Prostitución: Interesante carta de una lectora de EdeO
PROSTITUCIÓN:
¿POR QUÉ SOMOS ABOLICIONISTAS?
Hoy nos encontramos frente a una crisis económica muy importante donde el trabajo precario, mal remunerado y los despidos son moneda corriente, el número de personas que se ven obligadas a recurrir a la prostitución para poder sobrevivir es cada vez mayor. Las mujeres somos doblemente oprimidas por nuestra condición de mujer y por ser pobres y a esto se le suma la violencia de elegir entre prostitución y el plato de comida de los hijos, por citar uno de los tantos ejemplos.
Al referirnos a la prostitución todos tenemos alguna idea de qué estamos hablando, pero para poder profundizar es necesario hablar de que existen tres posturas al respecto, tres enfoques que coexisten en nuestro país y el mundo, y que como feministas y luchadoras por los derechos de las mujeres debemos tener en cuenta.
Prohibicionismo: la prostitución es considerada un delito que pone la carga de culpabilidad en las mujeres que son prostituidas, quitando la vista de quienes las explotan. Esta es una postura que ejerce violencia hacia las mujeres, donde se las sanciona moralmente y responsabiliza de las “debilidades” a las que se ven expuestos sus abusadores (proxenetas y consumidores o prostituyentes). Los países prohibicionistas persiguen y sancionan a las mujeres en situación de prostitución como única respuesta del Estado.
Reglamentarismo: plantea regularizar, normalizar, reglar y legitimar el uso sexual de las personas considerando que se trata de la “prestación de un servicio” o de un “trabajo” como cualquier otro. Impulsa la aplicación de medidas de corte sanitarista para la seguridad de quienes pagan por sexo, que son entendidos como “clientes” (la implementación de zonas rojas, la utilización de libretas sanitarias y revisaciones periódicas para control de enfermedades de transmisión sexual, de las mujeres prostituidas).
Abolicionismo, al posicionarnos desde esta postura debemos tener en cuenta que la prostitución es una práctica que existe y subsiste a partir de una relación de violencia y subordinación de quien ofrece su cuerpo, y quien paga es quien tiene todo el poder. Este tipo de relaciones es la que se pregona abolir.
Es importante aclarar que el abolicionismo no pretende que quien se encuentra en situación de prostitución sea perseguida, por el contrario se pretende que la sanción recaiga en quien explota, facilita o se aprovecha de la situación de vulnerabilidad de la persona en situación de prostitución, proxenetas, cafishos, fiolos, madamas etc. Estos son los únicos que se enriquecen a partir de estas prácticas. En nuestro país NO ESTA PROHIBIDO el ejercicio autónomo de la prostitución, Lo que SI ESTA PENADO es la explotación de la prostitución ajena, es decir quien explota, facilita o promueve la prostitución de otra persona.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es que las personas que se encuentran en situación de prostitución ingresaron a raíz de situaciones de vulnerabilidad, exclusión social, contextos de violencia, pobreza u otro tipo de carencias por ello se afirma que la mayoría que se inician no lo hacen por libre elección, ejemplo: cuando una mujer adulta a lo largo de vida puede elegir su comida, su forma de vida, una carrera universitaria, un trabajo que le agrade y de todas formas elige la prostitución estamos hablando de libre elección o Prostitución VIP, de lo contrario nos encontramos con personas a las que el sistema capitalista prostituyente solo les deja como alternativa la prostitución y no les fue posible elegir nada.
Abolir la prostitución es combatir violencia sexual hacia niñas, adolescentes y mujeres, pero también travestis, transexuales y transgéneros que están a expensas de la discriminación y a la opresión del sistema capitalista que arroja a los sectores populares más vulnerables a la prostitución como alternativa para sobrevivir.
En las relaciones prostibulares se dispone la sexualidad de niñas, adolescentes, mujeres y mujeres trans para la satisfacción de los varones, para el inicio sexual de los jóvenes, el cumplimiento de fantasías de adultos, satisfacción de todo tipo de caprichos sexuales, y al estar planteada como una relación comercial, los prostituyentes son libres de hacer con lo que compran lo que se les dé la gana, estando las personas en situación de prostitución a merced de quienes las compran. Estas relaciones de mercado exigen todo tipo de demandas, niñas cada vez más pequeñas, si son vírgenes son más caras, mujeres con tales o cuales características y en función de ellas sus precios, las mujeres trans son sumamente vulnerables y si son pobres a la mayoría no le queda opción.
Reglamentar la prostitución solamente legitima una de las prácticas violentas de opresión más antigua que hemos tenido que soportar las mujeres, es falso sostener que por sindicalizarse y pagar monotributo las personas en situación de prostitución estarán protegidas, cualquier persona puede pagar monotributo y realizar sus aportes jubilatorios y por supuesto la organización y la lucha son herramientas que nos permiten resolver en conjunto las problemática sociales que nos aquejan, pero no terminamos con un privilegio machista, como es el consumo de prostitución estando afiliadas a un sindicato.
Como comunistas revolucionarias nos declaramos abolicionistas, principalmente porque queremos la libertad del pueblo y terminar con la explotación, pero sobre todo la emancipación plena de las mujeres, queremos dejar de ser objeto de consumo, que nuestros cuerpos ya no tengan precio, ni presiones que impone este sistema, queremos que las niñas puedan acceder a la educación y ser lo que deseen ser. Queremos ejercer nuestra sexualidad en libertad, a partir del cuidado y el disfrute de la misma.
MARÍA.A