Vivir sin nada: la odisea de los pobladores de Villa San Expedito y el Pozo por las intensas lluvias.
Sin nada, mojados y con hambre así quedaron los pobladores de los asentamientos del Pozo y Villa San Expedito luego de padecer la intensa lluvia que azotó la provincia el pasado lunes.
Aun cuando rige el alerta meteorológico, los lugareños siguen sin recibir ayuda y solo cuentan con el apoyo de las organizaciones sociales quienes acudieron al lugar para realizar un relevamiento y tratar de paliar la difícil situación que atraviesan.
En palabras con este medio, Graciela Santander, referente de la CCC (Corriente Clasista y Combativa) de la zona de Pocito manifestó: “fuimos a hacer un relevamiento temprano, tipo ocho de la mañana para ver la situación, pero no pudimos entrar porque estaban todas las calles cerradas y muy inundadas. Lo que hicimos fue devolvernos y esperar a las once de la mañana para volver, una vez allí dejamos la movilidad en la calle y entramos caminando por todas las lagunas y ahí nos encontramos con el panorama”.
Un lugar inundado, con carpas, muebles, ropa hasta vehículos bajo el agua. Un panorama desolador como el que se vivió el pasado 18 de enero en la provincia producto del terremoto y por el cual varias familias aún viven en condiciones precarias.
Y como si el destino se ensañara con ellas, la lluvia termino por derrumbar lo poco que tenían.
“El Pozo ya se había inundado, nos dijeron que había sido por un desborde del canal Céspedes que había tenido en la calle 13. El agua se dirigió principalmente a uno de los lugares más bajos que hay y allí abarco todo lo que es Villa San Expedito”, explicó Graciela quien junto a sus compañeros se dirigió al lugar para ver en que podían ayudar.
La vista no era muy agradable “muchas casas que habían quedado afectadas, trizadas, por el terremoto se derrumbaron, se cayeron por la misma humedad”.
Para quien no vivió una experiencia similar es difícil imaginarlo, pero para quienes lo padecieron el relato es aún más cruel: “Nosotros tenemos un compañero que vive ahí en El Pozo y nos dijo que en cuestión de segundos llego el agua al lugar y que solo pudieron manotear a los niños y con lo que pudieron salieron disparando y cuando quisieron acordar ya tenían el agua más arriba del pecho. Es impresionante como se filtró el agua en ese lugar”.
“Y lo peor de todo fue lo siguiente, en un momento cuando empezó la lluvia casi todos estaban ya acostados. En una de las casas había un hombre con dos niñitas que dijo empezó a titilar la luz. Nosotros hicimos un relevamiento ahí en el pozo la vez pasada y les habían levantado una carpa el municipio y les habían dejado cables y enchufes tirados para hacer alguna conexión o algo así, entonces esa gente estaba en riesgo. Dicen que cuando empezó a titilar la luz ellos sentían el zumbido de la creciente y no le prestaban atención porque entre los truenos y la lluvia no sabían bien que era. Cuando entraron a ver que empezó a entrar el agua, comenzaron a sacar a los niños y empezaron a correr en el medio de la tormenta y cuando salieron del lugar sintieron como una explosión y ahí vieron que se cortó la luz”, comentó Santander.
El episodio como sacado de una película de ciencia ficción, pasó en una de los asentamientos más castigados por las inclemencias de la naturaleza y a quienes el destino aun no les da tregua.
“Hoy tenemos gente relevando y es más van compañeros de otra organización para realizar una olla popular. Nosotros hicimos ayer una olla popular para la gente de ahí que ha estado, aparte de mojada, sin comer nada. Las otras noches a la intemperie taparon con un pedazo de nailon y con una campera a los niños hasta que los vinieron a buscar. Ayer era deplorable la situación porque todos tenían la ropa mojada, estaban cansados, con sueño, mal comidos”, sostuvo Graciela.
Si bien desde las autoridades del Municipio de Pocito realizaron tareas de evacuación y llevaron a las familias al Polideportivo Municipal, muchas otras quedaron sin un techo.
En este aspecto, “les puedo llegar a decir que llego una camioneta de Defensa Civil cerca de las 11 de la mañana y es quien llevo a un par de niños con mujeres. Fue todo lo que hicieron. No hizo más nada. Incluso tenemos un compañero que ayer a la tarde después de haber estado ahí tratando de sacar algún catre o ropa para poderla lavar ,ya que estaba toda llena de greda, y para que se puedan cambiar sus hijos, en la noche fue al estadio del polideportivo y le dijeron que ya no había lugar”, especificó angustiada Graciela
Y la situación no es para menos. En un asentamiento en el cual conviven entre 20 y 40 familias cuyas casas fueron devastadas por la naturaleza, la ayuda parece ser escasa. En una provincia donde el plan de urbanización debería prever cada una de las condiciones habitables.
Es por esto que desde la organización destacaron que necesitan de la colaboración de grupos que realicen comedores o merenderos para ayudar a estas familias o bien ayudar a levantar carpas o un lugar digno para los refugiados para que no sigan viviendo en la nada y en la intemperie.
Para mayor información y poder aportar su granito de arena pueden contactarse al: 2646210272
Fuente fotográfica: Graciela Santander