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El candidato del Frente de Todos teje una red de vínculos

Leonardo Grosso ocupa el tercer lugar en la lista de candidatos a diputados nacionales en Buenos Aires en representación del Movimiento Evita, según el acuerdo alcanzado por todo el arco que conforma el Frente de Todos y que encabeza la fórmula presidencial Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner. En 2017 el Evita estuvo junto a Alberto Fernández apoyando la candidatura a senador de Florencio Randazzo. La agrupación, hoy la de mayor poder de movilización, se reconcilió con el kirchnerismo también en sintonía con quien hoy es candidato a presidente.

La posición de Grosso en la lista, más visible que la de muchos históricos justicialistas, fue mérito propio (lideró con un grupo de legisladoras y legisladores la pelea por la interrupción voluntaria del embarazo y firmó y promovió la Ley de Emergencia Social) y parte de un acuerdo macro de su agrupación para lo cual Máximo Kirchner descendió dos puestos.  Fue probablemente una compensación por lo que tuvo que ceder su espacio.

Junto a Fernando ‘Chino’ Navarro y Emilio Pérsico, máximos referentes del Movimiento, acompañó a Felipe Solá en su recorrido por el país con intenciones de que fuera presidenciable. Recorrieron pueblo por pueblo en Buenos Aires pidiendo la unidad del peronismo que creían podía ser liderada por el ex gobernador. Hasta Fernández creía que Solá sería candidato a presidente o el posible vice de Cristina Kirchner.

El Evita es la mayor agrupación dentro de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) en la que confluyen el Movimiento Nacional de Campesinos Indígenas, el MTE de Juan Grabois, el Frente Darío Santillán, La Dignidad, Los Pibes y, entre otros, La Garganta Poderosa. De ese colectivo Pérsico y Grabois son las figuras de mayor peso.

A su vez, con apoyo de la Iglesia, la CTEP coincide con la Corriente Clasista y Combativa y con Barrios de Pie en el grupo llamado «Los Cayetano» que en conjunto hoy convocaron a acompañar el debate del proyecto de ley de Emergencia Alimentaria frente al Congreso.

El mapa del enlace social del Frente de Todos

Andrés “Cuervo” Larroque , Leonardo Grosso y Victoria Donda (Maximiliano Luna)

Grosso fue quien solicitó la sesión especial y quien negoció en nombre de la oposición el proyecto con Luciano Laspina, vocero del oficialismo, economista y presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda. En las negociaciones lo acompañó Lucila De Ponti, también del Evita mientras que el diputado Daniel Arroyo, ex ministro de Desarrollo Social en la Provincia, fue quien firmó el proyecto de ley de Emergencia Alimentaria. Algunos creen que Arroyo es un posible ministro del área en un eventual gabinete albertista después de saltar del Frente Renovador al bloque que lideró Solá con el Evita, Victoria Donda (que ya había roto con Libres del Sur) y parte de lo que perdió el Frente Renovador massista. Arroyo es otro eslabón que enlaza a los movimientos sociales con Alberto Fernández. Tiene excelente relación con el triunvirato de organizaciones que nuclean «Los Cayetanos».

Todos son figuras importantes en el esquema del candidato a presidente de la Nación. Solá lo acompaña en las gestiones más delicadas, estuvo con él en España y si no viajó a Tucumán fue para no perderse la sesión de esta semana. El ‘Chino’ Navarro ocupa otro rol, más de estrategia electoral, y en el mediodía de hoy viajó a Córdoba para organizar la agenda de campaña de Fernández. El domingo ambos, junto a otros dirigentes como Sergio Massa, estarán en la misa en homenaje a José Manuel De la Sota fallecido trágicamente un año atrás. Se quedarán en la Mediterránea y arrancarán la semana con visitas a varios municipios.

Pérsico y Grabois, los referentes más cercanos

Felipe Solá, Máximo Kirchner y Emilio Pérsico (foto de Archivo)

Como en todos los temas Fernández tiene puentes directos con algunos líderes de las organizaciones. Desde afuera del Congreso Emilio Pérsico siguió el minuto a minuto de una sesión casi exprés. Probablemente haya hablado en algún momento con el candidato a presidente, pero su discreción lo mantiene en silencio.

Las condiciones para los oradores habían sido acordadas por Emilio Monzó, Mario Negri y Agustín Rossi para evitar que los manifestantes pasaran muchas horas en la calle y que el cansancio o el malhumor desatara alguna tensión. Los movimientos sociales están tan organizados que manejan su propia seguridad y hace tiempo que advierten: «No responder a las agresiones, retirarse cuando hay represión».

Las organizaciones cercanas al kirchnermo movilizaron sólo frente al Congreso para acompañar y presionar a favor de la ley. En paralelo otras organizaciones más radicalizadas, acamparon en la 9 de julio y antes movilizaron a Plaza de Mayo. El peronismo dio una indicación: «A Plaza de Mayo, no».

El candidato a presidente habla con algunos referentes sociales, aunque no con todos los líderes de los distintos movimientos. También habla con ellos Cristina Kirchner (esta semana fuera del país) y su hijo Máximo Kirchner. Sus sugerencias las «terceriza» a través de Pérsico y Grabois. Por eso él mismo pidió no demonizar al referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y su pata política, Patria Grande, que logró imponer un par de candidatos en las listas de diputados del Frente de Todos. «Yo lo respeto y valoro mucho», frenó las críticas Fernández.

Del otro lado, más radicalizados, están la Corriente Clasista y Combativa, el Partido Obrero y Libres del Sur de Héctor Tumini.

