Vienen por la tierra
Foto: La apertura del Encuentro de Originarios, en el Monumento a la Bandera, en Rosario
Escribe: Ricardo Fierro
El gobierno de Macri es responsable de mandar a la Gendarmería a reprimir a los originarios, y de la aparición con vida de Santiago Maldonado. Van a un negociado con 8 millones de hectáreas.
1. La voz de los originarios
El exitoso y combativo 11 Encuentro Nacional de Naciones y Pueblos Originarios, señaló que: “Existen más de 600 conflictos de tierra en todo el país y alrededor de 8 millones de hectáreas que los pueblos originarios exigen sean restituídas. Exigimos la inmediata prórroga de la ley 26.160 (…); sin esta ley, el gobierno de Macri (…) nos lleva al exterminio inmediato y a arrasar con las últimas tierras que están a disposición de las diferentes comunidades indígenas”.
Los hermanos originarios convocan a todas las organizaciones populares a acompañarlos el 27/9, cuando se discute la prórroga de la ley. Las luchas por sus tierras y sus territorios, como señaló el 11 Encuentro, están en el centro de la política nacional. Es el trasfondo de por qué Macri mandó a la Gendarmería a reprimir a los mapuches, y del manipuleo de la desaparición forzada de Santiago Maldonado; van por negocios gigantescos con la tierra de originarios y campesinos pobres criollos.
2. La responsabilidad política de Macri
¿Por qué Macri no habló de la desaparición forzada de Santiago Maldonado durante un mes, mientras su ministra de Seguridad, Bullrich, ocultaba pruebas como las de ADN, cuyos resultados tardan 4 días? Porque los derechos humanos, para Macri y Bullrich, no son más que un estorbo para los gigantescos negocios sobre tierras de originarios y campesinos pobres, que es uno de los pilares de su política. Tierras con petróleo, oro, litio, emprendimientos de turismo para extranjeros y la expansión de la soja y la ganadería. Van por más de 8 millones de hectáreas.
Macri profundizó en lo que ya había avanzado Cristina, sacando a la Gendarmería de su función en las fronteras, que quedaron liberadas a las mafias. Una fuerza entrenada para combates de vida o muerte con narcos y otras mafias violentas. Macri la envió a expulsar de sus tierras a originarios y campesinos, para liberarlas para los enormes negocios que preparan.
Nocetti, jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, fue la mano operativa de Macri y Bullrich, servil al mayor latifundista del país, usurpador de 990.000 hectáreas, el italiano Benetton. Hay planes así contra wichis y qom del Chaco, diaguitas de Tucumán y Salta, etc.
Ese es el acuerdo de Macri con los oligarcas.
Cómo va a progresar la Argentina de la mano de un gobierno que tiene como uno de sus pilares arrasar con la pequeña producción, originaria y criolla, para expandir el latifundio oligárquico, en gran medida extranjero! Esos oligarcas fueron soporte y beneficiarios de todas las dictaduras. Son responsables del atraso y la pobreza. Siempre asociados al imperialismo de turno.
3. Le marcaron la cancha
El primero de septiembre, el pueblo se volcó a las calles reclamándole al gobierno la aparición con vida ya de Santiago Maldonado. Ya lo había castigado cuando intentó imponer el 2×1 para liberar a genocidas de la dictadura. Fue el pueblo en las calles lo que le marcó la cancha a Macri. Lo forzó a hacer público el ADN que demostraba el invento del puestero de Benetton; mentira con la que Bullrich trató de lavarle las manos al gobierno por su responsabilidad política en la represión a los originarios.
Con el atentado criminal a Julia Rosales en las calles y en las redes sociales, Macri debió romper el silencio que había impuesto sobre ese intento de un brutal crimen político. Castigado por el pueblo, Macri intentó bastardear la movilización popular del 1/9, presentándola como una “jugada política” de Cristina Kirchner. Mostró la hilacha: la desaparición forzada de Santiago Maldonado es una causa de todo el pueblo, no pocos que votaron a Macri fueron a las plazas a decirle: ¡Así no!
Fue la lucha popular lo que forzó y va a seguir forzando a Macri a dar respuestas. Por Santiago Maldonado, por Marcelino Chleli Olaide, desaparecido en Formosa, por la compañera de la CCC y el PCR Julia Rosales, por las amenazas a Eduardo Lualdi, director de la revista patriótica Cuadernos.
También, la lucha popular fue lo que forzó a Macri a reabrir las negociaciones con los Cayetanos (CCC, CTEP y Barrios de Pie) que pelean contra el hambre.
Ahora se supo que, en el último mes, hubo 600 casos de amenazas de bombas en las escuelas, con centro en Buenos Aires y Rosario. ¿Quiénes están embarrando la cancha? Lo que está claro es que Macri juega con fuego usando a gendarmes para reprimir al pueblo.
4. Una ruta poceada
Macri se creyó su mentira de que había arrasado en las PASO. Trabaja para frenar el paro nacional o dividir la CGT, para crear las condiciones para su antiobrera reforma laboral y previsional. Avanzó por la tierra de los originarios. Le negó lo conquistado por los Cayetanos a los que pasan hambre. Y creyó que tenía “en el bolsillo” las elecciones de octubre. Pero se topó con el pueblo en las calles: por Santiago Maldonado, por Julia Rosales, el plan de lucha de los Cayetanos, la lucha de los trabajadores del Astillero Río Santiago, etc.
La “ruta pavimentada” hacia las elecciones, se le complicó, se volvió una ruta poceada.
Cristina quiere “adueñarse” otra vez de la lucha democrática, pero esa es una lucha que tiene dueño: el pueblo. Es funcional a Macri reducirla a una consigna con un mezquino interés electoral. Ella debe responder por Julio López de cuya desaparición se cumplen 11 años en estos días. Y no olvidarse de cuando Cristina le dijo a los originarios: “Donde hay petróleo, córranse”.
5. Abrir un camino
Los hechos represivos y violentos que están ocurriendo en el país, marcaron un cambio en la situación política: se ha profundizado la discusión en las masas populares sobre la verdadera cara del gobierno de Macri. El gobierno trata de esconder esa verdadera cara. Niega que vaya a hacer lo que planea hacer: las reformas contra los trabajadores, los jubilados, impositiva, de la educación y la salud, judicial y electoral.
Encabezar las luchas y definir posiciones en asambleas, cuerpos de delegados y sindicatos, así como de cada organización social, y unir a las fuerzas populares en un paro nacional activo y multisectorial, sigue siendo fundamental para enfrentar la política de ajuste, entrega y mano dura de Macri.
También, exige teñir la campaña electoral con estos debates. Discutir el voto en todas las provincias y municipios en las que el PTP y los frentes en los que participa llevan candidatos.
En la semana que pasó hubo un avance político muy importante, el acuerdo programático y público del PTP con el Movimiento Evita, para confluir en el respaldo de los candidatos de secciones y municipios de ambas fuerzas en la provincia de Buenos Aires. También la lista de candidatos a concejales en Libertador, Jujuy.
La lucha de los originarios y campesinos pobres ha contribuido a abrir el imprescindible debate por la tierra, que junto a la dependencia, son las dos causas de fondo que empobrecen al pueblo y saquean la nación.
La lucha social, la batalla política y la campaña electoral acumulan fuerzas hacia un frente popular y nacional. Una herramienta imprescindible para abrir un camino liberador.
Fuente: Semanario Hoy Servir al Pueblo