turno. Más aún para gobiernos liberales, pero la realidad es que a todo gobierno, le generamos complicaciones organizándonos.
Seguimos funcionando y al calor de la situación política, cada vez creció más este encuentro muy pretendido por sectores mezquinos, quienes participamos y sostenemos estos encuentros los defendemos y lo seguiremos defendiendo, cada Comisión Organizadora debe seguir siendo autónoma y en los talleres todas opinamos, igual, parecido, distinto o de forma opuesta, con energía, con fuerza y convicción, pero seguimos generando agenda de lucha y colocándonos en la agenda pública.
Superamos muchos obstáculos, se generó mucha más organización que trasciende los ENM, como en este artículo expreso y todo o que queda por compartir. Nada nos ata a lo tradicional, porque cada Encuentro donde se discute el rumbo económico del país, la forma de combatir las necesidades, la inflación, el acuerdo en el FMI, el derecho sobre nuestros cuerpos, las estrategias de seguir conquistando la igualdad y visibilizar las necesidades más sentidas del pueblo, son encuentros disidentes y contestatarios. Y lo seguirán siendo en la medida que no permitamos que la agenda la ponga el gobierno de turno, ni las clases dominantes o los medios de comunicación hegemónicos.
¿No es sospechoso que actualmente los medios de comunicación masivos, hablen del ENM, y opinen periodistas reconocidas, sobre cuáles serán los temas a discutir en los encuentros, o haciendo centro en lo que nos puede dividir, centrando esfuerzos en menospreciar la construcción de 34 años? Ahora si es noticia que se hace el ENM y que surgió un nuevo espacio de organización.
No lo vamos a permitir y seguiremos construyendo unidad, consenso en la diversidad, agenda de lucha. Porque la única tradición que podemos conservar es la de luchar por nuestros derechos y en eso gestar una sociedad más igualitaria donde cada persona, tenga su techo, su comida y viva libre su sexualidad, vida personal y publica. En una nación plurinacional y soberana, Nación que debemos primero construir y siempre defender. EL ENCUENTRO SOMOS TODAS.