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“Se están deteriorando todas las rutas nacionales»

Mientras el presidente Mauricio Macri arma un gran show electoral con la supuesta inauguración de obras de rutas, el titular del Consejo Federal de Vialidad (CFV), Hugo Naranjo, cerró el encuentro nacional de las agencias de vialidad de todas las provincias diciendo que “se están deteriorando todas las rutas nacionales y, por supuesto, el transporte de las rutas nacionales, al hacerse imposible, incrementa el transporte en las rutas provinciales, destruyendo las rutas provinciales. En las rutas nacionales no se están haciendo inversiones en lo que es conservación y mantenimiento, entonces la inversión es mínima y por supuesto repercute en todo el país». La afirmación de Naranjo tiene como base un documento firmado por los profesionales que trabajan en todos los distritos: «se está afectando la transitabilidad de la circulación en una parte importante de la red y poniendo en riesgo la seguridad de miles de usuarios». En paralelo, el sitio Chequeado.com desnudó el engaño de la publicidad del oficialismo. Macri dijo en la inauguración de obras que «ya terminamos 7.600 kilómetros entre autopistas y rutas». Chequeado.com calificó como «falso» la frase y estableció que se terminaron 461 kilómetros, 17 veces menos que lo anunciado por el mandatario.

Datos

Los datos que se manejaron en la reunión de la CVF –que reune a las 23 provincias argentinas– fueron demoledores:

El presupuesto que se aprobó para el mantenimiento de rutas en 2019 era de 318.000 pesos por kilómetro. Sin embargo, el gobierno nacional lo bajó a 206.000 por kilómetro. Ese valor es nominal, o sea, que si se resta el deterioro por inflación se llega a menos de 110.000 pesos por kilómetro, un tercio de lo que se había previsto. Representa un tercio del mantenimiento más elemental.

«También desde mediados del 2018 –señalan los técnicos viales–, se han ralentizado -por no decir casi suspendido- los procesos de licitaciones de obras de conservación mejorativa incluidas en el presupuesto 2019, que también influyen en la menor ejecución presupuestaria y en atender a tiempo el deterioro del camino».

Naranjo, el titular del CFV, ya alertó que hay rutas por las que directamente no se puede transitar. Citó el ejemplo de la ruta nacional 60, en la Quebrada de La Cebila: «al no poder ser transitada ha cortado todas las rutas provinciales de La Rioja». Este fenómeno es mencionado reiteradamente por Naranjo: cuando las rutas nacionales están deterioradas, se cortan las rutas provinciales que se vinculan a través de esa ruta nacional y en otros casos se recarga el transporte en las rutas provinciales, que no resisten el tránsito.

Los profesionales que firmaron el documento tratado por el CFV alertan que no se pueden hacer responsables de la situación y de las posibles consecuencias: «como servidores públicos de la planta permanente de la DNV -con más de 20 años de carrera en la repartición- y sabiendo que tendremos que responder a los tres poderes del Estado, queremos alertar y sin dejar de comprometernos con el usuario, expresar los límites de nuestra responsabilidad ante el desfinanciamiento antes citado». En forma tácita, se lanza un aviso del peligro de más accidentes por el mal estado de las rutas.

O sea, mientras el presidente encabezaba con pompa la inauguración de ocho (8) kilómetros de la autopista de la ruta 7, el conjunto de organismos de vialidad del país, que dependen de los respectivos gobernadores, señalaron que la situación es dramática porque no hay mantenimiento alguno y se está volviendo intransitable la red. Los profesionales recuerdan que «un peso que no se invierte en mantenimiento, luego tiene un costo no menos de tres veces mayor».

Alarma

Los máximos responsables de cada distrito del país se encontraron la semana que pasó en noveno piso del edificio principal de Vialidad Nacional, en la Ciudad de Buenos Aires. Pese a las presiones del Gobierno, darán a conocer un pronunciamiento a través de una solicitada. En lo sustancial coinciden con los documentos del Sindicato de Trabajadores de Vialidad difundidos por PáginaI12 el 10 de julio pasado y que planteaban la situación de emergencia vial porque prácticamente no se construye ni mantienen las rutas de todo el país.

