La propina, la represión y la difamación
«La clase media tiene que dejar propinas”. Cuando todo lo demás falla, siempre se puede redescubrir la solidaridad entre los pobres y, aunque no es una gran idea, pero parece que la gestión de Mauricio Macri ya no tiene más recursos. La frase que Lilita Carrio dijo en un programa de TV, parece un chiste, pero define perfectamente la situación de Cambiemos.
Quizás alguno habrá pensado que las encuestas de intención de voto les dieron mal entre los trabajadores gastronómicos, y por eso ofrecen propinas, pero no, el problema es más de fondo. El gobierno que llegó con “el mejor equipo económico de los últimos 50 años”, entre que no resuelve como reactivar la producción, el problema cambiario o la inflación, mientras que dilapida las reservas del Banco Central y la primera cuanto del préstamo del FMI, necesita tiempo y quiere que los que tienen un poco, sean solidarios, que les den a los que tienen menos. Es el mismo discurso de cuando se discutía sobre el impuesto al salario.
Mientras tanto retenciones a los agro-exportadores no se tocan. A todos los consumidores les aumenta el iva con cada compra o pago de servicio que realizan, pero a los monopolios agrícolas y a los terratenientes les mantiene las retenciones bajas.
El fin de semana pasado, en reunión de gabinete, los ministros de Macri definieron cerrar filas detrás del acuerdo y el cumplimiento de las metas acordadas con el FMI. Ajuste a fondo y dólar de libre flotación, y que en las elecciones del 2019 se las arregle Duran Barba. Ellos, con Dujovne a la cabeza, quieren demostrar a los capitales internacionales que son confiables para que algún día vengan a invertir.
En San Juan ni siquiera hay promesas de propinas, aquí sólo tenemos flagrancia y difamación para los que luchan.
Desde que llegó al gobierno, Sergio Uñac, gobierna administrando un fondo “anti-cíclico” que juntó Gioja durante sus 12 años como gobernador. En realidad lo hicieron los trabajadores estatales, que durante años recibieron aumentos por debajo de la media nacional, postergando el poder adquisitivo.
Hoy, con ese fondo, Uñac financia las obras públicas que no paga la nación y aumenta un poquito por arriba de la media nacional el salario de los estatales. Perecería que hace algo bueno, pero no alcanza.
Uñac mostró su verdadera cara fascista en la jornada del 3 de julio que realizó la CCC , porque no quiere que sea vea la realidad de la provincia. Luego de 16 años en el gobierno de la provincia, período que compartió con Gioja y Lima, la realidad es que la gente se muere por el frio, pasa hambre y no hay trabajo.
Sin explicar porqué hoy nos encontramos en esta situación luego de que prometieron el “paraíso del oro”, le piden al pueblo sanjuanino que aguante hasta el 2019, para que el justicialismo nacional gane nuevamente. La realidad es que el pueblo no puede esperar, y la propuesta del justicialismo, a juzgar por lo que hace Uñac en la provincia no es garantía de nada. No propone ningún cambio esencial respecto a Macri.
Uñac y Macri en el fondo representan un proyecto liberal. Esperan que lleguen las inversiones para el oro, el cobre, o el túnel, y como eso no pasa mantienen entretenida a la prensa con propaganda. En el esquema de Uñac y Macri, el Estado no participa de la producción, , no maneja las finanzas en dirección a la inversión en producción y por lo tanto no cambia la matriz productiva de la provincia.
¿Cuántas empresas cerraron desde que está Uñac en el gobierno? ¿Cuántos despidos se han producido en la actividad privada? En el mejor de los casos Uñac les dan un bolsón de mercadería y una promesa.
Y no obstante esto Uñac quiere parecer opositor a Cambiemos, pero no se anima a criticar de frente a Macri por si pudiera conseguir una obrar publica para San Juan. Los uñaquistas de la provincia quieren que la lucha sea solo contra Macri, pero no quiere que se hable de la pobreza en San Juan. Los gremios estatales luchan en Buenos Aires, pero no paran en San Juan.
Es necesaria una nueva propuesta que contemple un San Juan con producción industrial, autonomía y federalismo, como lo hicimos siempre.