¿Por qué la incertidumbre mundial está estrechando la colaboración entre los países latinoamericanos?
BEIJING, 20 sep (Xinhua) — Las potencias económicas latinoamericanas están acercándose entre sí para aprovechar las nuevas oportunidades que se presentan ante una coyuntura mundial de incertidumbre creciente.
Brasil anunció el 9 de septiembre que ha comenzado a negociar formalmente un tratado de libre comercio (TLC) con México. Dos días antes, Brasil y Argentina extendieron otros 10 años, hasta 2029, su acuerdo de libre comercio en el sector automotriz.
Estos esfuerzos también tienen importancia política ya que reforzar la integración en la mayor región en desarrollo del mundo puede garantizarle una participación mayor en los asuntos internacionales.
NUEVOS HORIZONTES
América Latina ha pasado por décadas de altibajos en su búsqueda de la independencia política y económica durante las cuales los partidos de izquierda y de derechas se han disputado el poder.
La victoria de la revolución en Cuba en 1959 evidenció que la región podía decidir su destino. Cuatro décadas después, la recuperación en 1999 por parte de Panamá del canal, que estaba en manos de Estados Unidos, demostró que el sueño de tener autonomía política se había convertido en realidad.
América Latina sigue intentando superar los efectos de la intervención colonial estadounidense desde finales del siglo XIX hasta la década de 1950, cuando la bandera de las barras y estrellas se apropió rápidamente de los nuevos recursos naturales. Las materias primas quedaron controladas por una camarilla de países ricos e industrializados que se siguieron enriqueciendo a costa de los verdaderos dueños de los recursos.
Las prácticas coloniales de EEUU estaban introducidas en todos los sectores y, en consecuencia, América Latina dependía mucho de las exportaciones de materias primas y sufría el aumento de la disparidad de ingresos y la desigualdad social.
A la sombra de su poderoso vecino, la región luchó para lograr la industrialización, lo que garantizó, entre las décadas de 1950 y 1980, un periodo de crecimiento continuo y mejoró la diversificación económica con la ayuda de inversiones financieras y técnicas extranjeras.
Paso a paso, Brasil se convirtió en el precursor industrial de América Latina, con el conglomerado aeroespacial Embraer como tercer mayor fabricante actual de aviones civiles luego de Boeing y Airbus. Argentina, mientras tanto, ha conseguido suministrar electricidad a sus habitantes con centrales nucleares nacionales, el primer país de la región en hacerlo.
Chile, mayor productor de cobre del mundo, es el primer país en la región que ha conseguido mantener una renta per cápita aceptable. Según Wu Feng, analista de marcoeconomía del Centro Estatal de Información de China, las reformas orientadas al mercado con la supervisión adecuada del Gobierno, un sistema judicial y de administración transparente y efectivo, un sistema eficaz de seguridad social y el desarollo sólido de empresas pequeñas y medianas y el comercio exterior ayudan al avance del país,
Otros países en la región, sin embargo, siguen enfrentándose a una economía mundial compleja, con un crecimiento más lento que el esperado tanto de los países desarrollados como de las economías emergentes, según la Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe (CELAC) de la ONU.
LA ENTRADA DE CHINA
La economía latinoamericana se ha tambaleado y estancado en varias ocasiones desde la década de 1980. El último golpe lo recibió Argentina este año, debido, en parte, a factores arraigados como la dependencia excesiva de las exportaciones y la inversión extranjera, el aumento incesante de la deuda y la enorme brecha en los ingresos. Esta situación interna interactúa con otras fuerzas como el derrame especulativo de capital extranjero y las anteriores sanciones económicas.
Entre los factores externos, la guerra comercial multifrontal iniciada por EEUU tiene un papel nocivo. La adicción de Washington a las prácticas unilaterales y el acoso comercial, sigue interrumpiendo la cadena de suministro mundial al infligir un daño colateral a los principales suministradores de todo el mundo, entre ellos América Latina.
Este año, Washington coaccionó a México para que firmase nuevo acuerdo comercial amenazándolo con aranceles. La situación en Cuba y Venezuela, entre tanto, ha empeorado por nuevas sanciones económicas y políticas.
En este entorno de incertidumbre, Chile acogerá en noviembre la Reunión de Líderes Económicos del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés) y espera enviar un mensaje claro en apoyo del sistema de comercio multilateral, comercio e inversión libres y abiertos y la oposición al proteccionismo.
Para mantener este impulso económico, los países latinoamericanos, al igual que otros en desarrollo, están ante la necesidad urgente de un diálogo y cooperación más productivos, lo que incluye reforzar la cooperación Sur-Sur con China. En los últimos años, el país asiático se ha convertido en el mayor socio comercial y tercera fuente de inversión en la región, en beneficio de sus diferentes pueblos.
La cooperación en beneficio mutuo entre China y Latinoamérica ha avanzado en sectores tradicionales, como el comercio de minerales y alimentos, y se ha reforzado en nuevas áreas como telecomunicaciones, servicio de transporte a través de aplicaciones y agricultura moderna.
China proporciona también capital y asistencia técnica para promover la integración física, económica y comercial en la región, desplegando así el potencial de crecimiento de esta, asegura el economista venezolano Víctor Álvarez.
Severino Cabral, del Instituto Brasileño para Estudios sobre China y Asia y el Pacífico, comenta por su parte que China puede mantener un crecimiento sostenible y certidumbre política durante años gracias a un desarrollo en sintonía con sus condiciones nacionales.
«Solo hallando el camino correcto puedes seguir desarrollándote», afirma e indica que los logros de China sirven de inspiración a los países en desarrollo que buscan sus propias sendas de crecimiento.
(Fuente:News)