La calle fue el reflejo de la política y de las negociaciones. Y de cómo se gestó y se votó dentro del Congreso el proyecto de ley. Las objeciones en Diputados al proyecto consensuado partieron precisamente de la izquierda y del bloque de Graciela Camaño que con Libres del Sur es parte de Consenso Federal con Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey como fórmula presidencial.

El acuerdo con «Los Cayetanos»

Juan Grabois lidera el MTE, Patria Grande y es líder en la CTEP que integra con otros movimientos

La semana pasada, después de una movilización al ministerio que encabeza la ministra Carolina Stanley y de una oferta que consideraron insuficiente, «Los Cayetanos» (CTEP, Barrios de Pie y la CCC) fueron recibidos por los bloques opositores en el Congreso. Fue el primer paso para empujar una ley y evitar roces callejeros. El fin de semana se redactó un proyecto que el lunes firmaron todos excepto la izquierda y el bloque que lidera Camaño. Grosso y Cristina Alvarez Rodríguez puntearon uno a uno los votos con los que contaban y con 136 (sobrado quórum) apuraron el pedido de sesión que sí acompañaron la izquierda y Camaño. Cuando el oficialismo aceptó negociar, se sentaron a consensuar los artículos.

El mágico número tiene un trasfondo político atado a la construcción política, la campaña y el resultado de las PASO: Alberto Fernández consolidó su vínculo con los gobernadores del PJ, excepto el salteño Urtubey y el cordobés Juan Schiaretti. En efecto dominó los diputados ahora representan una unidad hace un año imposible y rompieron la alianza de la Casa Rosada con algunas provincias.

Sin embargo, el equilibrio a veces depende de imponderables. Y en un mensaje público que ya había expresado en privado Fernández mandó un mensaje en la víspera de la sesión: «Evitemos estar en las calles, evitemos generar situaciones que puedan llamar a la confrontación y a la violencia, porque lo único que nos falta a los argentinos es padecer la violencia. Le pido a los argentinos que no perdamos la calma, todos sabemos que estamos en una situación difícil y todos sabemos de la justicia de los reclamos. Pero todos debemos saber también que debemos intentar no complicar más el escenario difícil que tenemos».

Así blanqueó lo que venía diciendo en privado a los integrantes del Evita y a Juan Grabois, uno de los más radicalizados. Y aunque lo defendió, también es cierto que la semana pasada Grabois recibió un ‘reto’ de parte de Hebe de Bonafini que habitualmente es de las más confrontativas y exacerbadas y esta semana, además, criticó a los piqueteros más duros. La otra ‘reprimenda’ la hizo el gobernador Gerardo Zamora, muy cercano al candidato, quien reprochó su mensaje a favor de una reforma agraria que ‘asustó’ a un Círculo Rojo que empieza a mirar con otros ojos a Fernández tras las PASO.

Esta semana la irrupción de la CTEP en el shopping Patio Bullrich fue considerado ‘fuego amigo’. Otra vez hubo críticas que apuntaron a Grabois que a su vez se despegó de la movida. Se atribuyó toda la responsabilidad el líder porteño Rafael Klejzer. «Nos equivocamos» reconoció y aseguró que Grabois no había sido notificado porque la horizontalidad del movimiento no lo obliga.

El pedido de calma de Fernández llegó en la noche del miércoles desde Tucumán, después de las declaraciones de Klejzer y después de los nuevos incidentes en la 9 de julio. Desde la izquierda lo acusaron de bancar la «represión» y le marcaron, tal vez, la «cancha» a futuro.

«Hay calma. Alberto quiso decir que hay que cuidarse para que no haya represión, porque este gobierno hizo un desastre en el país y cualquier problema que haya puede generar un desastre», interpretó alguien que suele hablar con México 337. Otro dirigente aseguró que «no está en contra de la movilización, es necesaria y legítima, pero le preocupa que una fricción genere una tragedia, está pensando con responsabilidad». Y agregó que los planes que se delinean en el albertismo apuntan a una política que genere más empleo que planes sociales.

Daniel Arroyo es una de los dirigentes en contacto con movimientos sociales (Maximiliano Luna)

En su estilo, Alberto Fernández habla con todos, aunque con Grabois y con Pérsico especialmente como también lo hace la ministra Carolina Stanley. «Hablamos con todos», le respondió Pérsico a Infobae. Y recordó cómo saltaron varias veces la grieta: el proyecto al que le dio media sanción Diputados es el tercero que sale por unanimidad. «Eso es construir políticas de Estado», reivindicó para sus propias iniciativas y señaló que los movimientos sociales han buscado acuerdos tanto con los funcionarios de Cambiemos como con la oposición y que en el caso de la agrupación que lidera no hay antecedentes de incidentes que los involucren. Lo que no hace falta aclarar es que su corazón es peronista y que su militancia es a favor de los Fernández.

«No me gusta para nada la estigmatización que se hace de las organizaciones sociales», resaltó Agustín Rossi desde adentro del recinto y reivindicó el rol que cumplen desde el 2001 cuando se potenciaron tras los cacerolazos, el «que se vayan todos» y las asambleas populares. Fue un guiño para los referentes que no movilizaron frente al Congreso. Y que tienen presentados, a través de sus diputados amigos, otros cinco proyectos sociales en el Congreso. El primero es una emergencia para el tratamiento de adicciones. El segundo en importancia es la creación de un fideicomiso que permita a los horticultores comprar tierra en lugar de pagar alquileres altos. Ambas iniciativas fueron consensuadas con la Iglesia porque además de hablar con curas y algunos obispos, todos ellos tienen diálogo con el Papa.

(Fuente: Infobae)