Rusia sabe cómo se agujereó la Soyuz pero se niega a hacerlo público
La historia más misteriosa de la cosmonáutica rusa actual seguirá siendo un secreto un año después. Al menos para el público en general, porque Roscosmos, la agencia rusa del espacio, ya ha averiguado cómo o quién agujereó una de sus naves Soyuz.
El jefe de la corporación, Dimitri Rogozin, aseguró el pasado miércoles a los asistentes a la conferencia científica Órbita de la Juventud que sus técnicos e investigadores ya conocen qué es lo que ocurrió el 29 de agosto del 2018 a 400 kilómetros sobre la Tierra, en la Estación Espacial Internacional (EEI).
El caso pudo envenenar las relaciones con EE.UU. en el espacio, uno de las pocas esferas de cooperación mutua
Ese día, el Centro de Control de la Tierra notó que la estación estaba sufriendo una pequeña fuga de aire. No constituía una amenaza inmediata, pues la presión se reducía cada hora en 0,8 milímetros de mercurio. Pero a ese ritmo la EEI se quedaría sin aire en 18 días.
Avisada, la tripulación descubrió el motivo de la fuga: un minúsculo agujero de dos milímetros en el revestimiento de la nave espacial rusa Soyuz MS-09, que había transportado en junio a la Expedición 56 de la EEI. “Tomamos muestras de todo y ahora todo está claro para nosotros”, aseguró Rogozin.
Emocionante. Los asistentes al simposio iban a conocer de primera mano el origen del misterio. ¿Un sabotaje? ¿Un error humano?
Pero Rogozin no está dispuesto a desvelar nada de un asunto que, se produjese de una forma u otra, podría dejar muy mal a los responsables del programa espacial ruso. Así que decidió sortear las resbaladizas preguntas que podrían surgir manteniendo el misterio. “Pero no les vamos a decir nada”, comunicó el funcionario para decepción de la audiencia. “Comprendan que debemos mantener algún tipo de secreto”, añadió a modo de justificación.
Tras localizar la fuga en la Soyuz, la tripulación procedió a sellarla y la presión en la EEI se normalizó.
Las primeras explicaciones de los expertos de Roscosmos apuntaban al impacto de un micrometeoroide o un trozo de basura espacial. Pero en las fotografías enviadas por los astronautas había raspaduras alrededor del agujero, lo que indicaba que alguien intentó perforar adrede la nave.
El exastronauta y diputado Maxim Suráiev sugirió que la avería podría haberla causado uno de los tripulantes con problemas psicológicos que quería volver a casa. Otros especialistas aseguraban que hacer ese tipo de agujero en ingravidez es muy complicado y que el sabotaje se habría ejecutado en tierra. Una fuente de la agencia Tass sugería que fue un error de un técnico que tapó el agujero, pero que al llegar el espacio el tapón se desprendió.
Rogozin prometió aclarar lo ocurrido y formó una comisión ad hoc . Para la corporación Energuia, constructor de las Soyuz, es una cuestión de honor descubrir qué ocurrió, argumentaba entonces.
En diciembre, los astronautas examinaron la nave desde el exterior, y descubrieron que había una sustancia similar a un sellador. En marzo, Rogozin prometió informar al presidente ruso, Vladímir Putin.
No se sabe si lo hizo. Lo que no hizo es informar al público en general. Rusia ha decidido tapar con misterio este agujero negro. No en vano este asunto hirió notablemente la reputación de Roscosmos.
Desde que la NASA retiró sus trasbordadores, en el 2011, la única forma de viajar a la EEI es alquilar los módulos rusos. Pero este asunto llegó incluso a amenazar la relación con la agencia estadounidense cuando el diario Kommersant publicó que la comisión sospechaba de los astronautas americanos. El espacio es la única esfera de importancia en que Rusia y EE.UU. mantienen la cooperación en unos años donde las relaciones han vuelto a niveles de la guerra fría.
(Fuente: La Vanguardia)