La patrulla de la muerte
Siete oficiales de la Policía Bonaerense fueron detenidos por la masacre de San Miguel del Monte, acusados por la persecución a tiros que provocó el accidente en el que murieron dos adolescentes de 13 años, uno de 14 y un joven de 22. Otra chica está herida de gravedad. En el cuerpo de uno de ellos se encontró una bala policial.
Esta vez, en San Miguel del Monte, la mentira para encubrir un nuevo caso de gatillo fácil tuvo patas cortas. La supuesta “linterna” que, según los policías, había sido direccionada hacia el Fiat 147 Spazio durante la persecución mortal del lunes a la madrugada, era un arma reglamentaria de la Bonaerense que hirió a uno de los cuatro jóvenes que murieron al estrellarse el auto contra un camión estacionado. El fiscal de Cañuelas a cargo de la causa, Lisandro Damonte, tiene como imputados a siete policías, cinco de los cuales ya se encuentran detenidos. Entre los apresados está al menos uno de los que apretaron el gatillo, balazos cuya existencia había sido denunciada desde el principio por varios testigos presenciales. Esos testigos tuvieron que ratificar sus dichos en sede judicial, porque en el acta de instrucción primaria de la policía, en lugar de señalar que habían escuchado “disparos”, se había señalado que sólo fueron “estruendos”.
Los primeros cinco detenidos son el capitán Rubén Alberto García, el oficial Leandro Daniel Ecilape, el subinspector José Alfredo Domínguez, el oficial subayudante Mariano Ibañez y el oficial Manuel Monreal. Los nombrados García y Ecilape fueron los primeros en ser desafectados de la fuerza policial, el miércoles, junto con el titular de la comisaría de Monte, subcomisario Julio Franco Micucci. A última hora fueron detenidos el oficial subayudante Cristian Righero, y el oficial Juan Gutiérrez.
García y Ecilape serían los que iban en el primer móvil que perseguía al Fiat y del cual partieron los disparos. Las cámaras de seguridad, como se dijo, captaron el momento en que uno de los policías asomó la parte superior del cuerpo por la ventanilla del acompañante del móvil, con la supuesta “linterna”, que en realidad era un arma. Detrás del primer móvil iban otros, el segundo con cuatro ocupantes y el tercero con un número de agentes que no fue precisado. Todos llegaron en caravana, en tropel, detrás del auto donde murieron el joven de 22 años y los cuatro adolescentes.
Por su parte, el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, luego de confirmar que la bala hallada en el cuerpo de una de las víctimas es calibre 9 milímetros, informó que a las tres sanciones aplicadas el miércoles, se sumaron otras doce. Los policías apartados de sus cargos son el comisario general Marcelo Corbalán, superintendente de Seguridad Región Capital; el comisario mayor Óscar Osvaldo Frías, jefe de la Departamental San Vicente; el comisario inspector Juan Carlos Sosa, segundo jefe de la Departamental San Vicente; el comisario inspector Mario Angel Mistreta, jefe de la Policía Comunal San Miguel del Monte.
Se están realizando peritajes balísticos para saber de cuál o cuáles de las armas partieron los disparos que escucharon los testigos. Un joven que estaba en la ruta 3, a la altura de Monte, cuando ocurrió el hecho en la madrugada del lunes, declaró que no sólo escuchó los tiros que venían “de un móvil policial” sino que tuvieron que tirarse al piso –con otros chicos que lo acompañaban– porque “las balas pasaban cerca nuestro”.
Otro testimonio importante es el del chofer del camión contra el que se estrelló el Fiat Spazio. El hombre dijo que estaba durmiendo y que primero lo despertaron los tiros y luego entró en conmoción al escuchar el impacto del auto sobre el vehículo en el que se encontraba.
El abogado Marcelo Lafolla, de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), quien viajó al lugar de los hechos, le dijo a PáginaI12 que entre los imputados “en algunos casos lo son por su participación (directa) en el hecho y otros por lo que dijeron en la instrucción policial, en el ámbito de las dependencias policiales” porque estas “difieren de las que se tomaron en sede judicial”. La sospecha es que al parecer “tomaron mal las declaraciones con intencionalidad, no por error, y eso complejiza la situación”. El fiscal le confirmó, por ejemplo, que cuando los testigos decían “disparos” los instructores policiales asentaban “estruendos”.
El procurador bonaerense, Julio Conte Grand, confirmó en La Plata que “en el cuerpo de uno de los jóvenes varones se ha encontrado un orificio de proyectil”. Agregó que se estaba verificando el calibre de la bala (luego se comprobó que era 9 milímetros) y al mismo tiempo “se está verificando en las armas que fueron secuestradas a los efectivos policiales presentes en este episodio, si hay ausencia en los cargadores”.
Antes, el fiscal platense Héctor Vogliolo había adelantado el uso de las armas por parte de los policías. “Dispararon hacia el vehículo, en el que se están haciendo peritajes nuevamente para ver si se encuentra el orificio” de bala. Aunque el vehículo está destrozado, partido en dos, por la tarde se dijo en fuentes judiciales que se habría encontrado “algo que parece ser el orificio” que hizo al menos uno de los proyectiles.
Vogliolo, en coincidencia con el fiscal a cargo de la causa, consideró que lo sucedido “excede el ámbito del homicidio culposo” porque “hay muchísimas filmaciones en poder del fiscal y elementos suficientes como para poder reconstruir las circunstancias que rodearon a este hecho tan trágico”.
“Las filmaciones que tenemos de lo que ocurre dentro del vehículo, donde los chicos estaban muy contentos, estaban cantando y demás; la policía dice que no respondieron a la voz de alto, pero si eso hubiese ocurrido, es porque no creo que los chicos hayan escuchado ninguna voz de alto.”
En Monte fueron sepultados ayer los cuerpos de Carlos Aníbal Suárez (22); Gonzalo Domínguez (14) y Danilo Sansone (13), en el Cementerio Parque de la ciudad de Lincoln. La cuarta fallecida, Camila López (13), había sido sepultada el miércoles, en el mismo cementerio.
(Fuente: Pagina 12)