La ONU advierte de que la economía argentina necesitará ayuda internacional tras la pandemia
Argentina ha sido ejemplar en la respuesta sanitaria y política contra la covid-19, pero los “dramáticos” efectos económicos del confinamiento en un país que ya estaba en recesión solo se superarán con un amplio consenso interno y la ayuda internacional. Este es el resumen de un informe elaborado por ONU Argentina, que reúne la información de las 22 agencias de la organización que operan en el país sudamericano.
Presentado este martes en Buenos Aires, el documento, de casi 90 páginas y titulado Covid-19: impacto socioeconómico y ambiental, dibuja un panorama desolador: 11 millones de argentinos necesitan de la ayuda del Estado para comer, hasta 852.000 personas pueden perder este año su empleo y el PIB caerá en diciembre entre el 8,2% y el 10%. Los niños y niñas pobres pasarán del 53% al 58,2%, según las mismas previsiones. Todo esto “en un país que ya arrastraba una crisis alimentaria, productiva y económica en un contexto de endeudamiento muy fuerte. Para millones de argentinos, las consecuencias [de la pandemia] son dramáticas”, dice Roberto Valent, coordinador residente de ONU en Argentina.
El Gobierno argentino difundió este martes cifras que acompañan el panorama de la ONU. Durante el primer trimestre del año, con solo 10 días de cuarentena, el desempleo interanual subió tres décimas hasta el 10,4%, el PIB se derrumbó 5,4% y el consumo privado cayó 6,.6%. Las cifras dan una idea de la debilidad estructural del país para resistir un cierre productivo que ya suma 100 días y seguirá prologándose.
El informe de la ONU destaca los planes de ayuda social impulsados por el Gobierno para asistir a los sectores más golpeados por la crisis, con aportes directos a los sectores más vulnerables y a empresas incapaces de pagar los salarios. “El mismo país que produce alimentos para 400 millones de personas, hoy brinda asistencia alimentaria a 11 millones de argentinas y argentinos”, un cuarto de la población total, destaca Valent.
La contracara de la debacle económica ha sido una exitosa estrategia sanitaria, según la ONU. Los contagios están por debajo de los 45.000 y los muertos apenas superan el millar, lejos de vecinos menos poblados como Chile, donde los positivos son más de 250.000 y los muertos superan los 7.000. El confinamiento temprano, cuando Argentina apenas registraba contagios, mantuvo bajo control la curva, concentrada en un 95% en la ciudad de Buenos Aires y su extrarradio. A finales de esta semana, el Gobierno anunciará un endurecimiento de la cuarentena en este gran distrito, donde viven 15 millones de personas. “La curva de contagios crece donde tenemos la concentración demográfica y productiva de Argentina y paraliza una fuente importantísima de producción y empleo. Pero la decisión sigue siendo poner la salud en el centro”, dice Victoria Tolosa Paz, secretaria ejecutiva Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales.
Desde la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que participó en el informe de la ONU, consideran que la respuesta de Argentina ante la pandemia ha sido “ejemplar en la región”. Pero advierten que si pretende controlar la debacle económica deberá aislar a los positivos mientras regresa poco a poco a la normalidad. “Por un lado es necesario un escalamiento la vigilancia [mediante testeos] para saber donde está el virus. Por otro lado, hay que hacer una localización de todos los contactos estrechos para que hagan una cuarentena de 14 días. Esta arquitectura cuesta menos que un cierre de la economía y permite abrir de manera controlada sin un disparo de los casos”, explica la representante de la OPS, Maureen Birmingham.
Argentina saldrá más pobre y más desigual de la pandemia, en parte por la crisis general y en parte por el lastre que ya cargaba antes del inicio de la crisis. “La sociedad argentina teme que lo coyuntural pase a ser estructural, y que los nuevos pobres y marginados de esta crisis pasen a ser los nuevos pobres y marginados del país”, dice el informe de la ONU. Roberto Valent destaca que Argentina es resiliente y ve un clima político de consenso, pero advierte que también hará falta apoyo externo. “Hago un llamamiento a la cooperación internacional”, dice, “para que arroje una mirada a un país como Argentina. La ayuda tiene que tiene que reactivarse en países de renta media, porque es allí donde se concentra el 75% de la pobreza en el mundo”.
FUENTE: EL PAÍS