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15 de Junio – Día Contra el Maltrato al Adulto Mayor

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) decretó el día 15 de junio como:

”El Día Mundial de toma de conciencia del abuso y maltrato a los adultos mayores.”

El objetivo de este día es crear una conciencia social y política de la existencia del maltrato y abuso producido a las personas Adultas Mayores.

Hacerlo conocer como algo aberrante e inaceptable, que se da de diversas formas a nivel mundial y difundir que se puede prevenir.

Según los estudios demográficos de las Naciones Unidas, en el año 2000 el mundo contaban con 590 millones de personas de setenta o más años de edad y en el año 2025 serán 1100 millones, con un aumento del 224 por 100 en relación con las cifras de 1975.

Dicha población habitará tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo.

En Panamá las personas adultas mayores representan el 6.7 % (238,624 personas) de la población total, de los cuales el 48% son hombres y 52% mujeres.

¿A que llamamos Maltrato al Adulto Mayor?

La Asociación Americana de Medicina, define el maltrato al adulto mayor, como todo acto u omisión que resulte en daño o amenaza de daño a la salud o bienestar biosicosocial de la persona mayor.

A través de la historia la violencia contra el niño, contra la mujer y el Adulto Mayor, siempre han estado presentes en la vida doméstica y comunitaria.

Los valores que en muchas sociedades se le daba a la persona mayor han sufrido una marcada transformación.

Hoy, al adulto mayor en su gran mayoría se les distingue como seres en retirada, como una carga inútil que no hay más remedio que soportar.

El envejecimiento de la población a nivel mundial va en aumento y en consecuencia, la violencia contra el anciano se hace más evidente.

Los casos de abuso al Adulto Mayor aumentaran y el impacto de este abuso sobre la salud debe ser tema de preocupación y consideración por la sociedad.

¿Cómo se clasifica el maltrato al Adulto Mayor?

Dentro de la categoría general de, maltrato a las personas mayores, se incluyen varios tipos, destacándose entre ellos el maltrato físico, psicológico, económico, sexual, negligencia y la auto negligencia. .

Los ancianos con deterioro cognitivo son los más vulnerables en estas situaciones.

Este maltrato a adultos mayores, pueden darse por cualquier persona que estando en contacto con ellas, se encuentre en una posición de control o autoridad con respecto a ellas y se pueden producir tanto en el ámbito doméstico como en el institucional (hospitales, residencias, centros de día, etc.).

El maltrato físico incluye acciones como golpear, empujar, abofetear, quemar, encerrar en una habitación a una persona mayor, utilizar restricciones físicas para que no se mueva, etc.

Son actos de violencia que causan dolor, daño o lesión, deterioro o enfermedad,

El maltrato psicológico incluye el uso de amenazas a la persona mayor, insultos verbales, humillación, aislarle, ignorarle, no dejarle tomar decisiones por sí mismo, separarlo de su pareja, etc.

El maltrato financiero es el abuso del dinero o bienes de la persona anciana para ganancia personal.

El abuso por negligencia es el fallo de la persona que está al cuidado del anciano, para proveerle las necesidades básicas de la vida diaria y atención de su salud, y esa negligencia puede ser física, emocional o financiera.

El abuso sexual está definido como el contacto íntimo no consensual, o la exposición o alguna otra actividad cuando el anciano es incapaz de dar su consentimiento.

El llamado abuso por negación, es la conducta del anciano que compromete su salud y seguridad;

Es muy importante tener en cuenta que se pueden observar en una misma persona la presencia de más de un tipo de maltrato de forma simultánea.

Por ejemplo, un adulto mayor podría estar siendo maltratada psicológicamente y además, estar siendo tratada de forma negligente.

¿Qué se puede hacer?

El personal de salud en la atención primaria es un pilar importante en la prevención, detección y abordaje de esta delicada situación.

El médico debe preguntar a sus pacientes, familiares y cuidadores acerca del abuso, mediante cuestionarios simples y directos, aun si los signos están ausentes, además debe conocer los síntomas y signos relacionados al abuso.

