Un camino equivocado
El camino de pagarle al Fondo nos arrastra a ser un país con trabajadores empobrecidos, con pérdida de soberanía nacional y que no puede desarrollarse
La discusión del presupuesto 2022
La no aprobación del presupuesto 2022 por parte del Congreso Nacional es un gran problema para el país todo, porque si bien el gobierno puede seguir manejándose con la prórroga del presupuesto de este año, hay una serie de obras de infraestructura, servicios e incluso impuestos que no se van a poder realizar.
Que no haya presupuesto nacional es una responsabilidad conjunta tanto de la oposición como del oficialismo y el que carga con las consecuencias es el pueblo. Tiene morosidad la oposición, principalmente la derecha macrista que muestras sus lacras fraccionalistas, pero también el gobierno nacional producto de la claudicación frente la negociación de la deuda, hecho que expusimos en la editorial anterior.
El problema principal del presupuesto es que el mismo había sido diseñado para complacer al FMI. Es decir, el presupuesto era una carta de intención y que, sin un programa económico reactivador claro por parte del gobierno nacional, generaba dudas respecto a los planteos y pronósticos que en él se esgrimían. No contemplaba fondos para reactivar la industria Estatal, para proyectos generadores de trabajo como el de Tierra Techo y Trabajo presentado por los diputados del PTP y, en cuanto a los pronósticos de inflación solo pueden entenderse como una pauta para mantener los salarios a raya, ya que no hubo hasta el momento de la presentación y no la sigue habiendo, medida alguna que apunte a combatir la escalada inflacionaria.
Por otro lado, la derecha macrista juega a la inestabilidad política, que se ha profundizado producto de la derrota del Frente de Todos en las elecciones legislativas y aprovecha las debilidades del gobierno para que llegue lo más condicionado posible al arreglo con el FMI.
Algunos analistas periodistas del sistema cuando examinan la no aprobación del presupuesto, hablan de que han triunfado en la discusión las posiciones extremas. Lo dicen refiriéndose a los dichos de algunos referentes de la oposición como Carrio o Ernesto Sanz, que han planteado que ha sido un error dejar al gobierno sin presupuesto y que lo lógico hubiese sido que se enviara a comisiones nuevamente para realizarle modificaciones. También lo dicen por las declaraciones de Máximo Kirchner a quien le endilgan falta de consenso y de cintura política para llevar la discusión del presupuesto adelante. Decir que han triunfado posiciones extremas en esta discusión es ocultar que en realidad han triunfado quienes intentan que el gobierno llegue débil al acuerdo con el Fondo poniéndolo al borde del abismo, que se siga debilitando y le sea cada vez más difícil gobernar y se aleje de los principales postulados con los que el Frente de Todos ganó las elecciones.
El consenso fiscal
Ahora bien, la pregunta es ¿cómo ha reaccionado Alberto Fernández ante la falta de presupuesto?, de la manera menos conveniente, generando una ley de consenso fiscal que a través de impuestos descarga nuevamente la crisis sobre las espaldas del pueblo. Mientras tanto, hace unas semanas atrás se le hizo nuevamente al Fondo un desembolso de capital por un equivalente a unos 1.900 millones de dólares que podrían haberse destinado a reactivar industrias estatales para generar trabajo.
El consenso fiscal 2022 le abre una puerta a los gobernadores que firmaron para poder aumentar impuestos e incluso crear algunos nuevos. Esa es la receta que encontró el gobierno nacional para mostrar fortaleza institucional y seducir a los gobernadores que se van a ver perjudicados ante la falta de presupuesto. A la vista está que no entra en el esquema ni de los liberales ni de los socialdemócratas la idea de que se puedan abrir empresas estatales y tomar parte del control de nuestros recursos estratégicos para generar financiamiento para las arcas del estado. Todo lo contrario, mientras los liberales proponen ajuste y achicamiento del estado, los socialdemócratas generan subas de impuestos, ambas políticas terminan perjudicando al pueblo.
