¿Quiénes son y qué quieren los líderes de la mesa de enlace de militares y policías?
Dispuestos a reactivar una discusión saldada en los inicios de la democracia, un grupo de militares retirados y algunos exintegrantes de las fuerzas de seguridad presentaron en sociedad una versión castrense de la mesa de enlace a la que llaman “Mesa de Encuentro Libertador General San Martín”. Su articulador es Ernesto Juan Bossi, quien fue el secretario general del Ejército durante la gestión de Martín Balza y después saltó a la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) durante el gobierno de la Alianza, desde donde pugnó por borrar la separación entre defensa y seguridad y lograr que las fuerzas se involucraran en tareas de inteligencia interna –algo vedado por ley después de la experiencia de la última dictadura–. El grupo también lo integran un exjefe del Ejército de Mauricio Macri y un exjefe de la Bonaerense de María Eugenia Vidal.
La presentación en sociedad de la Mesa de Encuentro se hizo en la sede de la Sociedad Militar Seguro de Vida, una entidad asociada a la familia militar que presidió Bossi por un tiempo y que ahora está en manos de Daniel Reimundes, un militar retirado que terminó procesado por la jueza Sandra Arroyo Salgado por la pinchadura de mails a funcionarios, políticos, jueces y periodistas durante el gobierno kirchnerista. El propio Ministro de Defensa, Agustín Rossi, advirtió que la entidad estaba encabezada por alguien con una trayectoria frondosa en conspiraciones y que era financiada por la Sociedad Militar en un intento de disputar la conducción de las Fuerzas Armadas.
En concreto, el grupo que encabeza Bossi se mueve al ritmo de dos ejes: el lobby por la unificación de la seguridad y la defensa y la búsqueda de ganar terreno con la agenda más tradicional de la familia militar y llegar a los integrantes actuales de las fuerzas, con quienes ya casi no han tenido contacto, excepto por los exjefes del Ejército Ricardo Cundom y Claudio Pasqualini, que también son de la partida.
“Al igual que en los países más avanzados, Argentina requiere de una visión integral de la seguridad y la defensa para favorecer las condiciones óptimas para su desarrollo”, explicó Bossi durante la presentación. Entre los principios de la nueva entidad dijo que estaban el bien común, el bienestar y la concordia”. La concordia suele ser la palabra que al interior de la familia militar reemplaza a la reconciliación. También listó tres objetivos –bastante imprecisos– para el accionar de la “Mesa de Encuentro”: la participación en el debate público, la amalgama de la familia militar y la determinación de intereses comunes y particulares de los uniformados.
Los integrantes
Bossi fue una figura clave del Ejército en los años ‘90 y hasta 2000. Quienes lo conocen lo definen como un articulador. Durante el gobierno de Fernando de la Rúa, ocupó la Central Nacional de Inteligencia (CNI) dentro de la SIDE. Sus actividades. despertaron el interés entonces de Elisa Carrió que pidió informes desde el Congreso. Impulsor de la cena de mayo de 2004 que funcionó como una provocación al gobierno de Néstor Kirchner, también mantuvo activa su preocupación por sus compañeros de armas que debieron responder los crímenes aberrantes que cometieron durante la dictadura.
Dentro del grupo, lo siguen en antigüedad dentro del Ejército José Francisco Guerrero y Reimundes, compañeros de la promoción 100 y pasados a retiro en 2003. Después les sigue Sergio Fernández, integrante de la promoción 103 que tiene algunos elementos célebres como el represor Juan Daniel Amelong. Fernández preside la Asociación Veteranos de Guerra de Malvinas (Aveguema). Otro veterano que conforma la “Mesa de Encuentro” es Ricardo Cundom, quien se hizo cargo del Ejército en junio de 2015 tras la renuncia de César Milani.
También participa el excomandante de Gendarmería Nacional José Ricardo Spadaro, quien estuvo en Malvinas en 1982 como parte del grupo Alacrán. Dejó la Gendarmería en 1997 y en los medios se explicó su renuncia como una oposición a que el Ejército interviniera en tareas para combatir al narcotráfico, que le correspondían a las fuerzas de seguridad. “Se trató de una charla informativa, en la que se dio una opinión técnica sobre la defensa y la seguridad. Me pareció positivo que se canalice desde las instituciones de las democracia”, dijo Spadaro ante una consulta de este diario.
Además de Cundom, el grupo cuenta con otro exjefe del Ejército entre sus filas, Claudio Pasqualini, que ocupó la jefatura del Ejército durante los dos últimos años del mandato de Macri. Como su antecesor Diego Suñer, Pasqualini impulsó un calendario de efemérides de la memoria completa y desalentó los procesos por lesa humanidad en Malvinas. Su esposa, Laura Renes, es hija de Athos Renes, condenado a prisión perpetua por la Masacre de Margarita Belén. Parte del impulso de la «Mesa de Encuentro» vino de la mano del Observatorio de Seguridad y Defensa de la Universidad del CEMA, que Pasqualini presentó la semana pasada. Cundom también integra una fundación llamada Criteria, con vínculos con esa casa de estudios.
De la joven guardia está también Pablo Bressi, el exjefe de la Policía bonaerense de María Eugenia Vidal. Bressi había llegado a la jefatura de la fuerza con el visto bueno de la agencia antidrogas estadounidense DEA y terminó eyectado con denuncias insistentes de Carrió por corrupción.
No hay por el momento referente alguno de la Policía Federal Argentina (PFA).
La Armada tiene una representación muy minoritaria a través de Humberto Toloza, que tiene actividad en el mutualismo y preside el Círculo de Oficiales de Mar. Toloza integró la Marina entre 1962 y 1992.
Las preguntas acerca del surgimiento de la “Mesa de Encuentro” todavía no encuentran respuestas. Quienes han trabajado de cerca con la familia militar dicen que están buscando una agenda después de la recomposición salarial que se produjo durante este gobierno o que intentan hacerse un lugar con miras a las elecciones del año próximo después de la aventura fallida del excarapintada Juan José Gómez Centurión, aunque para otros todavia sobrevuela el fantasma de la protesta policial con la que la Bonaerense puso bajo asedio al gobernador Axel Kicillof.
FUENTE: Página 12