«Durante el gobierno kirchnerista se licitaron, en promedio, 168 obras en carreteras por año –señalaba el documento del STV–. Durante el gobierno de Mauricio Macri, las obras licitadas en el promedio de los tres primeros años de su gobierno, fueron apenas 31 por año. Menos de un quinto. Durante las administraciones de Néstor y Cristina Kirchner se licitaron obras en carreteras, incluyendo autopistas, por 7840 kilómetros por año, contra sólo 1877 de la gestión Macri. Las proporciones se repiten cuando se habla de obras iniciadas, 162 en la era anterior, 67 en la actual, y en las obras finalizadas, 113 contra 57».

Falso

Durante la inauguración de los ocho kilómetros de la ruta 7, el Presidente se despachó con la siguiente frase: «Esto no es relato, no es sarasa…». Y a continuación sostuvo que «ya terminamos 7.600 kilómetros entre rutas y autopistas y tenemos 13.480 kilómetros más en construcción». El análisis de Chequeado.com, firmado por Martín Slipczuc, fue que se terminaron 440 kilómetros de autopistas y 21 kilómetros de rutas y que hay otros 905 kilómetros en ejecución. O sea, 17 veces menos que lo enunciado por Macri en cuanto a terminadas y en ejecución.

Pero incluso el Sindicato de Vialidad discute esas cifras. Los profesionales de Vialidad establecieron que «a fines del año 2015 se encontraban en ejecución más de 1000 km de autopistas y desde dicho año solo se ‘terminaron’ 240 km, 150 de los cuales ya estaban construidos o en etapa final de construcción por la Provincia de Córdoba, que luego abonó Vialidad Nacional». O sea que la gran parte la terminó Córdoba y luego el dinero lo terminó aportando Vialidad Nacional. Según el CFV lo mismo ocurrió con obras en Mendoza y Provincia de Buenos Aires. Sugieren que se privilegiaron distritos gobernados por Cambiemos.

La ruta nacional Nº152 de La Pampa está prácticamente abandonada.

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En realidad, los números de los trabajadores y funcionarios relacionados con Vialidad confirman lo que es notorio: el acuerdo con el FMI contempla una restricción casi total de la obra pública. Es lo que explica también la caída brutal del empleo en la construcción: sólo en junio se perdieron 3.000 puestos de trabajo en esa industria.

El mismo fenómeno se produce con las publicidades respecto de las cloacas y el agua corriente. La mayoría de los intendentes del Gran Buenos Aires niegan la existencia de los 700.000 nuevos usuarios del servicio de cloacas y de un millón de habitantes con agua corriente. Las dos obras que se mencionan, en General Rodríguez y en Bahia Blanca, están en ejecución: según los intendentes, no hay ningún usuario nuevo.

A finales de 2015, el plan de AYSA 2007–2020 tenía en marcha 100 obras, a las que se agregaban otras 150 proyectadas y se habían contratado 500 ingenieros jóvenes para concretar los trabajos. Eso es lo que está en proceso a un ritmo infinitamente menor que en el anterior gobierno en el que AYSA conectó a las redes a más de cinco millones de habitantes, tres millones al agua potable y dos millones a las cloacas.

En la publicidad, Cambiemos trata de esconder la debacle de rutas, cloacas y agua y hace mención a la supuesta transparencia de la obra pública iniciada por el actual gobierno. El sindicato de Vialidad denunció obras de la ruta 8 adjudicadas a Angelo Calcaterra, el primo presidencial, en 285 millones de pesos y por el que ya se habían pagado 2.000 millones, muy por encima de los aumentos inflacionarios.

(Fuente: Pagina 12)