Informe de la Comisión de Economía del Comité Central del PCR
La Comisión de Economía en reunión virtual hizo un primer abordaje acerca del estancamiento y crisis heredadas del macrismo, la caída de la producción y del empleo y el crecimiento de la pobreza con la pandemia, pese a las medidas para atenuarlas del gobierno, la negociación con los bonistas y la embestida devaluatoria actual, la situación del Banco Central con propuestas al respecto y al presupuesto 2021. 8 de octubre 2020.
La crisis se profundiza
Luego de la negociación con los acreedores de bonos externos se ha profundizado así una situación de crisis en la economía argentina sobre la que es preciso alertar, ya que contiene factores sumamente explosivos que pueden detonar si no se adoptan las necesarias medidas, agravando las ya tremendas carencias en la vida del pueblo y la Nación. Las concesiones otorgadas por el gobierno en la renegociación de parte de la deuda pública en moneda extranjera, en lugar de una tendencia a la estabilización de las variables económicas -como esperaba- se han reforzado las presiones devaluatorias sobre la moneda nacional, al extremo de llevar las cotizaciones de las distintas variantes en las que se comercializa el dólar (blue, contado con liquidación, dólar bolsa) a niveles nunca alcanzados en toda la historia. Han convergido como marco de la situación actual, el vaciamiento financiero y productivo llevado a cabo por el gobierno macrista tras varios años recesivos y la catástrofe económica y sanitaria provocada por la pandemia.
Antes de la irrupción de la pandemia y la cuarentena, la economía argentina se encontraba en una profunda fase recesiva desde el segundo trimestre de 2018. Esto en un marco más amplio de estancamiento prolongado (2012-2017), con subas en los años impares (electorales) y caídas en los años pares, graficando una especie de “serrucho”. Desde 2018 está dinámica viró hacia un marcado retroceso de la actividad económica. En 2019, el PIB se ubicaba en un nivel inferior al de 2011 (-2,5%), y medido por habitante, menor al de 2007 (-2,0%).
Esta dinámica tiene estrecha vinculación a una sistemática fuga de capitales, a la remisión de utilidades e importaciones de una industria dependiente y el pago de deuda que genera el llamado «estrangulamiento externo» de la economía, en la que nuestras exportaciones y el ingreso de inversiones o reinversiones externas nunca alcanzan a compensar esa sangría de dólares. El bestial endeudamiento macrista pateó para adelante el problema por un par de años exacerbándolo luego al extremo. En lo inmediato estamos en presencia de una profunda recesión junto con un desequilibrio fiscal muy grande, financiado principalmente con emisión monetaria. Esta emisión genera un desequilibrio monetario que presiona sobre la divisa y está dejando sin reservas al Banco Central.
En el segundo trimestre de 2020, la actividad económica local registró un desplome inédito; el PIB disminuyó 19,1% interanual (i.a.) y 16,2% respecto del primer trimestre, medido sin estacionalidad (s.e.). La mayor caída fue en abril, mes de la cuarentena más estricta; a partir de ahí, la apertura progresiva de actividades ha posibilitado un repunte de la actividad, que se tornó muy lento desde julio. Ese mes (último dato oficial), el PIB (EMAE) creció apenas un 1,1% mensual y todavía se ubicaba un 11,6% (s.e.) por debajo de febrero. Una suba similar habría acontecido en agosto y septiembre.
La pandemia afectó seriamente la economía a nivel mundial, más allá de la rigurosidad y la extensión de la cuarentena implementada en cada país. No obstante, la Argentina ha sido hasta el momento uno de los países más golpeados en materia de actividad económica.
Empleo-Desocupación-Pobreza
El empleo disminuyó drásticamente, la cantidad de personas ocupadas y que buscan trabajo en el mercado de trabajo disminuyó drásticamente, como muestran los datos del segundo trimestre del 2020 en los principales 31 aglomerados urbanos (PEA). Éstos llegaron a sólo 11 millones de personas cuando en el mismo período del 2020 fueron 13.5 millones, debido al cierre de actividades y la imposibilidad de desplazamiento. O sea que la pandemia llevó a que muchas personas perdieran su trabajo y no salieran a buscarlo. De este modo los ocupados pasaron de ser 12 millones a sólo 9.5 millones.
