La reducción en el poder adquisitivo de la clase media
La calculadora anda a la perfección, pero las cuentas no cierran. Adquirir los mismos productos y servicios que los meses anteriores, trabajando a igual ritmo, se torna cada vez más difícil.
Es que la inflación galopante va mermando la capacidad de consumo de la clase media, a quienes se les hace cada vez difícil “estirar” el dinero para llegar a fin de mes. Así muchos mendocinos van optando por cambiar sus hábitos para reducir gastos en la vida cotidiana, aunque haya que resignar en comodidad, tales como dejar de usar el auto, cancelar servicios que no son considerados indispensables, reducir coberturas de salud, comprar en mayoristas, buscar ofertas, entre otros.
El objetivo de cada familia hoy es vivir sin endeudarse y si es posible, lograr aunque sea un mínimo de ahorro.
Abajo del auto
La restricción a la hora de usar el auto fue la primera estrategia de muchos. La tendencia quedó evidenciada en la nota publicada por este diario a principios de mes donde se ponía en relieve una baja en la venta de combustible del 4,5% en enero, condicionada principalmente por las subas de precios y la pérdida del poder adquisitivo de los salarios.
Además de ahorrar en nafta o gasoil, “bajarse” del vehículo particular para subirse al colectivo o a la bicicleta, permite dejar de pagar por estacionar.
Emilce Mezzeo de Godoy Cruz solía utilizar el auto para llegar hasta su trabajo en Capital, hasta que la situación se volvió insostenible y decidió volcarse a la bici. “Pagaba demasiado de combustible y de playa más de $1.000”, recordó. Ahora utiliza la ciclovía que une esos dos departamentos, lo que además tiene beneficios para su salud. Ahora ella sólo utiliza su vehículo para los fines de semanas y cuando es muy necesario.
Patricia Vera tomó una decisión similar y cambió la comodidad del auto por el colectivo. “Tengo una hora de viaje hasta el trabajo que antes reducía en el auto, pero las cuenta dejaron de cerrarme”, reconoció. Ella es empleada en un comercio del centro de Maipú y la actualización de su sueldo fue menor que la inflación. “Para mí el auto no era un lujo, era necesario para no perder tanto tiempo, pero ahora quedó en el pasado hasta que las cosas mejoren para mí”, relató.
Restringir servicios
Los constantes aumentos de algunos servicios como prepagas (5% a partir de febrero), televisión satelital y por cable, entre otros, también llevan a muchos a buscar la reducción por ese lado.
Cuando Marcos y su esposa lograron el sueño de la casa propia y se mudaron, dejaron atrás la televisión satelital que solían abonar mensualmente. “Dejamos solamente internet, porque eran como $2.000 más y no la usábamos tanto”, recordó. Ellos también decidieron cambiarse a una prepaga más económica para abonar menos de forma mensual y renunciaron al servicio de monitoreo de alarma. “Los dos somos independientes, tenemos meses con mucha plata y otras con nada, así que nos tuvimos que ajustar para administrar mejor”, contó el joven.
Jimena, docente de Maipú, también se encuentra abocada a la reducción de los desembolsos mensuales. “Yo he cambiado todas las líneas de celular de mi familia para aprovechar el 50% de descuento por 18 meses”, comentó en referencia a la promoción que ofrecen algunas compañías de telefonía móvil. La mujer también le dio de baja a su suscripción de tv satelital. “Nos estamos ajustando en todo lo que podemos”, aseguró.
Ferias, ofertas y mayoristas
Los productos alimenticios se llevan gran parte del gasto mensual de una familia, por lo que cada vez se afina más su selección y se opta por aquellos que están de oferta o son de menor valor. Esto se ve reflejado en la caída de las ventas en supermercados, que tal como publicó Los Andes fue de 5,1% en enero con una tendencia negativa que se prevé continúe. Además cada vez más mendocinos, eligen comprar en mayoristas o directamente en la fábrica donde el ahorro ronda el 40% con respecto a otros negocios de acuerdo a una nota de este matutino.
Emilce Mezzeo dejó de lado el supermercado al que siempre asistía y opta por hacer la compra mensual en un mayorista. “Salvo que haya alguna oferta la cual aprovecho y compro en cantidad por más que tenga que dejar en el freezer por algún tiempo”, detalló a la vez que puso como ejemplos a la carne y al queso mantecoso. “En la verdulería pregunto sólo por lo que es de estación y está más económico y de acuerdo a eso cocino”. En su caso, Pablo Roca se toma el trabajo de comprar en grandes cantidades y dividirlo en tres familias. “Como soy jubilado me tomo el tiempo de ir al mayorista y a las fábricas para luego repartir con mis hijos que están complicados y a los que siempre les falta tiempo”, relató. Lo que más adquiere de esta forma es papel higiénico y productos de limpieza. “La leche es un capítulo aparte, solía llevar los packs en cartones, pero con los fuertísimos aumentos pasé a ir al tambo que queda en Guaymallén”, confió.
A la hora de adquirir indumentaria el “boom” son las ferias americanas que prosperan en plazas, calles y en hogares particulares. Además en la feria de Ugarteche se puede adquirir todo tipo de productos usados que cada vez tienen mayor salida. De hecho, tal como publicó el lunes este diario reciben visitas diarias de hasta 6.000 personas.