Inscripciones: El testimonio vivo de quienes no pueden ingresar a los colegios
Cada año, el comienzo del ciclo lectivo es toda una novedad para quienes comienzan su primer año en una escuela totalmente nueva. Los papás como es de costumbre desde diciembre comienzan a buscar un sitio para que los chicos puedan ingresar a la secundaria. Sin embargo, debido a los requisitos muchos estudiantes no logran entrar a la escuela que soñaron.
Espacio de Opinión dialogó con Muzzo, un joven papá quien contó en primera persona la experiencia que vivió en un colegio muy conocido de la provincia durante la pre inscripción.
“La inscripción fue lo más informal y desorganizado y en las peores condiciones. Fueron tres días en diciembre que tuvimos que hacer cola fuera en una fila de 50 personas, todos los días, los tres días fue así. Después cuando ingresabas al lugar de la inscripción todos amontonados, era un desastre”, comentó el papá quien continuó describiendo la situación “la información era muy ambigua porque nos decían que no iban a inscribir más, después salió otro señor diciendo quédense, vamos a inscribirlos, nos decían por el tema del COVID, que -respeten las distancias, si no respetan las distancias no vamos a inscribir más-. Con esa escusa todos afuera al rayo del sol en plena siesta”, especificó.
De este modo, comenzaba narrando Muzzo la odisea que fue para el poder inscribir a su hija en el colegio. Sin embargo, el resultado no fue el más esperado.
“Una vez que llene todos los papeles tenía una serie de requisitos que los podías completar al otro año cuando ratificabas la inscripción. Entonces yo llene lo básico y al otro año había que llevar cartilla sanitaria, fotocopia del DNI, constancia de cuil y foto carnet. Ahora en febrero cuando voy a ratificar la inscripción me dicen que ha habido una sobre matriculación”, dijo el papá un tanto confuso porque en la instancia de diciembre hasta un curso le habían asignado. “En la instancia de diciembre ya me dieron el año donde iba a estar mi hija, la sección 1°6 y además de la cooperadora que eran 400 me cobraron 300 pesos más. En el momento no me dijeron para que era ni tampoco me dieron un recibo, ahora en febrero me entere que era para la libreta supuestamente pero no me dieron un recibo. Cuando me avisan de esta situación que había sobre matriculación dos días antes de que empezaran las clases. Hable con la directora, me dice -venga a la tarde para que lo pongan en una lista de suplentes. Voy a la tarde hablo de nuevo con la directora para saber si había alguna novedad y me dice –no, no hay ninguna novedad, ahora yo tengo que poner la cara por la directora que estuvo anteriormente que ya no está que es la que se ha mandado toda esta desorganización y todo este lio, entonces yo tengo que poner la cara-”, sostuvo Muzzo.
Ante esta situación y sin quedarse con los brazos cruzados Muzzo pidió la devolución del dinero que había pagado por la matricula. “No nos dieron ninguna solución, nadie se hizo cargo. Una sola señora que fui le exigí que me devolvieran la plata y los papeles, ahí si me atendieron bien, una sola señora y le dije -mira vos sos la única que me atendió bien en esta escuela-. Me hicieron firmar un papel como que me devolvían la plata para que quede constancia que me devolvía el dinero y si quería hacer un descargo. Le dije -no, mira el descargo lo voy a hacer en el Ministerio, no te hagas problema-”agregó.
Sin embargo, el descargo y el sinsabor quedo ahí porque el reclamo no llegó al Ministerio. “Los otros días fuimos al Ministerio a hacer la denuncia pero en la solicitud de inscripción como yo iba de parte de la supervisora decía, ahí chiquito con lapicera- de parte de la supervisora- (no específica nombre). Esa es una señora que me quiso dar una mano en realidad, me hizo el favor de anotarla, y si hacia la denuncia y la presentación ministerial iba a quedar expuesta y la verdad que no quería porque la persona lo había hecho de buena voluntad. Después se desmadro todo, más allá de que entraban solo por promedio yo iba a entrar por esta supervisora pero si hubiera sido en condiciones normales no entro como un montón de chicos”, enfatizó Muzzo.
De esta forma la familia Muzzo se quedó sin un lugar en el colegio como tantos otros chicos que aspiraban ser alumnos de la institución. “Todos ingresaban por promedio y los promedios que ingresaron fueron 10, 9.90 hasta el 9.60 quienes habían ingresado que eran 30 chicos solamente de escuelas que no eran de la San Martín. Solo 30 lugares eran los que estaban habilitados para entrar”, puntualizó