Dentro de lo ocupados se ha dado un comportamiento muy particular, como por ejemplo un 21,1% no pudieron concurrir por suspensiones, o licencias, cuando en igual trimestre de 2019 esta proporción era de 2,6%. También se incrementó significativamente el número de personas que realizó el trabajo desde su vivienda, el denominado teletrabajo. Este indicador pasó de representar el 6,5% de los ocupados en el primer trimestre 2020 a constituir el 22,0% de los ocupados en el segundo trimestre. Finalmente, se observó un alza en la proporción de asalariados que utilizaron sus propias maquinarias/equipos para realizar su trabajo: de 2,4% en el primer trimestre a 15,5% en el segundo trimestre. O sea que se ha producido un cambio muy importante en el mercado laboral, mercado que es imprescindible expandir.
Según se desprende del informe del INDEC (encuesta EPH), si se extrapola la estimación que realiza para 31 aglomerados urbanos al total de población urbana, en el segundo trimestre hubo 3,5 millones de personas ocupadas menos que hace un año. Como según el INDEC no buscaron trabajo (ya sea por la cuarentena, etc.), no se las considera desocupadas, por lo cual la tasa de desocupación oficial creció “sólo” del 10,6%de la Población Económicamente Activa (PEA) en el segundo trimestre de 2019 al 13,1% en igual período de 2020. Si se los incluyera, la tasa de desocupación sería en realidad del 30%. El INDEC reportó que la pobreza se elevó a un 40,9% de la población en el primer semestre de 2020. Como se trata de un promedio de los dos trimestres, esto implica que en el segundo trimestre habría sido del 48%, según calculó Lozano.
El trabajo generado por los proyectos del gobierno y hasta de la propia Ley de Tierra, Techo y Trabajo, puede dar empleo con menos precariedad e implica salir del estado de emergencia laboral en que nos encontramos, significan trabajos por 3 meses o 3 años, habrá que generar puestos de trabajo genuinos que puede dar puestos de trabajo genuinos para restablecer un mercado de trabajo estable y con todas las coberturas sociales, donde las PYMES nacionales pueden jugar un papel fundamental. Es necesario conversar dentro del Frente de Todos nuestros lineamientos y confiar en el protagonismo del conjunto del pueblo que nos votó ayudando a que el rumbo de nuestra economía sea realmente de soberanía y de crecimiento autónomo. Junto a esto es importante levantar el programa del millón de chacras y el apoyo a las PYMES.
La emisión monetaria, con sentido redistributivo, destinada principalmente a atender necesidades populares, al no estar apoyada en ingresos genuinos del Estado sobre la base de hacer pagar a los autores y beneficiarios del saqueo macrista, termina revirtiéndose sobre sus espaldas mediante la inflación, la desocupación, el aumento del gasto financiero del Estado y el desborde cambiario que presiona sobre los precios y la inversión productiva. Esto ocurre porque los pesos emitidos acaban en manos de grupos monopolistas y de los bancos, desde donde presionan sobre el dólar y los precios. El dinero emitido se transforma así en capital, pero no principalmente bajo la forma de inversión productiva sino como capital ocioso, que se presta al estado a altas tasas de interés o se fuga a través de la compra de dólares.
Situación del Banco Central
Al 30 de septiembre el 50,1% del activo del Banco es deuda del Tesoro. Expresada en dólares a esa fecha, representa u$s 80.358 millones. Incobrable. A su vez, la deuda del BCRA (cuentas corrientes) en otras monedas, deudas con organismos internacionales, Leliqs y pases pasivos) representa u$s 80.735 millones. Impagable. Esta situación es la que está generando la bomba de tiempo del déficit cuasi fiscal de u$s 1.803 millones mensuales.
Al 30/9, las reservas netas (propias) del BCRA eran de USD 6.700 M, de los cuales 3.750 corresponden a oro; las reservas netas “líquidas” (divisas) rondaban apenas USD 3.000 M, lo cual pone de manifiesto la delicada situación de las cuentas externas.
El gobierno ha adoptado medidas que va quedando claro que son insuficientes para la contención de la presión devaluatoria mediante diversas trabas a la compra de divisas, que no han sido eficaces contra los monopolios imperialistas, los terratenientes y exportadores que redoblan la ofensiva para imponer una mega devaluación de nuestra moneda. Entre ellas, el 5 de octubre lanzó un Bono atado a la cotización del dólar oficial con vencimiento el 30/11/2021 por USS 1.766 millones y consiguió absorber por esa vía $136.105 millones para el Tesoro. Esta medida tibias sólo permite ganar algo de tiempo, frenar la fuga y achicar la emisión de moneda, al estirar el plazo de los vencimientos en pesos, moderar la expectativa de un mayor financiamiento del BCRA al Tesoro en el cortísimo plazo, pero al costo de aumentar la exposición cambiaria de la deuda en pesos. Para tener una idea del descalabro descomunal en el que estamos, esta absorción de pesos mediante deuda atada al tipo de cambio representa una cifra apenas superior al devengado de intereses en el mes de octubre de la deuda del BCRA.
