El dólar sube y las reservas bajan
El Banco Central no vendió dólares, pero intervino con intensidad en el mercado de futuros para evitar un alza más fuerte de la cotización del billete verde, que trepó 40 centavos para terminar a 46,40. Esta suba de casi 1,0 por ciento en la primera jornada hábil de esta semana no fue mayor no sólo por esa participación del BC, sino porque el Banco Nación salió a liquidar dólares en la plaza cambiaria. En una economía local que ya tiene varios factores de perturbación propios, como el acelerado deterioro de Cambiemos como marca electoral, lo que quedó expuesto otra vez en la elección en Córdoba, se le ha sumado la inestabilidad proveniente de la disputa comercial entre Estados Unidos y China que está alterando a los mercados. En ese contexto, el Central continuó con sus licitaciones diarias de Letras de Liquidez, y en esta ocasión pactó tasas de casi el 72 por ciento anual, y con las subastas de 60 millones de dólares del Tesoro.
Con un volumen total operado en el mercado de cambios de 689 millones de dólares, el billete verde inició la jornada con una fuerte alza hasta rozar los 47 pesos, para terminar, cerrando a 46,40 pesos. El Banco Central convalidó una baja de las tasas de las Leliq, siendo el promedio de 71,743 por ciento anual con un monto adjudicado de 195.711 millones de pesos. Desde el récord de 74,09 por ciento del pasado 2 de mayo, esa tasa de referencia disminuyó 2,3 puntos porcentuales. El stock total de Leliq suma 1,07 billón de pesos, que medido en divisas equivale a 23.733 millones de dólares, casi el 35 por ciento de las actuales reservas internacionales.
Una de las principales variables que operadores de la city han empezado a monitorear con especial dedicación es el monto de reservas brutas del Banco Central. El viernes había sido de 68.111 millones de dólares, y ayer se ubicó en 67.797 millones, retrocediendo 314 millones. En el mercado saben que esa no es la cantidad total de dólares disponibles para intervenir en el mercado, sino que las reservas libres no son más de 17 mil millones de dólares. Otros cálculos la estiman en un umbral más bajo, cercano a los 15 mil millones de dólares, luego de la caída de reservas de la semana pasada.
Como en cada una de las jornadas financieras hábiles de las últimas semanas el Banco Central ha perdido reservas, por casi 10 mil millones de dólares en total, el equipo económico está desesperado para conseguir líneas externas que permitan compensar parcialmente esa caída. Está negociando con bancos internacionales préstamos repo (contra garantía de títulos públicos). Entre las varias entidades que están siendo sondeadas, una de ellas es la británica Barclays, con cuyas autoridades el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, se encontrará a mediados del mes próximo. A la vez, están ansiosos por recibir dos nuevos desembolsos del FMI para engordar las reservas, el primero dentro de un mes por 5400 millones de dólares y otro por similar monto el 15 de septiembre próximo.
El mal clima financiero se trasladó a la plaza bursátil, con un saldo final negativo del índice de acciones líderes MerVal, de 3,2 por ciento. Las caídas de las bolsas fueron generalizadas por la tensión comercial entre las potencias económicas. Los índices bursátiles estadounidenses descendieron 2,5 por ciento el Dow Jones y 3,5 por ciento el Nasdaq. El castigo a los papeles empresarios coincidió con el día en que la compañía MSCI Inc. (de Morgan Stanley) incluyó al mercado argentino en la categoría de emergente. Este ascenso implicaría que fondos de inversión internacional estarían en condición de incorporar a sus carteras más acciones de empresas argentinas. Un reporte realizado por el banco JP Morgan estimó que el flujo potencial de compras adicionales de papeles sería de unos 1200 millones de dólares. Si la tendencia bursátil global es negativa, esos capitales no tendrían un efecto tan favorable en las cotizaciones como el esperado por los corredores de bolsa.
La fuga hacia activos seguros en un escenario conflictivo en el comercio internacional se reflejó también en el castigo a las cotizaciones de los títulos públicos, con retrocesos de hasta el 2,0 por ciento del Bonar 2024. El descenso de las paridades tiene su correlato en un alza del riesgo país, que se ubicó en 943 puntos. Este es un nivel que impide al gobierno emitir deuda en el mercado internacional, quedando conectado en términos financieros al pulmotor del Fondo Monetario Internacional.