Greenpeace reclama proteger el Mar Argentino a causa de la pesca
Cada año, más de 400 buques de pesqueras industriales llegan al Mar Argentino —sector del Océano Atlántico que cubre toda la plataforma continental adyacente de las costas de nuestro país— en busca de recursos marinos. Desde Greenpeace exigen que las autoridades de cada país impulsen un Tratado Global de los Océanos con el objetivo de resguardar los océanos y su biodiversidad.
Al no haber ningún tipo de control ni regulación en las aguas internacionales que bordean al Mar Argentino, las industrias pesqueras, las empresas mineras y las compañías de combustibles fósiles no tienen impedimentos para ejercer sus prácticas altamente destructivas, denuncia la agrupación en un comunicado.
De todas las actividades que se llevan adelante en los océanos, la pesca es una de las más graves. Los buques, al desactivar sus sistemas de posicionamiento satelital (AIS) e ingresar ilegalmente en las aguas argentinas, tienen vía libre para el abuso laboral y la pesca intensiva.
Como si esto no fuera suficiente, las técnicas usadas —como la pesca de arrastre de fondo y el palangre— son de las más nocivas. El modo de arrastre, por ejemplo, consiste en arrojar al agua extensas redes que barren el fondo del mar, capturando todo lo que se encuentra a su paso.
«Necesitamos que nuestros representantes defiendan los océanos. Sin dudas, esta es una oportunidad histórica para hacerlo realidad. La vida del planeta, incluso la nuestra, depende de ellos«, advierte la agrupación en el comunicado.
Señalan además la importancia de que las poblaciones de animales se recuperen de los efectos del impacto humano en el ecosistema marino y proteger los océanos para poder evitar los efectos del cambio climático y garantizar la seguridad alimentaria de las miles de millones de personas que habitamos el planeta.
El Agujero Azul
Esta zona de aguas internacionales de poca profundidad, ubicada al este del Golfo de San Jorge en la Patagonia argentina, reúne ecosistemas únicos con muchas especies en un estado frágil de conservación.
En un informe reciente conocido como 30×30: Guía para la protección de los océanos, científicos de la Universidad de York, la Universidad de Oxford y Greenpeace piden que al menos el 30% de los océanos del mundo se declaren santuarios marinos para 2030.
«Los santuarios marinos son una herramienta clave para proteger los hábitats y las especies, para reconstruir la biodiversidad oceánica, para ayudar a los ecosistemas oceánicos a recuperarse y para mantener los servicios ecosistémicos vitales», señala la comunidad científica en el estudio.
«La necesidad es inminente y los medios están disponibles. Lo único que se necesita es voluntad política«, concluyen.
Fuente: Filo. News