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Una semana con datos clave: salarios y actividad económica

Esta semana se conocerán varios datos oficiales que dejarán entrever la dinámica de la actividad económica durante los meses de la segunda ola de contagios. El principal será el Estimador Mensual de Actividad Económica (Emae) correspondiente a abril, para el que se espera una leve contracción. También se publicará el Índice de Salarios de abril y la recaudación tributaria de junio. La publicación del PBI por parte de la Dirección de Cuentas Nacionales, durante la semana pasada, dejó entrever un piso de 7% para el crecimiento del 2021.

Aunque algunas consultoras privadas midieron crecimiento durante abril, tal es el caso de los indicadores de actividad económica de Orlando Ferreres y Asociados y el Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán Abdala (ITE-FGA), que publicaron sendas subas de 0,2% y 4,1%, desde el Gobierno la expectativa es una leve contracción, de la mano del crecimiento de los contagios de Covid-19 y de las restricciones sanitarias (aunque golpearon de lleno en mayo).

Coinciden con esa lectura desde la consultora LCG: «Esperamos que la actividad no modifique su tendencia y anote otra baja en abril, aunque leve, a raíz de las restricciones impuestas para enfrentar la segunda ola de Covid principalmente en la zona del AMBA».


Aunque destacan que hacia junio habrá continuidad en la dinámica de recuperación que interrumpió la segunda ola: «De cara a junio podría esperarse una mejora en la comparación mensual, aunque esta obedecería principalmente al rebote post-confinamiento de finales de mayo, mes donde la actividad todavía estuvo golpeada por las restricciones. Esto significa que la economía continuará operando por niveles inferiores a los pre pandemia».

El número de la variación salarial de abril será otra clave. La variable es fundamental para comenzar a pensar en un crecimiento mayor del consumo, que por ahora viene creciendo pero por debajo de la inversión productiva. Y eso porque los salarios vienen sufriendo más que los ingresos de las empresas. Las negociaciones paritarias del último mes, sin embargo, mostraron en promedio la búsqueda de incrementos salariales por encima de la pauta inicial que permanecía demasiado cercana a la ya vencida meta de 29% de inflación.

Los datos del PBI del tercer trimestre publicados la semana pasada por la Dirección de Cuentas Nacionales del Indec mostraron que tanto la inversión como el consumo siguen recuperando. Aunque la formación bruta de capital sigue haciéndolo a mayor velocidad que el gasto de los hogares y aunque ambos vienen desacelerando su dinámica. La inversión creció 6,1% trimestral desestacionalizado y el consumo 2,9%. El PBI en general, por su parte, subió 2,6% en esa misma comparación contra los niveles del cuarto trimestre del 2020.
 

Tres claves: la política fiscal, el salario y la estabilidad cambiaria

Desde Ecolatina señalaron al respecto de esas dinámicas diferenciales: «En los próximos meses, esperamos que esta tendencia de una inversión creciendo más rápido que el consumo privado continúe: el poder adquisitivo y los puestos de trabajo se recuperarán lentamente en el mejor de los casos, en tanto la obra pública seguirá creciendo con fuerza, máxime en la previa electoral. Por otro lado, la virtual desaparición de las restricciones operativas en un contexto de cepo y brecha cambiaria, además de pocos destinos posibles para el ahorro privado, impulsará a la construcción privada, agrandando esta diferencia. A la vez, proyectamos que los programas de impulso al consumo en cuotas seguirán limitados, en tanto las Reservas netas continúen en niveles bajos y los pagos de deuda sigan a la orden del día».

Y agregaron un énfasis en lo que ocurra con los salarios: «Más allá de esta diferencia, ambas variables seguirán en terreno positivo, en parte porque la economía del segundo semestre estará impulsada por una mayor expansión fiscal, una baja de la inflación en un contexto de dólar oficial planchado y una recuperación del salario, supeditada a la reapertura de paritarias». 

Desde el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) destacaron que los datos del PBI del primer trimestre sorprendieron positivamente. Y remarcaron que dejaron un piso de 7% para el crecimiento 2021, por encima del 5,5% señalado en el Presupuesto.

Coincidieron en que serán las decisiones de política fiscal y las paritarias las que decidirán el destino de la economía en año electoral: «La combinación de los recursos fiscales y de los excedentes en algunos sectores de la economía trasladados al consumo por la vía de la recuperación salarial, son las fuentes que deben proveer los recursos para continuar incrementando la demanda. El programa oficial en el año electoral parece dar cuenta de ello, priorizando la reactivación económica frente a ajustes ortodoxos en post de un rápido acuerdo con el FMI».

El director de la consultora PxQ, Emmanuel Álvarez Agis, discrepó con la lectura de que la aplicación, o no, de un plan de estímulo diferencial sea la herramienta que determinará el crecimiento de la economía. Para él la pregunta pasa por la estabilidad cambiaria y, en ese sentido, un nuevo impulso fiscal podría ser riesgoso. La teoría indica en ese sentido que la mejor política expansiva es la estabilidad.

En un artículo reciente en Le Monde Diplomatique, señaló: «Gastar 1% del PIB en los 4 meses que faltan para las elecciones, con un Banco Central que cuenta actualmente con 7.000 millones de dólares de reservas, no luce, por decir lo menos, prudente, aún si se tiene por objetivo ganar los comicios. Una desestabilización del dólar sería suficiente para neutralizar cualquier efecto positivo, tanto económico como electoral, que pudiera generar el plan de estímulo».

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FUENTE; BAE NEGOCIOS