CAMBIA EL TABLERO POLÍTICO
La noticia política más impactante del fin de semana fue el lanzamiento de la fórmula Fernández-Fernández, donde la expresidenta Cristina, no ocupará el lugar de candidata a presidenta de la nación, sino que acompañará a Alberto Fernández como vice.
Luego de este anuncio, que rompió con todos los pronósticos hasta el viernes pasado, pasó de todo. Precandidatos a presidente dentro del justicialismo, como Felipe Solá, se bajaron. Gobernadores, dirigentes sindicales y referentes de todo el país expresaron su apoyo, mientras que los detractores del peronismo, comúnmente llamados gorilas, expresaron su antipatía. Otro sector “de centro”, ve en la propuesta una debilidad del kircherismo y quiere aprovechar para fortalecer su propuesta.
Cristina Fernández venía dando pistas sobre su decisión de bajarse de la presidencia y proponer a Alberto Fernández. En la presentación de su libro, “Sinceramente”, resaltó singularmente la presencia de Alberto Fernández a quien agradeció su apoyo, en medio una gran cantidad de dirigentes que estaban en el lugar. Y fue el mismo Alberto Fernández quien dio declaraciones sobre el estado de ánimo de Cristina contando que “su situación personal la hacía dudar”, pero que él le daba ánimo. No obstante el anuncio tomó por sorpresa a la mayoría de los argentinos y argentinas.
Los kirchneristas mas exacerbados deliran cantando loas a la genialidad política de su dirigenta Cristina, a la cual elevan a la categoría de estratega con cualidades similares a Aníbal, Napoleón o San Martín. Desde el oficialismo, en conjunto con el arco gorila unificado, recuerdan a Héctor José Cámpora, y su rol en la elección de 1973, cuando Juan Domingo Perón estaba proscripto y la consigna del movimiento era “Cámpora al gobierno, Perón al poder”. También agregan que es una estrategia para escapar de las causas judiciales por las cuales Cristina se presenta a declarar en la semana próxima.
Lo cierto es que Cristina Fernández maneja los tiempos de la política argentina habilmente. Reapareció públicamente el martes 14, para opacar el resultado electoral de Schiaretti en Córdoba, y desde ahí fue arrojando cartas, hasta el viernes donde descubrió su juego y dejó en el aire las jugadas de los macristas, los radicales y los peronistas federales. Además, la propuesta de acompañar a Alberto Fernández en la fórmula presidencial es, en concreto, una respuesta al llamado a unidad de Macri para negociar con el FMI. Cristina demostró que tiene más capacidad de negociación y de generar consenso que Mauricio Macri.
Aquí hay que hacer un paréntesis para hablar de la situación internacional. Vivimos en medio de una ofensiva del imperialismo norteamericano hacia todos los pueblos del mundo y hacia sus rivales imperialistas chinos, rusos y europeos. Donald Trump se siente fuerte y arremete contra Venezuela en Latinoamérica y contra Irán en Medio Oriente. Ha tomado medidas muy fuertes en la guerra comercial que mantiene con China (los Smart Phone de Huawei fueron declarados como tecnología espía para EEUU, y ya no podrán ser vendidos en dicho país). El mundo marcha a una gran disputa entre las potencias por las regiones de influencia, y esto crea condiciones adversas para todos los movimientos populares del mundo.
No hay condiciones para que el capital internacional acepte un regreso del kirchnerismo puro al poder. En ese marco se inscribe la decisión de Cristina, quien al parecer ya estaría negociando con los acreedores qué hacer con la deuda a partir de diciembre de 2019. En ese sentido Alberto Fernández es más “potable” para el imperialismo y ya está haciendo declaraciones moderadas respecto al pago de deuda. Macri ya está fuera de las discusiones sobre las relaciones del país y sus acreedores el año que viene.
Para adentro del país, la fórmula de Alberto y Cristina, da un salto sobre la grieta y apuesta a tender lazos de unidad amplia, para aislar a los sectores más reaccionarios de la política nacional. Desde el Partido del Trabajo y del Pueblo Nacional se valoró la fórmula de Alberto y Cristina Fernández como una contribución a la unidad necesaria para derrotar a Macri y su plan de gobierno.
La polarización entre Macri y Cristina era la principal herramienta de propaganda para Cambiemos. Esa situación ya no existe, por lo tanto Duran Barba tiene que buscar nuevos argumentos. Además, frente a esa polarización, un sector del peronismo se paraba como “avenida del medio” y desde ahí no quería confluir en el frente popular. Esa excusa ya no existe, por lo que ahora Lavagna, Picheto, Irtubey, Massa y Schiaretti tienen que sincerar sus diferencias programáticas para justificar no entrar en el frente.
Sergio Uñac, está en la lista de los que deben apurar sus definiciones. Alberto Fernández lo elogió como gobernador y lo invitó la frente. Hasta hace poco Uñac era tironeado por el Peronismo Federal, y luego se distanció. Hubo otro rumor, que puede parecer descabellado, pero no faltaron opiniones sobre que el gobernador de la provincia esperaba ser invitado a una fórmula presidencial nacional.
Mientras tanto sigue en curso la campaña electoral en la provincia de San Juan y en poco tiempo comenzará el calendario electoral nacional. La consigna del PTP y el PCR de San Juan es fortalecer a las fuerzas populares que sostienen un discurso programático en la calle y en las elecciones, para generar un contexto de apoyo al futuro gobierno popular que deberá pararse con fuerza frente al FMI y los acreedores. Es necesario instalar en la agenda política las necesidades urgentes del pueblo: el hambre, el trabajo, la salud, la vivienda, la seguridad y la educación. Eso incluye a los Diputados Nacionales que representarán a la provincia a partir de diciembre próximo. Serán los responsables de investigar la deuda de Macri, los acuerdos petroleros con empresas extranjeras, la política energética y de rever las reformas previsionales y laborales en contra del pueblo.
Por Federico Agüero
De Espacio de Opinión