«Estamos al límite de una guerra»
«Sí, realmente tengo miedo. Estamos al límite. Basta un incidente para desencadenar la guerra», sostuvo el papa Francisco al conversar con los periodistas que lo acompañan rumbo a Chile, donde comenzará su sexta gira papal en América Latina. El papa expresó su temor a una nueva guerra mundial luego de distribuir entre los acreditados de prensa la foto de un niño cargando en sus espaldas a su hermano muerto tras la bomba nuclear lanzada por los Estados Unidos sobre Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial.
«La encontré de casualidad. Fue tomada en 1945», comenzó Franciso al contar el por qué de la foto que distribuía entre los periodistas que lo acompañan en el vuelo oficial y continuó: «Es un niño con su hermanito a la espalda que espera su turno frente al crematorio de Nagasaki tras la bomba. Me conmovió cuando la vi».
Tras ese primer contacto con los periodistas con los que comparte el viaje de 15 horas que separa Italia de Chile —»tendremos tiempo para reposar y trabajar», resumió—, uno de los cronistas presente le consultó si la imagen reflejaba un temor concreto ante una nueva guerra mundial y el Papa confesó: «Sí, realmente tengo miedo. Estamos al límite. Basta un incidente para desencadenar la guerra. A este paso la situación corre el riesgo de precipitarse. Por lo tanto es preciso destruir las armas, trabajar por el desarme nuclear».
Tras recorrer 12.123 kilómetros, la distancia más grande que afronta como pontífice, Francisco aterrizará este lunes en el aeropuerto de Santiago de Chile alrededor de las 19.55 (hora chilena). Durante su recorrido en el vuelo AZ4000 de Alitalia, Francisco sobrevolará Argentina por segunda vez como papa, luego de una breve incursión en el espacio aéreo nacional en julio de 2015 durante su trayecto de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, hasta Asunción del Paraguay. Durante el sobrevuelo, enviará un telegrama al presidente Mauricio Macri, como marca el protocolo del Vaticano.
Al aterrizar en Chile, será recibido por la presidenta Michelle Bachelet antes de subirse a un auto cerrado en el que irá hasta la Parroquia San Luis Beltrán, donde tendrá un momento de oración ante la tumba de monseñor Enrique Alvear, ex obispo de Santiago, fallecido en 1982 y conocido como el «obispo de los pobres». Luego, cambiará de vehículo y se subirá a un papamóvil en el que recorrerá la capital chilena en su camino a la Nunciatura Apostólica, en la que dormirá las tres noches de su estadía en el país, antes de partir hacia Perú.
«Para mí no será un viaje difícil. Estudié aquí y tengo muchos amigos y conozco bien Chile», comentó a los 70 representantes de los medios de comunicación en el vuelo de Alitalia.