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La represión y el problema de la tierra

SOBRE EL ASESINATO DE RAFAEL NAHUEL

Javier Alamino

Nuevamente y al igual que el caso Maldonado la discusión gira en torno al hecho policial, por cierto bastante distorsionado. Desde los medios de comunicación intentan instalar la teoría del “enfrentamiento”. En este caso ente Prefectura y un presunto grupo terrorista armado y con entrenamiento militar, raro si se piensa que hubo un muerto y varios heridos de un lado y ninguno del otro.

De lo que no se habla, o casi nada es del problema de la tierra en la Argentina. Según Oxfam, el 1% de los propietarios en nuestro país posee casi el 40% de la tierra. Esta concentración está unida a los millones de argentinos que no tienen acceso a una vivienda digna frente a las miles de hectáreas sólo para especular de unos pocos.

En el plano Indígena tampoco se dice que desde hace 23 años existe en nuestro país el “derecho al territorio indígena”, no sólo en nuestra Constitución sino en varios Tratados Internacionales. Este derecho comprende no sólo que el Estado Argentino tiene el deber de reconocer la propiedad y posesión de las tierras que tradicionalmente ocupan las comunidades indígenas sino también entregar otras aptas para el desarrollo. Lo que se oculta también es que este derecho al “territorio indígena” tiene la misma jerarquía e importancia que el tan defendido “derecho a la propiedad”.

Mientras exista esta inequitativa distribución de la tierra y mientras no se respeten los Derechos Humanos. Sociales, políticos y económicos de los pueblos Indígenas los conflictos continuarán. El Estado debe resolver el problema con diálogo y no con represión.

Párrafo aparte merece la ocupación realizada en Bariloche que terminó con la muerte de Rafael Nahuel. La ciudad de Bariloche se caracteriza entre otras cosas por muchos grandes propietarios que llegaron a obtener sus tierras por medios de compras a precio vil o directamente ocupando tierras, construyendo su chalet y adquiriendo luego la propiedad por el paso del tiempo. En ese marco reprimir esta ocupación a los tiros es absolutamente cuestionable.

Es importante destacar que la táctica empleada por los integrantes de la Comunidad Mapuche “Lafken Winkul Mapu”hoy en conflicto además de no ser eficaz genera algún tipo de rechazo en la sociedad, fundamentalmente a la hora de elegir un lugar turístico, dependiente de Parques Nacionales, al lado del Automóvil Club Argentino, con muy poca gente participando en la toma (cerca de 30 personas) y a sabiendas de cómo sería el desenlace. Por supuesto y demás está decir que el rechazo de parte de la sociedad se ve potenciada por las mentiras de los medios de comunicación que bombardean las 24hs con operaciones que fácilmente prenden en gran parte de la gente. No obstante, y dicho esto, las formas empleadas son en este caso y atento a los resultados conocidos por todos absolutamente insignificantes. De ninguna manera Prefectura debió utilizar armas de fuego.

Es llamativo para quienes militamos por los Derechos Humanos ver a personas cercanas despotricar contra el más débil, en este caso el indígena, pero es muy importante y tarea nuestra lograr hacer entender a la gente de que el problema del indígena con su tierra no es distinto al del campesino con la misma, el del pobre con la falta de vivienda digna o el de la clase media con la dificultad para acceder a una vivienda. Todos estos problemas están unidos y el hilo conductor es la grave distribución de la tierra. También es importante entender que la solución para estos problemas es el acceso al gobierno de una proyecto verdaderamente popular que gobierne para los campesinos, pequeños productores, movimientos indígenas y para las miles de familias que hoy no tienen vivienda, sean estas de clases bajas o medias. Ni el gobierno anterior y mucho menos éste resolverá estos problemas, es necesario un gran frente que logre unir estos sectores junto a los intelectuales y con el apoyo de sectores patrióticos de las fuerzas armadas. Creo ese es el camino.