Basta de hipocresía, el ajuste se está realizando
Nadie puede engañarse con las frases que repiten los funcionarios y que el mismo presidente avala permanentemente, que se puede lograr un acuerdo con el fondo sin ajuste, hay que decir que esto es una ficción, una falsedad que orilla la mentira.
Una situación inaguantable
Comenzamos a transitar las primeras semanas del mes de diciembre, se acercan las fiestas y el fin de año, y los padecimientos que sufren los trabajadores y el pueblo se agudizan con el correr de los días. La compleja situación de las masas tiene su correlato en que muchos de los problemas que sufrieron los trabajadores, durante los cuatro años de políticas neoliberales del gobierno de Macri, no han sido resueltos por el gobierno de Alberto Fernández.
La pérdida de poder adquisitivo de los salarios, aun con paritarias que se han revisado de manera semestral, está marcado por el crecimiento de una inflación desbocada e incontrolable para el gobierno que enflaquece día tras día el bolsillo de los asalariados, los desocupados y los jubilados. Según estimaciones la inflación para este año estará bastante por encima del 50%. Este porcentaje de variación de precios está muy lejos de los pronósticos del presupuesto 2021 donde el Ministro de Economía Guzmán vaticinaba tan solo un 29% de inflación para este año. Para graficar esta situación basta con observar el valor del Salario Mínimo Vital y Móvil, que hoy es la base para determinar lo que cobran la mitad de los asalariados o más ya que están en condiciones de precarización laboral, para darse cuenta de que la pérdida del poder adquisitivo es brutal.
Actualmente el valor del Salario Mínimo en nuestro país es de $31.938 pesos mientras que la línea de pobreza tiene un valor de $72.000 pesos, haciendo esta simple comparación vemos como el salario mínimo es menos de la mitad de lo que se necesita para no ser pobre. Si comparamos con el valor que cobran las jubilaciones mínimas y del programa Potenciar Trabajo, podremos comprobar que su valor es un cuarto o menos de lo que se necesita para no caer en la línea de pobreza. Esta es la situación dramática que viven los trabajadores en Argentina y frente a las cuales el gobierno de Alberto Fernández no ha podido tomar medidas que apunten a resolverla.
El Fondo dirige la economía nacional
La discusión principal que hoy signa la situación económica y política en nuestro país está marcada por el acuerdo con el FMI y el plan plurianual por 10 años que el gobierno nacional va a enviar al Congreso. Previo a esto, el ejecutivo prepara una serie de leyes que apuntan a otorgar beneficios impositivos hacia los sectores monopólicos con los cuales asegurarse el ingreso de dólares, apuntalando al mercado externo, y de esa manera garantizar el pago al FMI los 45.000 millones que le presto a Macri.
Los proyectos son el de promoción de inversiones hidrocarburíferas, fomento al desarrollo agroindustrial, promoción de la industria automotriz y de la movilidad sustentable, desarrollo de la industria del cannabis y el compre argentino. Todos estos proyectos de ley son empujados por el Ministro de Producción Matías Kulfas y apoyados por el presidente Fernández, con la lógica de generar a los monopolios beneficios impositivos para que crezcan, y a partir de ese “crecimiento”, que es trabajo argentino, poder pagarle al fondo. Ahora bien, tenemos que decir que ese “crecimiento” que el gobierno pretende impulsar se hace de la mano de los monopolios como los que nuclea el Concejo Agroindustrial Argentino ya sean Dreyfus, Glencore, Aceitera General Deheza, y las exportadoras de energía como Panamerican Energy o Pampa Energía, muchos de ellos cómplices de la estafa macrista con el fondo, es decir que compraron dólares para fugarlos durante el gobierno de Macri.
Este es un camino que marca el rumbo equivocado que está tomando el gobierno nacional, lo que puede generar una ruptura en el mediano plazo con las bases del Frente de Todos. Primero, porque acordar con el fondo con la lógica de “crecer para pagar”, implica descartar de plano la idea de investigar quienes fueron los responsables de tremenda estafa al pueblo argentino y con ello se les garantiza impunidad a estos responsables, tanto a Macri como a sus funcionarios y las empresas monopólicas cómplices .Segundo, porque se pierde la oportunidad de plantarse y ser vanguardia de una posición internacionalista de denuncia al FMI como instrumento de dominación geopolítica de EEUU y de las grandes potencias imperialistas, ya que hay elementos consistentes para demostrar que el Fondo violó sus propios estatutos y que este préstamo se usó para la fuga y la especulación financiera, por lo tanto no corresponde pagar sin investigar. Tercero y esto es lo más importante, porque implicará un tremendo ajuste sobre los trabajadores y el pueblo.