Sobre la deuda
El FMI prestó al gobierno de Macri contra su propia reglamentación y mayor que a cualquier otro país y fueron divisas que se fugaron.
Con relación al acuerdo de la deuda, hay que tener presente que la quita en valor presente es del 29% según el cálculo de la Oficina de presupuesto del Congreso, que es el monto realmente ahorrado dada la tasa de descuento impuesta por los grandes bonistas y aceptada por el gobierno (10%), en un mundo de tasas prácticamente nulas. Tomar los 54,8 (valor presente de los flujos de pagos de intereses y capital) cada 100 nominales es un procedimiento usual en el mercado.
Más del 60% de la deuda renegociada corresponde a la gestión de Macri. Durante su mandato la deuda pública se elevó en unos USD 100.000 M, incremento explicado íntegramente por la deuda en moneda extranjera (los saltos devaluatorios de 2018-2019 contribuyeron a licuar la deuda en pesos traducida a dólares). A la par, la FAE (rubro asimilado a la “fuga de capitales”) ascendió a USD 88.400 M en igual período. Según el BCRA, sobre los agentes que realizaron compras netas de moneda extranjera, el 1% de las empresas adquirió USD 41.124 M, mientras que el 1% de las personas físicas se llevó USD 16.206 M.
Durante la gestión de Macri salieron del país 86 mil millones de dólares que fueron aceitados y financiados por la deuda externa que se tomó. ¿Quiénes fueron tomadores de esta deuda? Por ejemplo, Telefónica Argentina por 1248 millones de dólares, Pampa Energía por 901 millones de dólares, American Express por 855 millones de dólares, Western Union (empresa que había fundado Macri y después vendió a los yanquis) por 875 millones de dólares, General Motors por 800 millones de dólares, Shell por 710 millones de dólares, Telecom 647 por millones de dólares, Monsanto por 525 millones de dólares. Estas son las que hacen el gran lobby de que era necesario renegociar nuestra deuda y entrar en esta negociación que hemos cerrado el mes pasado.
Mercado interno o externo
No es el sector agropecuario el más intensivo en mano de obra, y aquí entra en contradicción cual es el centro de la política económica a desarrollar. Para el desarrollo productivo argentino es decisivo el desarrollo del mercado interno y fortalecer a la industria nacional de pequeños y medianos empresarios afirmaría un camino soberano que puede disminuir drásticamente el peso extranjero en nuestra economía.
Desde el gobierno se plantea la “salida exportadora” para generar “dólares genuinos”, que permitan acompañar la recuperación de la economía (mayor necesidad de importaciones), pagos de deuda, y otras transferencias de capital. Esto luce muy difícil, en virtud del prolongado letargo exportador que acarrea la economía argentina (hasta 2012 favoreció una sostenida suba de los términos del intercambio). Pero aún si se lograra (suba de precios de la soja, etc.), implica seguir con la dinámica de conseguir dólares vía esfuerzo productivo del pueblo argentino para seguir pagando los tributos al imperialismo y sus socios locales, para continuar financiando la dependencia. Macri buscó salir con las inversiones terratenientes y de Europa occidental, fracasó porque no pudo imponer las reformas para esas inversiones que buscan nuestro mercado interno. El mercado interno equivale u$s 500.000 millones, en tanto que las exportaciones del año 2020 pueden llegar a 70.000 millones de dólares.
En relación al tema de las divisas que provienen de las exportaciones, no se observa un retraso en la venta de la cosecha por parte de los productores, en comparación con años anteriores. Sí se registra un importante retraso en la liquidación de las divisas por parte de los monopolios exportadores de cereales y oleaginosas, cuando tienen 15 días para liquidar.
