Seis millones de personas no tienen acceso a un baño digno en la Argentina
Quienes transiten el cruce de las Avenidas Sarmiento y Belisario Roldán, en Palermo, durante este jueves se asombrarán de ver un inodoro gigante instalado delante del Planetario de la Ciudad de Buenos Aires. La iniciativa busca llamar la atención de los porteños y adherir al Día del Inodoro, que instituyó Naciones Unidas para crear conciencia sobre la necesidad de que todas las personas tengan un espacio para hacer sus necesidades e higienizarse en condiciones.
El encuentro está organizado por la ONG Módulo Sanitario y cuenta con un inodoro inflable gigante, intervención de cartelería en todo el parque Tres de Febrero, artistas pintando inodoros y tapas que luego serán subastadas. Los que se acerquen pueden sacarse fotos y compartirlas en sus redes con el hashtag #Nomeaguanto en la que se enroló Julián Weich con un video que se difunde en las redes.
“La frase juega con una doble interpretación. No me aguanto porque todos necesitamos un baño higiénico y también porque no tolero la situación de que haya gente que no lo tenga”, explica Matias Nicolini, cofundador de la entidad que se dedica a construir “módulos sanitarios” para familias de barrios populares y precisa un número: en la Argentina son 6 millones las personas que no tienen esa posibilidad. Esta cifra que surge de los datos del último censo se corresponde con los argumentos de la ONU: un 15% de la población no tiene un baño seguro en el que hacer sus necesidades. En total en todo el mundo son 4.300 millones de personas.
Según explican en Módulo las consecuencias de una letrina o un baño en el que no hay posibilidad de hacer correr el agua para higienizar, se traducen en una mayor incidencia de la diarrea, infecciones cutáneas y genitales. Pero en general, quien no tiene acceso a un baño, tampoco accede al agua corriente, con lo cual las dificultades se acrecientan: “Durante la pandemia quedó claro que el lavado de manos es el principal mecanismo de prevención pero hay gente que no puede hacerlo, que depende de que le presten una canilla o poder acceder a un bar”, apunta Nicolini.
“Para bañarme todos los días tenía que caminar como 12 cuadras hasta la casa de una amiga. Teníamos un inodoro pero en la misma pieza donde comíamos y dormíamos. Era muy antihigiénico. obviamente”, cuenta Ruth, una vecina del barrio Los Hornos, en Moreno, a la que ayudó la ONG. “Nuestro baño estaba en una casilla afuera, pero como cuando llueve se inunda, no podíamos usarlo sin meternos en el barro y el agua. Para que los chicos no saliesen solos de noche tenía que tener un baldecito dentro de la pieza”, agrega Marlene, del mismo barrio.
Las dos ya tienen su espacio con agua para cocinar y un baño para hacer sus necesidades y ducharse. Lo armaron los voluntarios de Módulo, quienes comenzaron construyendo de a un baño a la vez y luego buscaron trabajar a escala: “Pasamos de hacer un módulo a hacer de a veinticinco por mes, con unos 150 voluntarios. Para lograrlo tuvimos que encontrar un sistema de construcción rápido y escalable”, explica Nicolini.
Desde 2015, la ONG que formaron Matias junto a sus amigos Federico Guevara Gabriel Alejandra Vidal Gabriela Zen, Juan Quelas, Tomas Sicouly y Alejandra Vidal realizó construcciones en diversos barrios del Gran Buenos Aires como Cuartel V en Moreno, La Lomita y Pinazo en Pilar, Ingeniero allan en Florencio Varela, y con la ayuda de otras instituciones llegó a cinco provincias: Tierra del Fuego, Tucumán. Mendoza, Corrientes, Entre Ríos y ya cuenta con voluntarios propios en Córdoba.
Ayudar en pandemia
Con el coronavirus pandemia y el aislamiento, Módulo dejó de armar construcciones multitudinarias y de sumar voluntarios, pero logró que algunos municipios habilitasen la posibilidad de ensamblar las cañerías y los sanitarios y convocar a parientes y vecinos de las familias que necesitaban la instalación. “Además conseguimos donaciones de particulares y empresas para repartir kits de higiene con jabón y lavandina para entregar a las familias. Logramos armar 16.500 kits que se distribuyeron en 50 comedores para repartir entre los vecinos”, cuentan y agregan que siguen juntando donaciones para cumplir con los kits y poder dotar a cada familia de un módulo de emergencia de cocina y baño para que tengan agua para cocinar y un lugar para hacer sus necesidades.
“Tenemos un baño con agua calentita. Pueden cepillarse los dientes. Nos cambió la vida”, asegura Ana, vecina del barrio La Lomita de Pilar que recibió la visita y la ayuda de los voluntarios de Módulo.
“En Argentina hay 1 millón de casos de diarrea en niños y niñas que podrían evitarse al lavarse las manos con agua y jabón. Esta simple solución, prevendría el 40% de los casos. A nivel mundial, 800 niños y niñas mueren por día debido a enfermedades causadas por falta de agua, saneamiento e higiene”, argumentan en la ONG.
“A veces no se trata solo de enfermedades. ¿Cuántos niños no son alzados o acariciados porque están sucios. ¿Cómo consigue trabajo alguien que no puede bañarse ni ir a un baño decente? ¿Quién le compra algo a un vendedor al que no se puede acercar por el olor?”, se preguntaba Nicolini en una charla Ted de la UCA en la que presentó su proyecto evidenciando que los problemas de higiene no solo tienen consecuencias sanitarias.
FUENTE: TÉLAM