El consenso fiscal no se trata de una reforma tributaria donde paguen más los monopolios y los terratenientes o de reeditar el impuesto a las grandes fortunas, sino que se da sobre la base de impuestos que ya existen y casi todos ellos terminan perjudicando a las Pymes, los pequeños comerciantes y sobre todo impactando dicentemente sobre el bolsillo de los trabajadores, a quienes les llega encarecido el precio de los productos, ya que los impuestos como ingresos brutos se trasladan a los precios formando una cadena en la que el gran perjudicado es el consumidor final.
Lo preocupante también de este consenso fiscal, y de la mayoría de las políticas del gobierno de Alberto Fernández, es que se hace pensando en el acuerdo con el FMI.
El presidente reunido ante los gobernadores con motivo de la firma del pacto fiscal el presidente dijo: “Este acuerdo nos sirve mucho en la discusión que tenemos con el Fondo, porque nos muestra un país que proyecta el futuro en términos fiscales racionales y con el consenso de todos los gobiernos provinciales, así que les agradezco porque nos ayuda mucho a demostrar que estamos trabajando con el acuerdo, con la participación de todos y buscando consensos”.
Ya se han cumplido dos años de gestión de un gobierno cuya principal preocupación es arreglar con el FMI sin investigar y sin determinar quiénes son los responsables de esta estafa.
No nos sirve de mucho que el presidente, y otros miembros del gobierno, expresen en comunicados rimbombantes que el Fondo nos da la razón en que el préstamo que se le otorgó al macrismo se usó para la fuga de capitales, si eso no se va a traducir en una acción directa contra el FMI, ya que seguimos pagando y haciendo los deberes para que el fondo nos dé el visto bueno para el acuerdo.
¿Cuáles son los beneficios que obtiene nuestro pueblo con que el Fondo nos dé la razón?, si eso luego no nos sirve para declarar ilegitima la deuda o amparar a los fugadores, a la vez que no podemos determinamos cuales fueron las empresas que fugaron ese préstamo y por lo tanto rindan cuenta ante el pueblo y que paguen con su patrimonio la estafa. Todo lo contrario, se está haciendo a pesar de que el Fondo nos dé la razón, le seguimos pagando y acomodando la dirección económica del país al programa del FMI.
El pueblo debe organizarse para la lucha y generar en todos los ámbitos una tribuna contra el acuerdo con el FMI en estas condiciones, porque lo que viene es una película que ya vivimos, con un fuerte ajuste que ya se está llevando adelante sobre las espaldas de los trabajadores y todo el pueblo argentino.
Generar otra propuesta
Es necesario que el PTP-PCR y su Juventud genere un polo dentro del Frente de Todos que exprese la posición, que pagándole al fondo no se van a resolver los problemas del pueblo argentino. Es falso que se va a negociar con el FMI sin que éste acuerdo implique ajuste porque ya lo estamos sufriendo. Así como también es falso lo que esgrimen muchos funcionarios del gobierno nacional que vamos a negociar sin resignar el crecimiento económico. Porque debemos decir que este crecimiento económico o rebote de la economía de cerca de 10 puntos que se produjo este año no se ha traducido en mejoras para los trabajadores, ni la cosecha récord tampoco; todas las ganancias se han quedado en manos de un puñado de monopolios.
Como bien dice Arnoldo Gómez, dirigente nacional del PTP-PCR, en su columna en el programa de Miguel Angel De Renzis “la desocupación bajó al 8,2% en nuestro país. Los puestos de trabajo recuperados con la reactivación son 1.800.000; 1.000.000 son asalariados en negro, medio millón son cuentapropistas y sólo 300.000 son asalariados en blanco. Este dato de la realidad muestra el tipo de reactivación que se está produciendo, porque el dato laboral es el dato más fuerte en la economía. Es una reactivación que precariza aún más el mundo del trabajo”.
El camino de pagarle al Fondo nos arrastra a ser un país con trabajadores empobrecidos, con pérdida de soberanía nacional y que no puede desarrollarse, debemos ir organizando la lucha de los trabajadores contra el ajuste a la vez que el PTP-PCR se convierte en vanguardia y prenda de unidad de las fuerzas populares que integran el Frente de Todos y que no acuerdan con este camino de ajuste y entrega.
Alberto Agüero – Federico Suero