Propuesta para resolver la situación del Banco Central
El BCRA está quebrado, al 7 de Octubre las reservas netas (propias) del BCRA eran de USD 6.300 M, de los cuales 3.740 corresponden a oro; las reservas netas “líquidas” (divisas) rondaban apenas USD 2.500 millones lo cual pone de manifiesto la delicada situación de las cuentas externas. De sus reservas el Tesoro retiró dólares para pagar bonos de la fraudulenta deuda externa, dejando a cambio pagarés intransferibles por unos u$ 50.000 Millones. El Tesoro también emitió bonos negociables por los cuales el BCRA se desprendió de otros u$s 14.000 Millones, el ANSES de u$s 30.000 Millones y el Banco Nación de u$s 10.000 M., cuya devolución se demora eternamente.
Todas estas cifras reflejan en las cuentas del Estado la sangría de nuestra eterna deuda externa. Hay causas internas de esta deuda. Cavallo dio un seguro de cambio el 5 de junio del año 1981 para que las empresas tomasen deuda en dólares a más de un año, con el compromiso que la empresa lo devolvería en pesos al cambio del día que contrajeron esa deuda. El cambio a esa fecha era de $5.000 por dólar. Se aseguraron U$ 23.000 millones, la lista de estas empresas es de orden público. El Banco Central se hizo cargo de las devoluciones hasta que el 17-11-1982, con un dólar oficial a un cambio de $ 46.000 por dólar, el paralelo estaba en $ 65.000, ante la imposibilidad de ejecutarlo realizó la emisión de bonos de deuda externa por valor de u$ 17.000 M. Estos bonos luego se canjearon y ampliaron con el Plan Brady del menemismo, luego con el Blindaje de De la Rúa, y finalmente con el mega canje de Kirchner-Lavagna del 2005-2010. Para el pago de este ultimo canje es que se dejaron los pagares incobrables en el BCRA. Es necesarios que las empresas que se beneficiaron por el seguro de cambio devuelvan ese beneficio, que al valor actual equivalen alrededor de U$ 85.000 millones.
Junto a no pagar un solo dólar a los tenedores externos de estos bonos y los nuevos emitidos, es necesario que estas empresas radicadas en el país devuelvan estos fondos, que hoy equivalen a unos u$ 85.000 Millones. Con ellos fondear al BCRA, al ANSES y al Banco Nación.
Según el balance semanal del BCRA, el financiamiento al estado mediante emisión monetaria alcanzó a $ 1.895.601.135.000 (1,8 billones) en el período enero-septiembre 2020. Por su parte el BCRA reabsorbió la emisión endeudándose mediante la emisión de Leliqs y pases pasivos, que se incrementó en el mismo período en $ 2.261.381.205.000 (2,2 billones) (superior porque en algún grado incluye intereses).
Por esta suerte de “encaje remunerado” el déficit cuasi fiscal del BCRA representará para el mes de Octubre el pago de $ 130.419.022.000 por intereses, suma equivalente a U$S 1.803.485.000 (Al tipo de cambio considerado por el BCRA de $ 76,175 y con la tasa del 38% anual sobre Leliqs y del 24% sobre pases pasivos. A partir del 8 de octubre dichas tasas pasan al 37% y 27% respectivamente).
Un tema inmediato es que el BCRA cancele las Leliqs por las cuales en el mes de Octubre 2020 pagará intereses por el equivalente de más de mil millones de dólares. El Proyecto de Tierra-Techo-Trabajo estima que necesita financiamiento por tres años por $ 420 mil millones, que equivalen a 4.100 millones de dólares al tipo de cambio del Presupuesto, este monto para financiar el Proyecto equivalen a cuatro meses de esos intereses. La cancelación de las Leliqs en el corto plazo la proponemos unida a la reforma de la ley de entidades financieras y en el camino de una profunda Reforma Monetaria que termine de cuajo con la inflación. Sin embargo en la concreción de la decisión de terminar con la especulación financiera habrá que hacerse cargo de la devolución efectiva de los fondos que hoy manejas los bancos y son depósitos de pequeños ahorristas y el grueso del giro de la burguesía nacional. El fondeo efectivo del BCRA, ANSES y Banco Nación permitiría un shock de inversiones sin comprometer nueva emisión y atacando los intermediarios internos de la dependencia. Una posibilidad de ejecutar este fortalecimiento de esta política fiscal y financiera es la emisión de un bono del Tesoro, con el respaldo de una ley del Congreso, que imponga un Impuesto de Reparación de la Deuda Pública a quienes la originaron para su beneficio, a los efectos de su cancelación en un plazo de 10 años. Junto a esto proponemos que la recaudación tributaria nacional del orden de los 85 mil millones de dólares tengan efecto específico de reparación de las deuda intra-Estado e imponer más tributos sobre las ganancias de las empresas intermediarias de la dependencia que junto a la renta terrateniente son los que se “la llevaron con pala” en 40 años. En este sentido también es muy importante concretar el Impuesto a las Grandes Fortunas.
