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San Juan esta pasando por la peor falta hídrica

Calculan que el río San Juan traerá 450 hm3, la marca más pobre desde que hay registros. El sector privado aumentó el uso de pozos y arrecian las quejas al gobierno.

Casi sin nieve en la cordillera, el año que termina encuentra a San Juan peor de lo esperado en materia hídrica, transitando la mayor sequía de su historia, al menos desde que se llevan los registros hace 100 años. Para el 2022 se da por descontado que la pelea será por cada gota disponible para producir en el campo, que irremediablemente achicará su superficie cultivada.

En octubre pasado, cuando se terminaron de realizar los análisis y simulaciones tras ir a medir la poca nieve acumulada en la cordillera de Calingasta donde nace el río San Juan, los resultados alarmaron a autoridades y regantes. Es que no sólo se espera la marca más pobre de la historia, sino que el momento en que se produce encuentra a la provincia con los tres diques casi vacíos -con sólo 217 hm3 en total-, luego del quinto año seguido de sequía.


La preocupación comenzó a ser mayor en las últimas semanas del año, cuando la realidad comenzó a cachetear las estimaciones y en el río empezó a venir menos agua de lo esperado, justo en el momento en que el agro requiere más riego. Por eso es que entre los productores siguen creciendo las quejas por lo que califican de «inacción» e «imprevisión» oficial, ya que vienen reclamando desde el año pasado una mayor disponibilidad de agua subterránea de la batería oficial. Los regantes no aceptan que se incrementen los cortes de agua en los canales como pretenden las autoridades de Hidráulica, porque aducen que van a tener grandes pérdidas económicas en sus cosechas. 


El pronóstico de escurrimiento de agua superficial en el principal río de San Juan presentado el 7 de octubre indica que para la temporada octubre 2021/septiembre 2022 se dispondrá de tan sólo 450 hectómetros cúbicos, menos de la mitad de los 1.200 hm3 que siempre necesitó la provincia. No hay registros de un caudal tan bajo en la historia de la Dirección de Hidráulica, que comenzó a anotarlos en 1909. Tampoco hay seguridad de que el pronóstico se cumpla, teniendo en cuenta que en diciembre el río trajo 11,52 metros cúbicos por segundo (m3/s), cuando lo pronosticado era 12,71 m3/s. Ese aforo es casi 3 puntos porcentuales menor de lo que hasta ahora había sido el mínimo hace 97 años. 

El historiador sanjuanino César Guerrero escribió hace años que las aguas del río San Juan son las que regulan la riqueza de la provincia, modelando su economía tanto por las enormes crecientes que destruyeron todo a su paso, como por las sequías prolongadas o alternadas que han causado daños en la agricultura y el comercio.


La primera sequía de consideración de la que se tiene noticia en San Juan ocurrió a partir de 1773, le siguió otro periodo entre 1890-1897, otro entre 1906 y 1913, cuando el río llegó a traer sólo 19 m3/s, y un cuarto lapso entre 1914 a 1918. Un gran alboroto se armó en 1914 cuando el 1 de enero las compuertas del canal partidor San Emiliano amanecieron secas y el río no traía agua. Luego se comprobó que un alud había taponado el cauce aguas arriba y logró solucionarse. En aquel momento las autoridades vieron la necesidad de construir diques, para intentar domar un río con un régimen tan irregular.


El mínimo aforo hasta la fecha ha sido de 14 m3/s, el 6 de diciembre de 1924. El trastorno que provocó por esos año en el agro obligó a establecer el riego en los canales por turnos: los del Norte y los del Sur. En esta época se podía atravesar las playas del río a pie cuando el turno estaba para el sur sin mojarse. Algo similar -el riego por márgenes- implementó Hidráulica este año ante la escasez de agua. 

Tironeos actuales, quejas y la intervención de Uñac

Allá por febrero, cuando el agua que llegaba era poca y los diques seguían bajando al erogar agua para el riego agrícola, se encendió la luz amarilla en el Concejo Provincial para Control de Embalses y Seguridad de Presas (Cocep), que nuclea a todos los organismos que tienen que ver con el agua. El organismo empezó a definir cómo administrar el recurso escaso para mantener o incrementar las reservas de los embalses para la próxima temporada. El plan oficial apuntó a dos objetivos: más cortes de agua para los productores y aumentar la batería de pozos del Estado.


Entre julio y septiembre pasado, se implementó el sistema de regar por márgenes, es decir, unos días las fincas de la derecha del río y otros, los de la izquierda, y se aumentaron un 58% los cortes en los canales. Pero los productores estallaron cuando se intentó incrementar los cortes a partir de ese momento al punto que debió generarse una reunión en Casa de Gobierno en la que debió intervenir el propio Sergio Uñac, quien prometió no realizar más cortes y poner en marcha pozos de agua.


No obstante, la relación entre regantes e Hidráulica sigue tensa ya que a medida que el río trae menos agua, aumenta la presión oficial para cortar el riego por más días. Se sancionó hasta una ley para que el gobierno use los pozos privados a cambio de compensaciones para verter agua para uso común en canales, y ante la dificultad para implementarlo, se decidió mientras tanto que habrá subsidios para quien use la perforación más que el año pasado ante la falta de agua superficial.


Las autoridades dicen que hay disponibles 179.000 hm3 de agua subterránea, pero se estima que sólo se puede explotar con los pozos entre 5% y 20% para evitar afectar los niveles freáticos y calidad, y poner en riesgo la sostenibilidad del sistema. Así, vuelve a dejar en evidencia que la tierra cuyana afrontará la temporada más nefasta de escasez de agua y se reducirá su superficie cultivada, obligando a poner el foco en desarrollar un plan integral para combatir la problemática.


El año pasado la provincia ya computó una caída de al menos dos puntos porcentuales de su Producto Bruto Geográfico sólo por la sequía que afectó al sector agroproductivo. Al esperar un 25% menos de escurrimiento que la temporada anterior, el horizonte se complica.

  • Régimen irregular

Las variaciones del río San Juan en el curso de su agitada historia son grandes. El ingeniero Manuel Quiroga ya habló de este fenómeno hace años y dijo que tanto los periodos de agua escasa e insuficiente, como los de abundancia extrema, duran varios años, y entonces ya empezó a recomendar la necesidad de adoptar medidas prudentes en la administración del agua.

Fuente: Diario de Cuyo