«Es un mensaje de impunidad»
A Romina Jones Huala le rompieron los dientes durante la represión del 31 de julio en Bariloche, cuando reclamaba por la libertad del lonko de la comunidad mapuche de Cushamen, Facundo Jones Huala, que llevaba un mes detenido. Ella oficia por estas horas de vocera de la Pu Lof en Resistencia y dice que su primo tiene mucha bronca y tristeza por la noticia del hallazgo del cuerpo que podría ser el de Santiago Maldonado. “Sospechábamos que podía pasar esto, pero nunca delante de nuestros ojos”, cuenta que dijo desde la Unidad 14 del Servicio Penitenciario, en Esquel, donde aguarda el juicio de extradición a Chile. “Ahora tienen la excusa perfecta para meternos a todos presos, que es la intención que tienen desde que en 2015 recuperamos el territorio en los campos de Benetton”, dice en diálogo con PáginaI12. Y ratifica lo que ya dijeron a este diario otros voceros: “No nos vamos a mover de la idea de que el cuerpo fue plantado, ahí es donde buscamos agua cada día para cocinar, es un lugar que transitamos todo el tiempo, por eso decimos que esto no es ingenuo, es un mensaje de impunidad de que pueden hacer lo que quieren al amparo del Gobierno”.
El día previo a la desaparición de Santiago Maldonado, Romina Jones Huala estuvo detenida en el aeropuerto de Bariloche, junto a otros ocho prisioneros mapuches. “Un gendarme me partió los dientes, y a los que estuvieron presos en el Escuadrón 34 de Gendarmería de Bariloche les dijeron ‘van a ver la que les espera’, y vieron cómo se preparaban para ir al día siguiente al campo, a Leleque”, recuerda sobre esos días en que la ciudad había sido sede de una reunión de todas las fuerzas policiales de las provincias patagónicas, la Policía de Seguridad Aeroportuaria, y funcionarios provinciales y nacionales, entre ellos el jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti. ¿El objetivo? Coordinar las acciones ante la supuesta avanzada violenta de la RAM (Resistencia Ancestral Mapuche). No es casual que al día siguiente, el 1º de agosto, la comunidad en Resistencia de Cushamen tenía a la mitad de sus weichafe (guerreros) detenidos. “Ahora los que tienen que dar explicaciones son Noceti y Patricia Bullrich, que sólo habló para encubrir y desde el minuto cero desviaron la atención”.
–¿Ustedes viven allí mismo, donde fue encontrado el cuerpo?
–Sí. Y hay perros. Como estaba ubicado el cuerpo, hasta un niño podía haberlo encontrado. Además el lugar donde desapareció Santiago es más abajo, río abajo, y la corriente nunca puede llevar a una persona hacia arriba. No entendemos cómo es que no lo encontraron en alguno de los rastrillajes previos, y si hubiera estado ahí lo habríamos encontrado nosotros.
–¿Ustedes siguen pensando que plantaron el cuerpo?
–Sí, no tenemos dudas porque el río no es ni ancho ni profundo. Es cierto que sube en esta época por el deshielo pero si hubiese estado en ese lugar, lo habrían encontrado antes. El último allanamiento fue brutal, tuvieron esposada a la gente de la comunidad por doce horas, y lo que hicieron no podemos saberlo porque no dejaron ingresar a la abogada de la familia, ni a Sergio Maldonado, que ese día dijo que no sea cosa que tiren un cuerpo, ni a la gente de derechos humanos. En ese momento dijimos que hicieron lo que quisieron, llegaron hasta la comunidad vecina de Vuelta del Río que justamente está río arriba, y los violentaron también a ellos. Para el juez Otranto ya éramos todos sospechosos.
–¿Cómo puede haber sido plantado y por quiénes?
–Cómo lo hicieron no lo sé. No puedo pensar en que una persona que tenga corazón haya tenido el cuerpo tanto tiempo escondido. Sabemos que Gendarmería se llevó a Santiago, en complicidad con el gobierno nacional, con el Ministerio de Seguridad. Puede haber sido la misma Gendarmería, o gente paga, personal parapolicial que trabaja para Benetton, porque algunos de ellos son mapuches, conocen el lugar mejor que nadie y se pueden meter desde ahí. Es muy fácil acceder desde ese lado. Es lamentable cómo se cruza todo esto.
–¿Temen ir presos?
–Sí. No sabemos con qué jugada puede salir ahora el Gobierno o la Gendarmería porque esto que pasó es la gota que rebalsó el vaso, sabemos que son capaces de hacer absolutamente cualquier cosa, se manejan con una impunidad total. Ya en sus medios de comunicación afines están desviando la mira diciendo que nosotros pudimos tener algo que ver con la muerte de Santiago. Ya han hecho cualquier cosa, ya han intentado matarnos, ya desaparecieron a Santiago confundido con uno de nosotros, será ahora o en unos meses. Pero estamos peleando contra intereses mega empresarios capitalistas que son amigos del Gobierno. Es lo que querían desde 2015, cuando ocupamos el predio. Lograron la detención del lonko. En enero ya hubo dos personas gravemente heridas, mi hermano Emilio en la mandíbula y mi primo Fausto en el oído.
–¿Cómo fue ese momento?
–Entraron diciendo ‘matamos a uno y nos vamos’, ‘tírenle al negro’, fueron intentos de homicidio. Eso está denunciado hasta en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y en la justicia, pero tardan años en resolver. En cambio, si nosotros tiramos piedras somos enseguida acusados de terroristas.
–¿Qué dijo Facundo Jones Huala sobre el hallazgo del cuerpo?
–Lo mismo que nosotros. Pensamos que podía llegar a aparecer en algún lugar del campo. Recorríamos el territorio continuamente para que no pase, pero con todo lo que ha sucedido, sólo podíamos hacerlo en grupo y de día, por nuestra propia seguridad. Él no está bien de salud, y desde la prisión tampoco puede hacer demasiado.