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Desindustrialización: entre 2015 y 2020 el sector perdió 2,2 puntos de participación el valor agregado

La industria perdió 2,2 puntos de participación sobre el valor agregado bruto entre el primer trimestre del 2015 y el mismo período del 2020. Es decir, la producción industrial realizada en territorio nacional cayó más que el resto de la actividad económica, lo que demuestra la ocurrencia de un proceso de desindustrialización. En la misma comparación temporal se observa que el sector fabril perdió 150.000 empleos. Es el 89% de los 168.000 de puestos formales que se destruyeron en el total de la economía.

Los datos de participación de la industria sobre el total del valor agregado fueron publicados ayer por el Indec a través del Informe de Avance de Actividad del primer trimestre, elaborado por la oficina de Cuentas Nacionales. Ese informe oficial, además, dio cuenta de una caída desestacionalizada de 4,8% en el PBI durante el primer trimestre del año. Los de empleo surgen del informe número 3 del Observatorio de Industriales Pymes Argentinos (IPA), que entre sus apreciaciones del fenómeno destacó: «Es claro concluir que el modelo aplicado desindustrializó al país».

Para hablar de desindustrialización, más allá de la caída en la producción del sector en términos absolutos, es preciso observar un deterioro que en términos relativos sea peor que el del resto de los sectores. Eso se ve con claridad durante el período de Cambiemos en el Gobierno. Durante la pandemia, los datos muestran que las manufacturas no vienen siendo las más perjudicadas pero sí se destaca que el deterioro del sector se aceleró con fuerza.

Así, destacó IPA, entre marzo y abril cerraron 1.174 empresas y se perdieron 48.000 empleos industriales. Demasiado para un solo mes. La dinámica esperada indica que la situación sólo pudo haber empeorado en mayo.

Para el total de la economía, al comparar las empresas existentes en abril con las de marzo se ve una caída de 2,3%, con una pérdida de 23.555 unidades productivas y 254.000 puestos de trabajo formales. La peor parte se la llevaron los servicios de alojamiento y comida con 2.000 firmas y 9.000 empleos menos.

Pero si bien para la industria la pandemia fue relativamente menos grave, lo cierto es que el sector llega golpeado por el proceso de desindustrialización previo. Desde IPA señalaron: «A nivel global la situación de la crisis muy probablemente contribuya a profundizar la tendencia al cierre de los mercados de bienes y servicios de los países que ya venía aconteciendo desde antes de la aparición del Covid-19. Las elecciones en EE.UU. a la vez han disparado las tensiones internas en ese país y su inestabilidad es de alto impacto a nivel mundial. Es muy difícil escapar en ese escenario a la necesidad de un desarrollo industrial de la nación».

Al comparar la participación a precios corrientes de la industria sobre el total del valor agregado local, se observa que el camino tomado fue el contrario entre 2015 y 2020. La fortísima devaluación, con su impacto sobre el consumo interno y el beneficio relativo para el agro, se destaca entre las explicaciones. Mientras que la industria pasó de 17,1% a 14,9%, el agro saltó de 4,3% a 5,2%.

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FUENTE: BAE NEGOCIOS