El Gobierno refinanció el 89% de los pagos de deuda en pesos del primer semestre
Luego del alcanzar el roll over completo del Botapo (TJ20), el Gobierno logró refinanciar el 89% de los vencimientos de deuda en pesos en lo que va del año por más de medio billón en un mercado que se había cerrado tras el reperfilamiento compulsivo realizado por el exministro de Hacienda, Hernán Lacunza, en agosto de 2019. En lo que resta del año, enfrentará compromisos por $570.039 millones con acreedores privados.
La Secretaría de Finanzas aseguró en un informe publicado este lunes que alcanzó «logros significativos» de cara a la «normalización del mercado de deuda en pesos», entre los que destacó la refinanciación de los abultados compromisos, la extensión de plazos, la baja de tasas, la recuperación de paridades y el aumento de la participación de los instrumentos en moneda local en el stock de pasivos.
El default de la deuda de corto plazo en pesos emitida por la misma gestión de Cambiemos había dejado una fuerte concentración de vencimientos a lo largo de 2020: los compromisos en moneda local ascendían a $2,3 billones en total y $1,15 billones estaban en manos de acreedores privados, de los cuales el 74% caían en el primer semestre.
Una parte de esos vencimientos fue despejada a través de una serie de canjes por títulos más largos atados a la inflación. De los $663.551 millones que efectivamente se pagaron entre el comienzo del año y hoy, $591.267 millones fueron cubiertos por colocaciones de letras y bonos en el mercado local. Es decir, se alcanzó una tasa de refinanciación del 89%.
El porcentaje de roll over fue creciendo a lo largo del semestre. En enero fue del 58%. Hubo un traspié en febrero, donde se refinanció el 46% a raíz del fracaso del canje del bono Dual AF20, que estaba concentrado en manos de fondos extranjeros. Luego Finanzas cambió de estrategia y habilitó la conversión de instrumentos en peso a valor técnico. Así, en marzo se rolleó el 71%; en abril, el mes con vencimientos más abultados, el 97%; y en mayo, el 137%, es decir, se alcanzó un superávit de financiamiento de $70.000 millones.
En junio, el principal dato fue la refinanciación completa del TJ20, un vencimiento por $130.000 millones concentrado en manos del fondo californiano Pimco (el 66% del total) y algunos otros tenedores extranjeros, que representaba el último gran escollo del año en el segmento de deuda en pesos.
La clave del resultado fue el anuncio de las nuevas subastas de bonos en dólares que anunció el secretario Diego Bastourre la semana pasada y que se realizarán en agosto, septiembre y noviembre por un total de USD1.500 millones. A través de ellas, buscará darle salida a los fondos externos que tienen títulos en pesos. El objetivo será «desinfectar» la curva en moneda local de acreedores que permanentemente demanda divisas y, al mismo tiempo, evitar las presiones cambiarias ante cada vencimiento grande.
La licitación del jueves pasado, en la que Finanzas consiguió $135.000 millones en cinco letras y un bono atado a la inflación a 2021, les sirvió como puente a los tenedores extranjeros del Botapo para llegar a las subastas en dólares.
«Logros significativos»
“En diciembre, el panorama del mercado de deuda en pesos era muy complejo, estaba virtualmente cerrado. Los vencimientos para el 2020 eran muy elevados y concentrados en el primer semestre. El mercado estaba totalmente ilíquido con títulos que cotizaban al 35%-40% de paridad”, resaltó Bastourre.
Y celebró: «La política de normalización que llevamos adelante hoy muestra logros significativos: baja de tasas de interés a niveles sostenibles, extensión de plazos, reducción sustancial de los vencimientos en 2020 y aumento de la participación de la financiación en pesos en el total de deuda». Este proceso se dio en simultáneo a la renegociación de la deuda externa que lleva adelante el ministro de Economía, Martín Guzmán, con los acreedores extranjeros.
El 20 de diciembre se reanudaron las licitaciones de instrumentos en pesos, que habían sido interrumpidas en julio, con una colocación de $18.846 millones a una tasa efectiva del 49,80%, que se ubicaba casi 40 puntos abajo del 87% que pagan las Leliq del Banco Central. La siguientes emisiones continuaron la baja de los rendimientos. En las últimas operaciones rondan el 30%.
También se realizó una serie de canjes de instrumentos en moneda local para postergar vencimientos y aliviar el calendario de pagos. En enero se canjearon Lecap por $85.000 millones; en marzo, con la nueva herramienta de conversiones a valor técnico, letras y bonos por $320.000 millones; y luego, en sucesivas operaciones se canjeó el 94,5% del AF20, cuyo primer intento había fracasado en febrero.
Finanzas también destacó que durante el primer semestre el stock de pasivos denominados en moneda local aumentó su proporción en el total, pasando de representar el 14,4% en noviembre de 2019 al 15,3% al cierre de mayo.
Al mismo tiempo, consiguió extender los plazos de sus obligaciones. Muestra de ello es el incremento de la participación de bonos por sobre las letras en el stock total de pasivos en pesos: los primeros pasaron de representar el 79% en noviembre al 83,3% en mayo.
Además, a través de dos conversiones realizadas en mayo, el Gobierno logró pesificar el 26,6% de las Letes en dólares que habían sido re-reperfiladas por la actual gestión.
Los objetivos oficiales para la deuda en pesos
Superado el TJ20, el Palacio de Hacienda considera que está en condiciones de avanzar en la normalización definitiva de la curva en moneda local y confía en que logrará sortear los compromisos pendientes en lo que resta del año. Se trata de $1,04 billón entre capital e intereses, de los cuales $570.039 millones, es decir el 55% del total, tienen por acreedor al sector privado.
«Después del Botapo, apuntamos a que el mercado en pesos quede definitivamente normalizado. Por eso, apuntamos a soluciones estructurales y de largo plazo, como la nueva estrategia de subastas», planteó días atrás Bastourre en un encuentro con periodistas del que participó BAE Negocios.
Además, planteó que esperan conseguir que la fuerte recuperación de las paridades en el tramo corto de la curva se termine de trasladar al largo: «Es uno de los efectos que nos gustaría ver en los próximos meses».
Mientras los precios de las letras y los nuevos bonos cortos cotizan casi a la par, es decir, cerca de su valor nominal, los bonos nuevos más largos rondan el 75/80% y los títulos heredados más largos, el 40%.
FUENTE: BAE NEGOCIOS