El paciente y la persona que está a cargo de su cuidado deben ser entrevistados juntos y por separado (en ese orden), para detectar similitudes o contrariedades.

En 1997 se creó la estructura Orgánica de la Dirección Nacional del Adulto Mayor adscrita al Ministerio de La Mujer, La Familia y el menor que luego se llamaría Ministerio de Desarrollo Social.

En la actualidad no se puede definir si esta dirección existe de forma operativa y lastimosamente no vemos campañas o estrategias orientadas a sensibilizar a la población para que denuncie el maltrato al Adulto Mayor.

Lo ideal es prevenir, para ello hay que anticiparse a la crisis.

Las acciones de prevención deben incluir educación a la población, consejos a los familiares, los adultos y cuidadores así como legislaciones que protejan al adulto mayor.

¿Cómo afecta la pandemia, a las personas mayores?

Aunque todas las personas de cualquier edad corren el riesgo de contraer COVID-19, las personas mayores tienen un riesgo significativamente mayor de mortalidad y enfermedad grave después de la infección, y los mayores de 80 años mueren a un ritmo cinco veces mayor que el promedio. Se estima que el 66% de las personas de 70 años o más tienen al menos una afección subyacente, lo que los coloca en un mayor riesgo de impacto severo por el COVID-19.

Las personas mayores también pueden sufrir discriminación por edad en las decisiones sobre atención médica, triaje y terapias que salvan vidas. Las desigualdades globales significan que, ya antes del COVID-19, hasta la mitad de las personas mayores en algunos países en desarrollo no tenían acceso a los servicios de salud esenciales. La pandemia también puede conducir a una reducción de los servicios críticos no relacionados con el COVID-19, lo que aumenta aún más los riesgos para la vida de las personas mayores.

«La pandemia del COVID-19 está causando temor y sufrimiento indescriptibles a las personas de edad en todo el mundo. Más allá de su impacto inmediato en la salud, la pandemia coloca a las personas de edad en una situación de mayor riesgo de pobreza, discriminación y aislamiento. Es probable que tenga un efecto particularmente devastador para las personas de edad de los países en desarrollo».

Algunas personas mayores se enfrentan a vulnerabilidades adicionales en este momento. El virus no solo amenaza la vida y la seguridad de las personas mayores, sino que también amenazando sus redes sociales, su acceso a los servicios de salud, sus trabajos y sus pensiones.

“Ninguna persona, joven o vieja, es prescindible”, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, en un mensaje de vídeo para presentar un informe de política sobre las personas de edad el mes pasado. El impacto en la salud y los servicios de atención a largo plazo para las personas mayores debe reconocer y enfrentar los desafíos particulares a los que se ven expuestos, incluida su capacidad para acceder a tratamiento y atención médica.

“Las personas de edad tienen los mismos derechos a la vida y a la salud que todos las demás”, subrayó el jefe de la ONU. “Al adoptar decisiones difíciles respecto a la atención médica para salvar vidas, se deben respetar los derechos humanos y la dignidad de todos”.

Finalmente…

La “Carta de los principios a favor de las personas mayores,” aprobada en la Asamblea de las Naciones Unidas el 16 diciembre de 1991, es un documento que debe divulgarse para sensibilizar a la población y a las autoridades de esta situación que afecta a nuestra sociedad.

En esa carta se garantizan una serie de derechos a las personas mayores, que van desde los más básicos, como alimentación, agua, vivienda, vestido y atención de salud adecuada, hasta los más trascendentales, como el acceso a servicios sociales y jurídicos, que le permitan recibir un trato digno por parte de quienes los rodean.

Para el adulto mayor, lo más doloroso es que las agresiones provengan de sus hijos o nietos, a quienes ha dedicado su tiempo y ha contribuido a formar y en quienes de seguro, ha depositado toda su esperanza de tener una vejez apacible y digna

Muchos aspiramos a ser longevos, sin embargo en nuestra sociedad se aprecia una tremenda contradicción; aspiramos ser longevos y no nos preparamos para ello, como consecuencia la sociedad los excluye de diversas formas de participación.

FUENTE: Dra. M. Rodríguez, Secretario General de la ONU: António Guterres