Nadie puede engañarse con las frases que repiten los funcionarios y el mismo presidente, que reitera permanentemente que se puede ir a un acuerdo con el fondo sin ajuste, hay que decir que esto es una ficción, una falsedad que orilla la mentira, para muestra sobra un botón: en medio de la peor pandemia que conoció el mundo y durante la segunda ola de la misma que golpeó duramente a nuestro país, el gobierno nacional llevó adelante un duro ajuste en todos los estamentos del Estado nacional. Este ajuste comenzó con la aprobación del presupuesto 2021 donde se proyectó una inflación del 29%, que como dijimos anteriormente estuvo muy alejada de la realidad, que fue el parámetro para las discusiones paritarias por lo que los salarios quedaron atrasados frente a la inflación. Se eliminaron del presupuesto ayudas importantes como el IFE, que alcanzaba a 9 millones de trabajadores desocupados y precarizados, y el ATP que fue una política buena para preservar las fuentes de trabajo. A su vez los aumentos en jubilaciones y en programas sociales quedaron muy por debajo no solo de la inflación sino de la línea de indigencia. Tanto el presupuesto 2021 como las políticas de austeridad fiscal que vimos en el primer semestre del año fueron diseñadas por el Ministro de Economía Martin Guzmán con el objetivo de “hacer bien los deberes” para mostrar solvencia fiscal ante el FMI para llegar a un acuerdo, lo que fue advertido por Cristina Fernández de Kirchner en su carta posterior a la tremenda derrota electoral que le infligió el pueblo al gobierno de Alberto Fernández.
Por lo tanto nadie puede decir que el acuerdo con el fondo no va a implicar ajuste por la sencilla razón de que el gobierno ya ajustó, sigue y seguirá haciendo el ajuste fiscal para poder cerrar este acuerdo con el FMI, incluso los Derechos Especiales de Giro (DEG) que el mismo Fondo envió a países miembros para que sean usados para mitigar los efectos de la pandemia, y que el propio gobierno nacional pregonó que los usaría para inyectarlos en la economía, en el bolsillo de los trabajadores etc. se están usando para pagarle próximos vencimientos al propio Fondo Monetario.
La lógica de “crecer” para pagar es falsa, porque se da de la mano con los monopolios para que ellos crezcan, de que se le garantice la impunidad a Macri y a todos los que cometieron una de las mayores estafas sobre el pueblo argentino y porque va a implicar un ajuste severísimo sobre el bolsillo de los trabajadores y el pueblo.
El campo popular y el acuerdo
El campo popular, y sobre todo las fuerzas populares que integran el Frente de Todos, debe reagruparse para rechazar este acuerdo, no solo no hay que militar el ajuste hay que enfrentarlo con movilización. Es urgente que los diputados de los movimientos que conforman los “cayetanos” y la UTEP se movilicen combativamente poniendo centro en el acuerdo con el fondo y lo rechacen, conformando un bloque dentro de los Diputados del Frente de Todos que representan al campo popular, no sólo llenando plazas hipocráticas que sirven al internismo. También es bueno instalar en la agenda que primero deben resolverse las necesidades del pueblo vinculadas al trabajo y al fortalecimiento de la industria nacional.
Es importante la movilización que planteo un sector de la UTEP encabezado por Juan Grabois la semana pasada en el Congreso, donde se planteaba primero las leyes que necesita el pueblo y después el acuerdo con el Fondo. Entre otras se reclamó por la Ley de Envases con Inclusión Social, Ley de Acceso a la Tierra, Ley para Personas en Situación de Calle y Familias Sin Techo, Prórroga de la Ley de Emergencia Territorial Indígena 26.160, Ley de Tierra, Techo y Trabajo (impulsada por los diputados del PTP Alderete y Caliva) y la Ley Bety Quispe. Todas leyes vinculadas a proteger tanto a los trabajadores que no tienen trabajo, como a los que buscan mejorar sus ingresos y a los pequeños y medianos productores.
Frente a las leyes que impulsan Kulfas y los monopolios haciendo lobby mediático de que serán la solución al problema del empleo aplicando la teoría liberal del “derrame” es necesario oponerle otras que representen los intereses de los trabajadores y movilizarse para instalar en el debate público nuestras posiciones y buscar la unidad del campo popular para que primero sea el pueblo y el FMI que espere.
El pueblo se expresó en las elecciones
El pueblo argentino no puede ni debe hacerse cargo de la estafa de Macri, el FMI y los monopolios, hay que enfrentar el ajuste que venimos sufriendo durante este año y que se va a profundizar si el pueblo no se sigue manifestando. Cada movilización popular debe ser un rechazo contundente al Fondo, no se puede marchar para conmemorar la recuperación de la democracia sin poner por delante que se debe parar con el ajuste y rechazar el acuerdo con el FMI, no hay democracia ni derechos humanos posibles si se profundiza el ajuste y los sufrimientos de los trabajadores. El pueblo ha expresado su descontento en las urnas este año y el gobierno recibió un gran cachetazo, desde el PTP-PCR advertimos desde que asumió el gobierno que era equivocado el camino del acuerdo con el fondo, porque se profundizaría el ajuste, la gente ha dicho basta es momento de cambiar el rumbo y prepararse para enfrentar el ajuste del FMI movilizados y organizados luchando para que Macri no sea indultado y que la deuda la paguen los responsables de la estafa.
Alberto Agüero – Federico Suero