Proyecto Presupuesto 2021
El proyecto de presupuesto 2021 plantea un repunte del PBI medianamente realista, en el 2021 se estima un crecimiento del 5,5 % versus la caída del 12,1 en el año 2020, escenario atado, naturalmente, a que se logre pilotear la delicada situación cambiaria. Se subestima la inflación, supone que disminuye de 32% interanual (i.a). en diciembre 2020 a 29% i.a. en igual mes de 2021. En agosto fue de 40,7% i.a., y se espera que acelere en los últimos meses del año (cerraría más cerca de un 35% i.a., crece mensualmente pero cae interanualmente por un efecto base de comparación). En un marco de gigantesca emisión monetaria para financiar al Tesoro, la inflación actualmente se encuentra “contenida” por la profunda recesión y el congelamiento de los servicios públicos. El presupuesto supone que el déficit fiscal primario pasa de 8,5% del PIB en 2020 a 4,5% en 2021, mientras que el financiero, incluyendo intereses, pasa de 10,5% a 6,0%. Por el lado del gasto, asume la eliminación completa de los gastos vinculados a la pandemia (IFE, ATP, etc.), una leve caída en términos reales de las penosas jubilaciones actuales, y aumento de tarifas (los subsidios se mantienen como % del PIB).
El Proyecto se basa en dos proyecciones macroeconómicas de muy difícil realización, en primer lugar supone una inflación anual del 29 % y un tipo de cambio de $ 102 por dólar. El total del gasto se estima en $ 8,4 billones (millones de millones), equivalentes a 82,4 mil millones de dólares, en tanto que el cálculo de los recursos se estiman en 7 billones, por lo cual se necesita financiamiento por 1,4 billones, equivalentes a 14.000 millones de dólares. Para el rubro Servicios Sociales se estima un gasto de 5,7 billones, lo cual representa el 68 % del total, dentro de este el pago de Jubilaciones y Pensiones se proyecta en 4,7 billones y se destina a Subsidios Sociales 1,7 billones. Es de utilidad en nuestro trabajo parlamentario de cara a la discusión del Presupuesto analizar el proyecto desde las proporciones de cada rubro de gastos sobre el total presupuestado. En relación al gasto social es importante defender con firmeza la proporción destinada a Servicios Sociales, que representan el 68 % del total del Presupuesto, un tema que es muy probable sea observado por el FMI en las negociaciones de la deuda que están por iniciarse. Se estima que para subsidios a energía, combustible y minería se destinen 682 mil millones de pesos, lo que al tipo de cambio del Presupuesto significarían 8.525 millones de dólares, lo cual debe ser cuestionado desde el punto de vista popular, más aún teniendo en cuenta que este sector ha sido muy beneficiado en los últimos 15 años, además lo comparamos con lo que se destinaría al apoyo al sector industrial, para el cual están previstos solo 122 mil millones. Para la deuda pública se destinan 665 mil millones de pesos, lo que al cambio del Presupuesto representan 6.500 millones de dólares. Para el año 2021 se estima operaciones de endeudamiento por un monto de 19.410 millones de dólares que se concretarían a 90, 180 y 360 días, lo cual deberá ser autorizado al sancionarse la Ley de Presupuesto, el interrogante al respecto es cuales serán las fuentes de financiamiento de carácter internacional, tanto del mercado de capitales privados como de organismos internacionales
En el proyecto de Presupuesto en tratamiento aún no está incluido el Proyecto de Tierra,Techo y Trabajo, por lo cual es prioritario que se sancione el Proyecto de Ley presentado por las organizaciones sociales, de manera tal que se abra la discusión sobre las fuentes de financiamiento.
El presupuesto 2021 continúa con la matriz de la estructura impositiva regresiva cargando sobre el consumo y la “ganancia” de los trabajadores y jubilados el grueso de la recaudación. La gran medida redistributiva pasa por achicar la carga sobre el pueblo y aumentar los ingresos del Estado cargando a los que se llevaron ganancias con pala. Del proyecto de Presupuesto 2021 proponemos particularmente incluir el financiamiento para mantener el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y suprimir el pago de intereses de la deuda y los subsidios a las empresas de energía volcando esos recursos a obras publicas de promoción de la autonomía industrial.
FUENTE: PCR