Argentina se abstuvo en la resolución de la OEA que cuestionó las elecciones en Venezuela
El gobierno nacional se abstuvo en la votación de una resolución de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que calificó de «fraudulentos» a los comicios legislativos llevados a cabo en Venezuela el domingo pasado. El embajador argentino ante la OEA, Carlos Raimundi, explicó la postura de la Cancillería –sostenida por el presidente Alberto Fernández, según aseguraron fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores– argumentando que «no se puede hacer caso omiso a quienes concurrieron al acto electoral en Venezuela», aunque le recordó al gobierno de Nicolás Maduro que «debe reconocer que una democracia es completa cuando la mayoría de su pueblo se siente comprometido con ella».
«La República Argentina reafirma su compromiso con la facilitación del diálogo entre las partes en la búsqueda de una salida política de la crisis en Venezuela. Reitera su posición respecto a la importancia de la vía electoral como el único modo de avanzar hacia la necesaria renovación institucional, que conduzca a la plena vigencia de la democracia y los derechos humanos, a la recuperación de la economía venezolana y al bienestar de su gente», sostuvo Carlos Raimundi durante una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA.
El embajador justificó así la postura de abstención de la Argentina frente al tratamiento de un proyecto de resolución referido a las elecciones realizadas en la República Bolivariana de Venezuela, en donde el oficialismo obtuvo el 68 por ciento de los votos. Esta resolución, que fue respaldada por 21 países americanos –como Estados Unidos, Brasil, Chile, Canadá, Colombia, Paraguay, entre varias otras naciones que acompañan de manera sistemática cualquier cuestionamiento al gobierno de Maduro–, sostenía que las elecciones parlamentarias carecieron de «imparcialidad y transparencia».
Frente a esta postura, la Cancillería argentina, a través de Raimundi, destacó que la comunidad internacional no podía ignorar al 31 por ciento de los venezolanas y venezolanas que se habían presentado en los comicios. «No se puede desde el exterior hacer caso omiso de la voluntad manifestada por quienes concurrieron al acto electoral ni dictar condiciones para procesos electorales sin contribuir en lo más mínimo a los mismos o, peor aún, alentando su boicot», advirtió. «La política de sanciones y de no reconocimiento no ha llevado a nada y merece una reflexión. Al mismo tiempo el gobierno venezolano debe admitir que una democracia es completa cuando se siente comprometida con ella la mayoría del pueblo. El principal responsable de que el diálogo positivo se produzca era y es el propio gobierno de la República de Venezuela. Deseamos que nuestros hermanos venezolanos puedan encontrar el mejor camino para resolver sus problemas», afirmó Raimundi en el Consejo Permanente de la OEA.
«Lo que sostuvo Raimundi es lo que viene sosteniendo el Gobierno respecto a las elecciones en Venezuela desde un principio: no se puede desconocer la voluntad de quienes van a votar, sean muchos o pocos, pero sí le marcamos al gobierno venezolano que una democracia va a estar realmente completa cuando se comprometa a las mayorías», indicaron desde Cancillería .
En este sentido, desde el entorno de Felipe Solá diferenciaron la decisión de abstenerse frente al rechazo de la OEA a las elecciones venezolanas de la decisión de apoyar, en octubre, el informe de la ONU que condenaba la situación de los derechos humanos en Venezuela. En este sentido, la postura de Alberto Fernández siempre fue la de suscribir al informe elaborado por la ex presidenta chilena Michelle Bachelet. «Hay que poner cada votación en su contexto. Una cosa es la OEA, manejada por Luis Almagro y hegemonizada por Estados Unidos, y otra cosa es la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, en donde Argentina cuenta con todo un prestigio ganado a partir de sus políticas de Memoria, Verdad y Justicia. De todos modos, la postura siempre es la misma y es muy clara: bloqueo no, sanciones no, intervención extranjera no, fomentar un golpe de Estado no; hay que ayudar a Venezuela a salir adelante con diálogo y participación. ¿Eso implicar avalar violaciones a los derechos humanos? No», afirmaron, tajantes, desde Cancillería.
Raimundi también resaltó que «la actual Asamblea Nacional va a caducar el 5 de enero porque así lo establecen las normas venezolanas», por lo que sería «contradictorio» plantear que «la única salida para Venezuela es un presunto gobierno de transición y a la vez despreciar la importancia de que se cumpla con la Constitución venezolana». Finalmente, en el cierre de su presentación en el Consejo Permanente del organismo, el embajador argentino ante la OEA subrayó: «Lamentamos que desde la OEA no hayamos podido avanzar para contribuir a fortalecer el proceso democrático en Venezuela al que en nada contribuye el proyecto de resolución bajo consideración».
FUENTE: Página 12