En las calles y en las urnas
1. El pueblo sigue en las calles
Las luchas que se profundizan en Chubut y las jornadas de los Cayetanos del 22 y el 28 muestran la voluntad de pelea del pueblo.
Las grandes luchas de Chubut siguen con fuerza: huelga, piquetes y marchas. Con una Mesa de Unidad Sindical de los gremios de docentes y estatales, CGT regionales, la CCC y el Evita, jubilados, y otras fuerzas. El encarcelamiento de Daniel Murphy y Magalí Stoyanoff, dirigentes del gremio docente, tuvo una masiva respuesta nacional: una gran marcha en Comodoro Rivadavia, apoyada por la CCC, el PTP y el PCR, la solidaridad de camioneros, petroleros, de la construcción, y más de un centenar de gremios, fuerzas sociales, de derechos humanos y políticas, de todo el país.
Macri no paga la deuda con Chubut. Arcioni, el gobernador, endeudó a la provincia y paga esa deuda a costa de los salarios y el presupuesto en salud y educación. El movimiento huelguista ha presentado una Ley Tributaria Extraordinaria, bloqueada en la Legislatura por los monopolios imperialistas Pan American Energy, Aluar y Benetton.
La política de Macri sigue hundiendo a más y más argentinos en el hambre y la indigencia. El gobierno no toma medidas frente a los reclamos de alimentos. Son pobres 38 de cada 100 argentinos. Y cada vez más no llegan a fin de mes.
El 22 de agosto se realizaron asambleas populares en todo el país, que resolvieron marchar a una gran movilización nacional. El 28 de agosto, con la CCC, CTEP, Movimiento Evita y Somos Barrios de Pie movilizamos en todo el país y la Capital Federal. Los Cayetanos tienen la solidaridad de los gremios y organizaciones agrupadas en 21F y otros sectores del movimiento obrero, de los mayores del MIJP, de la FNC y otras fuerzas campesinas, de la CEPA, el MUS y más sectores del pueblo.
2. Seguir la pelea sin bajar la guardia
El macrismo trabaja para revertir la paliza electoral del 11 de agosto. La batalla para derrotarlo el 27 de octubre se juega en las calles y las urnas.
El gobierno busca retomar la ofensiva intentando revertir la paliza electoral del 11 de agosto. Macri organizó la movilización nacional del 24 de agosto de los sectores que lo apoyan, reafirmando su política y que sigue dando pelea. Muestra que la batalla electoral del 27 de octubre hay que ganarla en las calles y en las urnas.
Macri oculta que el 12 de agosto ordenó dejar subir el dólar para castigar a los que no lo votaron. Después le ordenó al Banco Central gastar 7.000 millones de dólares en la semana siguiente a las PASO. El gobierno rifa la plata del Banco Central en la timba financiera. Esa cifra, en pesos, son 400.000 millones, plata suficiente para responder a la emergencia alimentaria y las emergencias presupuestarias de las provincias, pagándoles parte de las deudas de la Nación con esas provincias.
3. Las elecciones y el escenario latinoamericano
Es posible aprovechar las peleas entre los imperialismos a favor del pueblo, teniendo en claro que no hay imperialismo “bueno”.
Se agudizan las contradicciones entre los de arriba. Esa disputa se ve en la pelea de Macri con las petroleras por el congelamiento del precio de los combustibles. También se ve en ciertos cambios que se van produciendo en la Justicia, que avanza en juicios como el del Correo Argentino, donde está implicado Macri. Además, son evidentes las presiones para condicionar a un futuro gobierno no macrista, incluyendo forcejeos con el FMI.
No es casual que ahora se difundan las declaraciones del gobierno ruso el año pasado en las Naciones Unidas, apoyando el reclamo argentino de la devolución de las Islas Malvinas, frente a la política macrista de arrodillarse ante el colonialismo inglés.
Las elecciones en la Argentina se están jugando en el escenario latinoamericano y mundial. La reelección de Macri facilitaría el avance del imperialismo yanqui, para aislar a Bolivia, Venezuela, Cuba, y otras naciones de Centroamérica. Rusia y China defienden sus posiciones en la región. Esas peleas de las potencias imperialistas son posibles de usar a favor del pueblo, atendiendo a que no hay imperialismos “buenos”: todos quieren dominarnos.
La pelea entre imperialismos se agrava por los síntomas que van marcando la posibilidad de una nueva crisis económica mundial. Crisis en la que la Argentina es muy vulnerable, por la profundización de la dependencia que impuso el gobierno de Macri, como se ve en la montaña de deuda impagable que ha creado.
4. La rebeldía del pueblo
Las luchas multisectoriales, el Frente de Todos, y las demás formas de confluencia opositora crean las condiciones para derrotar al macrismo.
Una amplísima mayoría del pueblo castigó a Macri y su política en las calles y en las elecciones. Adueñado de las calles, el pueblo se expresó en las urnas, y sorprendió.
La amplísima mayoría que castigó a Macri usó la herramienta que recogió el reclamo de unidad de las calles: el Frente de Todos.
La lucha y la organización de la oposición al macrismo es masiva. Las multisectoriales y las mesas sindicales brotan en todo el país. Se han fortalecido los Cayetanos y otras organizaciones sociales. Crecen las organizaciones campesinas como la FNC, y la unidad de los originarios como se vio en su reciente Encuentro. El movimiento de mujeres sorprende al mundo, y va a su Encuentro Nacional. El movimiento estudiantil recupera sus organizaciones como se ve en los avances de la CEPA y el MUS, y otras fuerzas, y las juventudes confluyen en movimientos como el de Ni un pibe menos por la droga. La lucha contra la impunidad de los genocidas y la represión macrista es masiva. Crece la lucha por la soberanía de nuestros recursos y nuestro territorio.
Hay condiciones para derrotar al macrismo en las urnas el 27 de octubre. El PCR y el PTP, la CCC y las demás organizaciones que integramos nos proponemos escuchar, desplegar y confluir con los amplísimos movimientos de masas, para seguir en las calles antes, durante y después de las elecciones, y pelear voto por voto. Para esto impulsamos la formación de comités de apoyo al Frente de Todos, para que las masas sean protagonistas.
Peleamos para que la derrota de Macri y su política cree mejores condiciones para la lucha popular. Y para acumular fuerzas, fortaleciendo al PCR, para abrir un camino que acabe con la dependencia, el latifundio y el Estado podrido que los sostiene.
(Fuente: PCR)