La hipersexualización de la sociedad: niñas sexys, infancia frágil
Tienen 12 años, parecen de 16. Se visten como si fueran más grandes, se maquillan, se frustran, queman etapas. No son adolescentes, pero tampoco son niñas. La fragilidad las une y caracteriza.
Los especialistas llaman a esta generación «los tweens» y son todos aquellos niños y niñas, sobre todo niñas, que están hipersexualizados. Jésica Tolín, psicóloga con orientación en sexualidad, explicó que asumen patrones y valores que no corresponden con su edad, sino que tienen una marcada connotación sexual priorizada por sobre cualquier valor o característica de la persona.
Advirtió sobre las terribles consecuencias que le pueden ocasionar a nivel psicológico el hecho de que quemen etapas y llamó a que los padres les ayuden a formar un espíritu crítico.
El acceso de los menores a internet a edad cada vez más temprana y la publicidad juegan un rol fundamental a la hora de generar una hipersexualización de la infancia.
La especialista enfatizó en que las mujeres desde pequeñas reciben mensajes en donde se les inculca que «para ser exitosas tienen que ser bellas».
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Tolín explicó que las niñas que están hipersexualizadas se encuentran permanentemente en un intento desesperado de coincidir con el modelo ideal, dejando a la persona no sólo frustrada sino en la constante búsqueda de algo o de alguien que no existe.
«Se está comercializando la niñez y esto es muy triste y preocupante. Pero, además, los padres están tomándolo de manera muy natural porque lo tienen incorporado».
Remarcó que como «los niños actuales están expuestos a un montón de estímulos que no saben cómo- procesar, es importante que haya un adulto que le ayude a metabolizar toda esa información que le genera muchas sensaciones».
Tweens y adolescentes eternos
Los tweens son todos aquellos menores de entre 8 y 13 años hiperconsumistas, poco tolerantes a la frustración, que se identifican con ídolos 3 o 4 años más grande que ellos y que han nacido en esta época en donde lo privado es público todo el tiempo y no se resguarda la intimidad.
No tienen conciencia de a cuántas personas puede llegar esa foto, ese video que suben a una red social o que compartieron con alguien en el ámbito privado. Entonces se encuentran ante un riesgo importante.
Sostuvo que estos menores, y principalmente las niñas, no tienen noción de lo que pueden despertar en un adulto -justamente porque no tienen una cabeza de adulto- y así es que se encuentran con chicas que tienen posturas inocentes y adultos perversos que utilizan esas imágenes o videos con fines malignos.
Todo el tiempo se idealiza esa adolescencia eterna que cuando llega ya fue quemada. Entonces esa tween se transforma en un objeto del deseo del otro y de lo que el otro espera de ella, quedando relegada su personalidad a un segundo plano.
En este contexto se da un fenómeno que se denomina «adolescentización» y que afecta tanto a niños como adultos.
«Los niños quieren ser adolescentes y los adultos quieren ser adolescentes. Entonces estamos en esta cuestión de que no vivimos cada etapa porque ni disfrutamos ni jugamos en el momento que había que hacerlo»
Consecuencias y peligros
En la búsqueda del modelo ideal la niña que luego se transformará en mujer se verá afectada por múltiples problemas de salud mental y físicos.
La psicóloga y especialista detalló que muchas de ellas presentan trastornos de ansiedad, depresión, baja autoestima, trastornos de la alimentación, cirugías estéticas repetidas, consumo de sustancias, se constituyen en consumidores compulsivas.
«Todo esto tiene que ver con la necesidad de encontrar lo que no existe y es así porque en realidad lo que me iba a llenar tenía que ver con lo real, con el juego, con el vivir cada etapa en su momento determinado. Cuando no sucedió, la mujer se encuentra con un vacío inevitable»
Jésica Tolín, psicóloga con orientación en sexualidad.
(Fuente: Uno)